¿Qué relación tendrá el collar con mi madre? ¿O con la madre de Riadh? ¿Por qué alumbran? Esas son algunas de las preguntas que desde anoche han invadido mi cabeza. No tengo las respuestas, ni Riadh tampoco, tanta casualidad encerrada dentro de un mismo vaso, cosas que no logro entender ni mucho menos imaginar. Todo en mi es un lío total. Llevo apenas una semana viviendo acá y ya me pega la ansiedad y miles de misterios. He decidido dejar de lado tantas interrogantes y dar una vuelta con Maroc, es el hijo de la mejor amiga de mi tía. No nos conocemos, pero me ha invitado a salir después que se enteró que pasaría un tiempo acá. Seguro mi tía le dijo que me sentía sola, no es menos cierto, que necesito a alguien con quien charlar, sería bueno, aunque ciertamente, preferiría hacerlo con aquella de cabellos blancos que no se me sale de la cabeza...
Maroc pasó por mí a las 9:00 a.m. y ahora nos encontramos en una galería de arte. Es bastante acogedor el lugar, es la primera vez que vengo pero me agrada mucho. Las paredes están llenas de pinturas y fotografías, y nada puede fascinar más que ver arte.
-Bueno...¿qué me cuentas de ti?-me preguntó Maroc, sacándome de mis pensamientos, ver pinturas es realmente algo fascinante, te lleva por lugares de tu cabeza que jamás creíste imaginar.
Maroc tiene la voz varonil y ronca, como gutural, pero apesar de eso no transmite temor, porque si lo observas bien tiene los hombros anchos y grotescos, y las fracciones de su rostro son de la misma forma.
Tiene un corte de cabello inusual, unos flecos que caen en su frente cubriéndola, de color negro con betas de un violeta oscuro. Las cejas gruesas y anchas, el rostro blanco y pálido, los ojos negros hundidos, transmiten confianza. No tiene barba, solo unos pequeños pelitos que se logran ver en su mentón, lo cual me da un poco de gracia. Su nariz es puntiaguda y sus brazos y parte de su cuello están cubiertos por tatuajes. A mí entender creo que tiene todo su torso y pecho cubiertos de ellos.-Hmm...la verdad no mucho, soy una chica ordinaria a la que le gusta leer, nada más. -solté una leve sonrisa y me encogí de hombros.
Ciertamente no había mucho que contar de mi. Crecí con mi primo y la mayoría de tiempo me la pasaba viajando, no tenía amigos cuando pequeña porque todos pensaban que era rara, así que luego me encerré en los libros y me alejé del mundo social.
-A mí también me gusta leer, de hecho, en esta cuidad hay dos bibliotecas. ¡Voy a llevarte a mi favorita hoy!
-Eso estaría muy bueno. -le sonrío me estaba cayendo bien, y me estaba divirtiendo a su lado.
-¿Cuál de todas estas obras te gusta más?
-Hmmm... Diría que aquella. -señalé a un pequeño cuadro. Era una pintura, en acuarelas, un artista desconocido para mi pero su pintura era tan sencilla que cautivaba. Una pequeña niña sosteniendo una sombrilla, a su alrededor esta lloviendo de negro, pero debajo de la sombrilla y sobre su cuerpo, está lloviendo en colores.
-¿Por qué esa?
-No lo sé, creo que muestra la esencia de la vida.
Maroc arqueó una ceja como si no entendiera lo que estaba diciendo, solté una carcajada ante su cara interrogante.
-Es decir, todo a su alrededor es negro, quizá el artista quiso reflejar con esa lluvia negra la muerte, el llanto, el dolor, la sociedad, el prejuicio, la ignorancia, la maldad. Dentro de la sombrilla está todo de colores, la felicidad, el amor, la alegría, la motivación, sueños, ilusiones. Pienso que quiso plasmar que no importa que afuera de ti todo sea negro, si adentro hay un arcoíris.
-¡Wow! No había pensado en eso, pero si, tienes mucha razón. Yo le daba un sentido menos profundo. Diría que lo más importante son tus colores y no la oscuridad de otros seres.
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Las estrellas en Venus (EN PROCESO)
FantasyJamás pensé que mi vida estaría tan llena de secretos, que hallaría la magia incluso en un día oscuro, y que me enamoraría de unos ojos capaces de transportarme a la luna. Mi nombre es Shairel Cournen, y mi historia lleva más preguntas que respuesta...