17. El cerdo asustadizo.

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Estuvimos durante una hora jugando en distintos puestos, luego nos subimos a una montaña rusa por insistencia mía y terminé sentado en un banco aguantando las ganas de vomitar para no quedar en ridículo.

Frankie estaba apunto de llamar una ambulancia, por lo que tuve que obligarlo a sentarse a mi lado y quedarse conmigo mirando la rueda de la fortuna a lo lejos.

—¿Estás mejor? —preguntó Frankie, sus ojos estaban fijos en mi rostro, parecía apunto de largarse a llorar.

—Si, ¿quieres que vayamos a comer algo? Llamemos a Margot y Jenna —respondí estirando mis piernas, tenía pocos deseos de levantarme, habíamos caminado demasiado.

—¿No te va a hacer sentir mal? —replicó con una preocupación digna de mi propia madre.

—Estoy mejor, deja de preocuparte —dije entre risas—. Háblale a Jenna, seguro Margot me va a dejar en visto.

—¿Y Levi y Baxter?.

—No pienses en ellos, es mejor que los veamos después.

Estaba un poco preocupado por ambos, pero lo mejor que podía hacer era dejar que arreglaran sus problemas por su propia cuenta, si llegaba a entrometerme solo sería un estorbo para ambos.

Frankie llamó a Jenna por teléfono, quedamos en juntarnos en un local de pizza no muy lejos de donde estábamos y luego recorrer la feria juntos, aunque conociendo a Margot era más que obvio que nos echaría en cuestión de segundos para quedarse ella sola con Jenna.

—¿Puedes caminar? —dijo Frankie poniéndose de pie.

—¿Me vas a cargar en tu espalda si no puedo? —respondí en un tono burlón, pero él se lo tomó como si lo estuviera diciendo en serio y comenzó a quitarse la mochila de su espalda—. Era un chiste.

—Puede parecer que no, pero en realidad soy muy fuerte —me aseguró, se veía ofendido mientras que yo hacía un enorme esfuerzo para no reirme—. Cargo a las animadoras en los ensayos y presentaciones.

—Nadie niega eso. —Sujeté su mochila y lo ayudé a colocársela de nuevo—. Pero me siento mejor, no te preocupes tanto.

—Si no te puedo cargar entonces sostén mi brazo —protestó bastante seguro de sus palabras, aunque podía notar su rostro rojo, solo que no sabía si era por el intenso sol o por lo que acababa de decir—. Eso es más fácil ¿No?.

—¿No es un poco vergonzoso para ti? —cuestioné, pero él negó con la cabeza—. Está bien, vamos así.

¿Por qué aceptaba con tanta facilidad sus propuestas ridículas? No quería pensar en eso, al menos no ahora.

Ambos comenzamos a caminar hacia la pizzería mientras intentaba concentrarme en otras cosas que no fueran nuestros brazos entrelazados. Esta no era mi primera vez caminando así con alguien, estaba acostumbrado a que Levi se arrojara arriba mío, a molestar a Baxter con abrazos y al resto del equipo también, ¿pero por qué esto no se sentía como siempre si era lo mismo?.

Por fortuna llegamos bastante rápido al lugar, Margot y Jenna todavía no habían venido. Tomamos asiento en una mesa del lado de la ventana y pedimos la comida en lo que ambas venían.

—¿Después quieres helado? —preguntó Frankie.

Siempre me ofrecía lo mismo, ¿era eso algún tipo de código que debía descifrar? ¿Me estaba ofreciendo helado u otra cosa? Tal vez luego deba preguntarle a Margot.

—¿No quieres que mejor te compre algo?. —Negó con la cabeza—. ¿No me regalaste demasiadas cosas ya?.

—No —dijo haciéndome atragantar mi saliva.

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