30. La decisión del pollito.

735 97 79
                                    

Apenas llegué a casa, la última persona que pensé en encontrarme era mi mamá, por suerte Margot estaba a mi lado y se encargó de mentirle diciendo que me caí en el entrenamiento de hoy.  Ella no cuestionó nada y nos dejó subir a mi habitación.

Margot me iba a ayudar a pensar lo que haría con Frankie mañana, se me había ocurrido que podía invitarlo a comer en la azotea de la escuela, pero no estaba muy seguro de funcione. Él ni siquiera se veía feliz conmigo y, pese a que Margot seguía insistiendo que esos no eran sus verdaderos sentimientos, aún seguía pensando que tal vez lo mejor sería dejarlo solo.

 Margot se marchó de mi casa después de comer, por lo que le envié mensajes a Frank avisándole que ya había llegado y me encontraba bien, pero él me siguió respondiendo con monosílabos, aunque era mejor eso a ser ignorado.

Al final decidí escribir una notita para invitarlo a comer conmigo a la azotea, tenía que arriesgarme por primera vez en mi vida. Al día siguiente hice que Eric se la entregara en su salón, y continúe con eso durante una semana completa, pidiéndole almorzar conmigo, llevándole comida, hablando con él y esperándolo durante su práctica con las animadoras para volver juntos caminando a nuestras casas, pero aún así parecía como si un muro invisible nos estuviera separando y por más que intentara romperlo, era imposible.

El lunes Eric ya me estaba esperando fuera de su casa, me había endeudado con él, aunque sus favores más que nada consistían en contarle cosas de Tobías. Era un poco raro, pero como me estaba ayudando prefería no cuestionar mucho el porqué estaba tan interesado en mi compañero de equipo.

—Nos vemos —dijo Eric guardando el papel que le di en su bolsillo—. Por cierto, Margot está castigada, no te rías mucho.

No entendí a qué se refería hasta que Sadako salió de su casa con las puntas de su cabello teñidas de verde. Desde que había sido suspendida del equipo de baloncesto había estado haciendo locuras sin parar.

—Jared por fin me tiñó el pelo —festejó—. No puedo salir de mi casa hasta año nuevo, pero lo vale completamente.

—Pareces una bruja, es como un disfraz de Halloween —me burlé, pero ella solo rodó los ojos.

—¿A dónde irás con Frank hoy? Esto de distraer a Jenna no me molesta, pero tengo miedo de que se canse de mi presencia.

—Si no se canso antes, no lo hará ahora —dije ganándome el primer golpe del día—. Iremos a la azotea otra vez, es el lugar más calmado.

—Este jueves es el primer partido, ¿no? —festejó Margot—. Tengo que ir a ver a mi equipo.

—¿Ya te perdonaron?.

—Un poco, supongo que están acostumbradas a que meta la pata de vez en cuando —admitió ajustando las cuerdas de su mochila.

La competencia en realidad empezaba el martes, pero a nosotros nos había tocado competir el jueves, seguramente Jenna se iba a encargar de ir a ver los partidos de la competencia como siempre, era la mejor espía del equipo.

Apenas llegamos a la secundaria Margot se arrojó arriba de Irene, la nueva capitana del equipo femenino, mientras que yo comencé a buscar a Baxter, quien se encontraba junto a su bicicleta como todos los días, aunque sorpresivamente Levi también se encontraba al lado suyo con su cabello corto, al menos más corto que antes, ahora estaba un poco más arriba de sus orejas. Al parecer hoy era un día destino a que mis amigos se hicieran un cambio de look.

—Hoy llegué temprano —anunció el rubio tocando su cabello como un maniático.

—Se quedó a dormir en mi casa sin permiso —se quejó Baxter comenzando a caminar hacia el interior de la secundaria.

Diken DikenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora