14. Charla de la amistad.

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Luego de ir a los vestidores a cambiarme de ropa y regresar a la escuela junto con el resto de los chicos, con Margot habíamos decidido tomarnos un autobús de regreso a casa para que Sue no tuviera que caminar debajo del intenso sol de primavera. Ahora ambos estábamos sentados con la ventana abierta de par en par y mi hermana recostada en mis piernas durmiendo una siesta.

—Tengo ganas de teñirme el pelo —anunció Margot de repente, ambos habíamos estado en completo silencio desde que nos habíamos subido al autobús.

—No te bastó con arruinar tu vida, ahora te quieres arruinar el pelo —respondí negando con la cabeza.

—Vi una foto de una chica que se teñía con los colores del arcoíris, yo también quiero eso —afirmó volteando a verme.

—¿Tu mamá no te va a decapitar si ve que te hiciste eso?.

Sarah no era el tipo de persona que se adaptara a las modas de hoy en día, aún seguía intentando que Margot adquiriera los modales de una señorita.

—Lo puedo ocultar, me compro un gorro —dijo encogiéndose de hombros, pero por fortuna ella sola se dio cuenta de la ridiculez que acababa de decir—. O puedo intentar convencer a mi papá.

—Mientras después no llores diciendo que te arrepientes.

—¿Cuando hice eso? —cuestionó rodando los ojos—. Bueno, creo que pasó bastantes veces, pero esta vez va a ser diferente.

Asentí sin saber qué responderle.

No era quién para decirle qué se podía hacer o no en el pelo, mientras ella fuera feliz supongo que estaba bien.

—Está bien, cabeza de hongo —dije despeinando mi cabello, intentando que no se me pegara a la cara—. Hoy Sandy intentó besarme.

—¿Eh? ¿Qué? Pero si vas a contar hazlo bien, vamos, ¿que paso? ¿Cómo que te quiso besar a ti? Esa chica no está bien de la cabeza.

—Voy a fingir que no me siento ofendido y continuaré con la historia.

Sabía que cualquier cosa que le dijera Margot terminaría con ella riéndose a carcajadas, no era como si eso me molestara, después de todo la conocía lo suficiente para saber que su risa no era porque se estuviera burlando de mi situación. Por lo tanto le conté lo que había sucedido con lujo de detalles, desde el momento en donde estaba hablando con Frankie y luego Sandy se acercó hacia nosotros, y terminé la historia con Jesse burlándose de mí y lo incómodo que me había sentido por eso.

—¿Tenía que besarla porque ella se me acercó? Es que me estaba haciendo sentir como un fenómeno por haberla rechazado —protesté girando a verla.

Margot tenía su cabeza apoyada contra la ventana, en cuanto el autobús pasó por un bache se terminó chocando contra el vidrio.

—En realidad ella no debió besarte sin tu consentimiento. ¿Por qué me dices esto ahora? La hubiese puesto en su lugar —dijo cruzándose de brazos, estaba actuando como si fuera mi mamá.

—Precisamente por eso —respondí intentando cambiar la posición de la cabeza de mi hermana, se me estaba acalambrando el brazo—. Además, porque al principio me sentí ridículo por no besarla, creo que debí dejar que lo hiciera.

—Si no querías que te besara ¿Por qué mierda ibas a dejar que lo hiciera?.

—¿No se supone que la deje? Es que soy un chico y…

—¿Y por eso no tienes capacidad de decir lo que te gusta y te tienes que lanzar hacia aquello que tenga una vagina? —se quejó cruzándose de brazos, lo había dicho en un tono elevado por lo que la señora que estaba sentada no muy lejos de nosotros la estaba mirando con desaprobación, mientras que unos niños estaban intentando contener su risa—. No tienes que forzarte a hacer cosas que no quieres. Y remarca tus límites con Sandy o lo haré por ti, ya me está cayendo horrible.

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