Epílogo

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-¡Kim Wooyung vámonos!

La pelinegra rodó los ojos y tomó su bolso para bajar con rapidez a la sala donde le esperaba su novio.

-Mierda Chanhee, te dije que tengas paciencia.

-De eso no hay. —Soltó el rubio tomando la mano de la menor para ir rumbo a la puerta.

-¡yAH AL MENOS DESPIDANSE DE MI! —Oyeron el grito del ahora pelinegro y rieron.— Choi Chanhee, te llevas a mi primita lejos de mí y ni siquiera me dejas despedirme.

-Si no nos apuramos la señora de las llaves se va a cansar y nos vamos a quedar sin apartamento.

-Además queda a una cuadra de aquí, dramático. —Suelta la pelinegra dándole un golpe en la nuca.

-Ni siquiera nos veremos en la universidad. —Formó un puchero— Tu facultad queda en el quinto coño.

-Perdón por querer estudiar literatura.

-Piensa positivo, quizás quedes junto a la hermana de Juyeon.

-¿La hermana de Juyeon? —Pregunta Wooyung algo confundida por no saber de la existencia de esa chica.

-Si, él no habla mucho de ella, es muy sobreprotector.

-Uy, ¿Sunwoo tiene algo con ella?

El pelinegro se sonrojó con la insinuación de su prima y negó rápidamente.

-No y deberían irse, se les hace tarde, tórtolos. —Soltó empujándolos fuera de la casa.

-También te amamos.

Gritó la pareja riendo al ver como el chico rodaba los ojos y cerraba la puerta.

El mayor entrelazó sus dedos con los de la pelinegra y empezaron a caminar hacia su nuevo apartamento. Hace un mes aproximadamente habían tomado la decisión de vivir juntos, pues, la chica le había comentado que sus padres se habían mudado de provincia y ella no quiso ir así que se quedó en la casa de su primo, pero no quería molestar; así que el chico le propuso vivir juntos, propuesta que luego de pensarlo por un tiempo aceptó.

-Te dije que no era necesario que pagaras la compra del departamento.

-¿Y dejar que me eches cuando se te dé la gana? No gracias Choi.

-¿Cómo podría echarte, Wyyn?

La menor se encogió de hombros y el rubio se rindió al comprender que hiciera lo que hiciera, la pelinegra sería siempre independiente y eso era una de las cosas que más le gustaba de ella.

Llegaron al edificio y encontraron a nada más y nada menos que a Changmin recostado en la pared cerca de la entrada.

-La pobre señora esperando, le tuve que decir que yo les entregaba la llave. —Explicó lanzando la llave al aire y viendo como la menor la atrapaba.

-¿Te la dejó?

-Si, luego de media hora convenciendola de que no voy a robar nada ni los voy a matar.

La pareja comenzó a reír luego de imaginar a su amigo hablando de eso con la señora.

-Debo irme, en un rato empieza mi primera clase.

-¡No olvides tus lápices! —Bromeó la menor al recordar como su novio le había dicho que su mejor amigo solía olvidar sus lápices.

-¡De acuerdo, chica de las notas!

La menor rió al escuchar ese apodo, por el que solían llamarla ya desde hace tres años.

-No lo supera...

-Hola, yo tampoco lo supero.

-Deberían.

-Por esas notitas me decidí a declararme ¿Sabes?

-Uy el empujón.

-Fue un momento importante en nuestra relación, no seas cruel.

La pelinegra rió y abrazó al mayor poniéndose de puntitas para besar sus labios.

-No dramatizes.

Susurró burlona sin separarse y el mayor formó un puchero en señal de que quería otro beso.

-Procedamos a entrar porque en una hora tengo clases y tú igual.

-Mi beso~

-Ya te lo di.

-Otro~

La menor rió y volvió a besarlo, esta vez más lento y controlado por el mayor.

-¿Feliz?

Preguntó la menor y el rubio asintió con una tierna sonrisa en su rostro. La pelinegra le sonrió devuelta y entraron al edificio para ir al nuevo departamento.

-Te amo chica de las notas.

-Choi~

-Perdón, es divertido decirte así.

-Yo igual te amo Channie, con todo y tú fastidio.

NOTES GIRL ── CHOI CHANHEEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora