Una semana después, Juls estaba en la oficina de Jhon leyendo todo lo referente al concurso, la competición constaba de cinco carreras y cuarenta competidores, en la primera escogerían a los cuarenta, luego cada carrera descartaría a los diez últimos lugares, la carrera final tendría a los diez mejores, y de allí sólo dos serían escogidos por Industrias Porter.
El premio era un contrato de exclusividad por tres años, un premio de medio millón de dólares, y por último un vehículo. Aparte el ganador podría hacer publicidad a las marcas que los Porter autorizaran a ofertarle a ella, si llegaba a ganar, y ella sólo les daría la décima parte como regalías a los Porter; era perfecto...
—¡Son unos malnacidos! —exaltó Jhon, ella lo miró—. Pues que digan que la carrera no es para mujeres y se evitan tantos problemas.
—¿Y ahora qué?
—Son demasiadas las prerrogativas para participantes femeninas. —Volvió a mirar la pantalla de su ordenador leyendo consternado.
—Siempre ha sido así —le dijo despreocupada—, nada que no puedas resolver.
—Sí, pero es injusto, debo hablar con tu patrocinadora —dijo—, debo explicarle toda la lana que tiene que pagar para que entres en la carrera.
Julia, sonrió, entendía mucho mejor la posición de Melissa.
—Créeme que ella está al tanto de todo.
—Pero, ¿cómo? —quiso saber.
—No soy la primera mujer que patrocina —mintió—, aparte dijo que no reparara en pedir lo que necesitara, así que no te alarmes —concluyó y siguió leyendo.
—Bueno le enviaré la información al correo que te dio, finiquitando estos pagos ya estarías oficialmente dentro de la carrera, bebé.
—Bien —respondió, con poco entusiasmo, en realidad estaba pletórica por todo, pero se caracterizaba por controlar sus emociones; demostrarlas de buenas a primeras le había costado muy caro, hasta que aprendió...
Al día siguiente tal y como lo había dicho Julia, Melissa se hizo cargo de todo sin reparar en nada, Julia Valdés Vega, bajo su seudónimo JVega estaba oficialmente inscrita.
Ya tenían el cronograma del evento. En una semana sería la primera carrera de eliminación general. Estaba firmando su inscripción, Jhon a su lado.
Luego mientras ella firmaba y luego era fotografiada para las credenciales y promociones requeridas, Jhon prendió su iPad y estrenó su credencial de acceso en el sistema informativo de la carrera; cada competidor podría entrar y ver los datos estadísticos de todos los competidores, excepto los que pagaban y firmaban por una cláusula de confidencialidad absoluta, de estos competidores anónimos solo verían datos de rendimiento.
Jhon estaba atento a la lista de los participantes, eran más de cincuenta, hasta ese entonces, muchos pilotos eran conocidos por él, otros ni en lo más remoto; la competición fue abierta para participantes extranjeros, y contaba una gran cantidad.
Miró su reloj, Julia se estaba tardando más de lo esperado.
Volvió a actualizar la lista y parpadeó, volvió a refrescar la lista de los concursantes inscritos y lo ratificó, no era un error, para su desdicha.
«¡No! No puede ser, este imbécil estaba en Mónaco», se quejó para él y cliqueó el link correspondiente para leer mejor, quería que fuese una mera ilusión, pero no, era inevitable, allí estaba recién inscrito: Daniel Foster.
—¡Al fin! —Escuchó a su amiga llegar a su lado y pegó un respingo. Ella se sentó a su lado.
—¡Mona, madre susto...! —dijo exaltado, llevando su mano al pecho, casi jadeaba.

ESTÁS LEYENDO
Sin límite
RomansaJulia Valdés, alias JVega, una piloto profesional de monoplazas: joven, temeraria, sana y atractiva, deseó ir por sus sueños de la mano del amor de su vida, bueno pensó que eso debería ser lo normal... No, el ir por sus sueños aún y a costa del gra...