Esos ojos que brillan con cada exposición de luz. Libera sentimientos imprescindibles y difíciles de poder explicar y escribir en una simple palabra u oración. La luna, su protectora, la seguía brillando sobre su cabeza, un ángel caído del cielo.
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Los ligeros hilos de luz provenientes de su ventana tocaron ligeramente el rostro de la femenina. Su alarma sonó haciéndola despertar malhumorada, limpio su hilo de baba que caía por su boca y salió de su habitación sin colocarse las pantuflas. Bajo y observó documentos tirados, claramente del trabajo de sus padres. Pero ellos no se encontraban, supuso que se habían ido muy temprano sin despedida.
─Sabiendo de las cosas que consumo no se pueden quedar aquí ni 5 minutos para observarme.─chasqueo su lengua recogiendo los documentos tirados ─. Pensándolo bien es mejor para mí que ellos no estén.
Había llegado a Japón hace una semana y media, no era difícil acostumbrarse ya que ella era japonesa y vivió su infancia en el país del Sol naciente.
La universidad aún empezaba a inicios de otoño, ______ había ganado una pequeña beca para Tokyo International University, tomando en cuenta sus calificaciones, no eran buenas, pero se podían mantener en pie.
Tomó un vaso de leche y una tostada con mantequilla y se fue al baño para lavarse la cara que la traía pálida y cepillo sus dientes.
Tomo una camiseta que encontró en su cama tirada, para ser más específica una camiseta blanca con un pequeño agujero en la manga. Observó una pequeña carta sobresaliendo del refrigerador, la tomó y la leyó.
Querida ______:
Tu padre y yo nos tuvimos que ir temprano al trabajo, un ligero inconveniente ocurrió. Pero no te preocupes volveremos antes de la cena, necesito que vayas a Tokyo International University, tu futura universidad, y lleves algunos documentos. Los dejé en la mesa, necesito que los entregues y te REGRESES DERECHO SIN DISTRAERTE a CASA, es parte de tu rehabilitación. Te amamos.
─¿Rehabilitación? Joder mamá, no creo que pueda regresar derecho sin distraerme a casa. ─tomó los documentos que estaban en la mesa de la cocina, tomó su abrigo y se fue.
Su universidad no estaba lejos, por suerte, camino y observó detenidamente las calles de su país natal. Vio cómo pequeñas flores de sakura caían de sus árboles. La ligera brisa golpeó su rostro sintiendo frescura.
Al llegar la recibió una gran puerta de vidrio con las iniciales "TIU". Fue corriendo al vestíbulo. Pero un cuerpo imponente le cerró el paso.
─Mierda. ─maldijo apretando su mandíbula.
─¡Hola, buenos días! ¿Que desea? ─saludo alegre la encargada.
─Buenos días, soy Osamu Miya. Vengo para entregar mis documentos de ingreso.
─Oh, claro. Hmm... Usted jovencita, ¿para que viene? ─pregunto observando a ________, haciendo que el chico voltee a verla.
─Yo... vengo a dejar estos documentos. ─alzó los documentos que llevaba en mano con una mirada inexpresiva.
─Bien, disculpe ¿cuál es su nombre y edad?
─________ Sakuyami. Tengo 18.
─Bien, por favor demelos y yo los entregaré.
─Si, adiós. ─se los entrego y se fue.
Osamu observó a ________ irse con una gran inexpresion en su rostro. << Que grosera... >>.
______ camino por las casas tradicionales pasando callejones, en uno de ellos se encontró con Nick.
─MIERDA, NICK! ─salto del susto─. Avisa cuando te aparezcas de la nada.
─Seh. Bueno ¿vienes por la mercancía?
─¿Me ves cara de socializar? Ya dámelo. ─se lo arrebato de las manos, mientras sacaba dinero de su bolsillo.
─Siempre me he preguntado ¿de dónde sacas el dinero?
─No me jodas. ¿Eso en que te afecta? ─tomo la bolsita.
─No te pases de lista, Sakuyami. ─la tomó del cuello.
─Muerete. ─lo golpeó con su codo en el estómago lográndose zafar del agarre.
─¿has pensado en volverte más dócil? ─preguntó retomando el aire.
─Ahmm no. Me interesa poco lo que dicen de mi.
─En tu universidad pueden pintarte como la drogadicta.
─Pues más vale que les parta el culo antes. Adiós.
Tomo marcha a su casa, observó las nubes de paso, pensando en que hubiera pasado y ella hubiera nacido como una nube. Luego se torno turbio y dejó de pensar en eso.
Llegó a su casa, se quito los zapatos y se fue corriendo al baño para aspirar aquel alucinógeno.
─¡Wow, nunca me decepcionas, Nick! ─comentó alegre.
Salió del baño para dirigirse a su habitación, se acostó y quedó dormida.
Pasaron las horas, hasta que escucho pasos en la casa. Eran sus padres sin duda alguna.
─¿________? ─habló Sukuna , la madre.
─Hmm, estoy aquí, mamá... Papá.
─¿Que tal, cielo? ─pregunto Keigo, el padre.
─Ahmmm... Normal.
─Me alegro tanto. Me tope con la madre de Ariadna, su hija está tan grande.
─Si mamá. Más bien iré a su casa, adiós. ─dijo tomando su abrigo.
─Regresa antes de la cena. ─mencionó el padre quitándose la cortaba.
Ariadna era una antigua amiga de _______, se conocieron cuando eran niñas, específicamente en primaria. A pesar de la mudanza a New York no perdieron contacto. Su casa no era lejos sólo a unas cuadras, así que era fácil y rápido de llegar.
Al llegar tocó la puerta, la mismísima Ariadna abrió.
─¡________! ¿Que haces aquí? Pasa. ─habló dándole la bienvenida.
─Venía para pasar el rato.
─Llegas en el momento perfecto, ven sube.
Subieron a la habitación de Ariadna, ________ solo se recostó en su suave cama. Mientras que la dueña daba una linda sonrisa.
─Mierda, ha sido un día del carajo. ─bufo la pelinegra.
─¿Porque? ─preguntó Ariadna.
─Tuve que ir a mi "nueva" universidad.
─No tienes nada de que preocuparte, estaremos en la misma universidad. ─acarició el cabello de la joven de ojeras.
─Eso me reconforta.
─¡Oye! ¿Te enteraste que hay un chico que jugaba voleyball en nuestra universidad? Era muy bueno, yo estaba en su preparatoria.
─¿Que? ¿enserio? ¿Cómo se llama?
─Osamu Miya, creo. ─coloco su dedo índice bajo la comisura de sus labios.
