Capítulo 5:
Estaba ahí, riendo con una chica sentada en su regazo, la chica no era el problema claro que no, el problema era que el este aquí, en el lugar que yo había bautizado como un cielo sin preocupaciones. No sé si me vio bailar con los Miya, quizás no noto mi presencia entre toda esa gente pero me sentí incomoda con el ahí, decidí tomar aire.
—Ya vengo, iré a tomar aire, estoy sudando mucho.
—Seh, no te preocupes, te esperamos. —dijo Atsumu con la cabeza recostada hacia atrás.
Camino hacia la salida trasera y siento el aire golpear mi rostro, inmediatamente me derrumbo y me agarro fuertemente de mis rodillas. Recuerdos prohibidos llenan mi mente, mis labios duelen de lo fuerte que los apretó para contener mis ganas de gritar de la desesperación.
—Sabía que estarías aquí. —hablo una voz gruesa.
Mi cuerpo se paraliza nuevamente y decido alzar mi mirada que tiene rastros de rabia.
— ¿Qué demonios haces aquí? —vuelvo a tomar la compostura, dando una mirada retadora y colocando una mano sobre mi cadera, el solo se acerca con una mano en el bolsillo y la otra con un cigarrillo.
—Disfrutando de la noche, como tú. Por cierto, muy lindo vestido, remarca tu belleza. —dijo colocando su dedo índice debajo de la tira mi vestido pero tomo su muñeca.
—Que bien, porque no necesito un vestido para remarcar mi belleza, ignorante. —abofeteo su mano.
Toma mi mandíbula con su mano desocupada con brusquedad y la acerca a su rostro, haciendo que lo mire fijamente.
—No te hagas la ruda, querida, conmigo, no. —me lanza el humo del cigarro en el rostro. —Saca esa mirada amargada de tu rostro, te queda mal.
Lo empujo librándome de su agarre, el aprieta con fuerza su mano haciendo que sus nudillos se pongan blancos.
—Eres un imbécil. —suelto con altanería.
El alza su puño con la intención de golpearme, esquivo y giro quitándole el arma en su cinturón.
—Sigues teniendo a esta nena. —hablo refiriéndome a su arma favorita, apuntándolo con ella.
—Yoshio, ha acabado con cada uno de mis enemigos a mi lado. Hazlo, mátame. —en sus ojos vivía cierta locura, me da una sonrisa torcida. —Dispárame, sé que lo harás, hazlo, hazlo, hazlo...
Mi conciencia me hace reflexionar y bajo el arma, la observo detenidamente, esos bellos detalles, el color negro y el oro hacen una combinación hermosa.
—Habrá un día donde "Yoshio" se revelara otra su dueño y lo acabara. No por algo se llama justicia. —camino hacia él y coloco el cañón en su estómago y jalo del gatillo, un reflejo natural de miedo de su cuerpo salta ligeramente haciéndolo imperceptible.
—No existe persona cuerda que deje que su enemigo lo mate con su propia arma, sin tenderle una trampa, sabía desde un principio que no tenía balas, por el peso del arma. —le tiro su arma.
—Muy inteligente, solo que no soy una persona cuerda. —me mira.
—Lo sé, cuida muy bien de Yoshio, que nos volveremos a topar para acabarte. —camino hacia la salida para volver a entrar al club, dejándolo solo.
La gente seguía bailando como si fuera su último día de vida, algunos estaban en la oscuridad besándose y otros en vez de venirse se iban por tanto alcohol.
Osamu estaba recostado en uno de los pilares del club con los brazos cruzados, un olor a chicle y cigarro provenía de él.
—Fumar no es bueno, te lo dice una futura doctora. —le doy una sonrisa sincera y el me la devuelve.
—Lo sé, pero no lo hago seguido, prácticamente nunca.
— ¿Y Atsumu?
—Bailando con un par de fans que lo reconocieron. —dice haciendo un ademan chistoso.
—Por lo que veo no te gusta la fama.
—No me gusta para nada, pero lo tolero por mi hermano.
Me sorprendo.
—Veo que eres un buen hermano.
—Trato de serlo
— ¿Y, tienes alguna hechicera que ha conquistado tu corazón? —sonrió y el ríe.
—No, aun no. —me da una de las sonrisas más sinceras que he visto. — ¿Y tú?
Me quedo relajada viendo a la gente bailar y respondo.
—Yo tampoco.
Mis ojos se cierran y doy un bostezo, veo mi celular y era media noche, pensé que era mas tarde.
—_______... —habla Osamu con una expresión de seriedad.
— ¿Qué?
Lo veo dudar. — No nada.
—Bueno, la noche es joven y nosotros también, vamos a bailar. —lo tomo de la mano y lo bailamos.
Love shot de EXO sonaba en los altavoces, nuestros cuerpos se movían y el sudor volvió. Sentía un hormigueo en el cuerpo haciéndome bailar junto a él. El "na nanana" en la canción comenzó y me voltee para confrontarlo, nuestros manos se entrelazaron y nuestros cuerpos se meneaban juntos hasta abajo, podía sentir el jadeo del cansancio. Nos sonreímos como idiotas.
Atsumu era prácticamente el alma de esa fiesta, sus atrevidos bailes llamaban la atención de todos, de cierta manera era gracioso verlo bailar así. Pero yo estaba concentrada en bailar con su hermano, decir eso sin contexto puede sonar algo raro incluso atrevido, pero no era nada de eso, solo un simple baile que me ponía la piel de gallina.
Osamu parecía una bailarín profesional, igual que su hermano, quizás los genes del baile rondaban en esa familia o quizás su hermano y el van a muchas fiestas y ha sabido pulir sus movimientos con el tiempo, quizás la última es la acertada porque el guardia de afuera conocía a Atsumu, aunque no podría decir lo mismo de su hermano, pero qué más da, su hermano baila jodidamente bien, tanto así que me sorprende. Podrían confundirlo de uno profesional.
Oh, mierda. Parece que estoy ebria, ni sobria me atrevería a decir o hacer nada de esto, el alcohol saca mi lado más atrevido.
La canción acabo y comenzó a sonar Sway de Michael Bublé, me había distraído un poco, en eso ciento una mano fuerte en mi cadera, me volteo y logro ver a Osamu acercándome a él para bailar pegados. ¿Ahora también domina el cha cha cha?
— ¿Por qué no estudiaste para ser bailarín? Bailas muy bien. —digo mientras bailamos.
—Porque no me gusta bailar. —suena sincero.
— ¿Entonces porque estas bailando ahora?
—Porque estoy bailando contigo, tengo una pareja de baile maravillosa. —me sonríe.
Seré sincera, me sorprendió lo que dijo, me hizo soltar una sonrisa tonta como respuesta. Pero no fue para tanto para caer a sus pies o algo así.
Atsumu bajo de su podio y comenzó a brindar conmigo, Osamu no quería beber porque el iba a manejar. Me gusta su madurez.
Ya no sé cuántos tragos había tomado, había olvidado la cuenta.
Osamu Miya:
Eran las 2 de la mañana, tenía a _______ y Atsumu en la parte trasera diciendo incoherencias muy ebrios. En la radio suena Jump Out The Window y eso los activa.
—And your time is the only thing I wish was mine. —canta Atsumu.
Mientras que ______ le sigue.
Espera un momento... ¡¿A DONDE DIABLOS LA VOY A LLEVAR EN ESTE ESTADO?! Si la llevo a su casa, sus padres se molestaran, si la llevo a mi casa... No, eso es muy extraño, recién la conozco.
<<Pero eso no te importo cuando bailaste tan atrevidamente con ella.>> —habla mi conciencia.
Sacudo mi cabeza para olvidar ese recuerdo y me sonrojo.
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𝑨 𝑺𝒊𝒎𝒑𝒍𝒆 𝑨𝒅𝒅𝒊𝒄𝒕𝒊𝒐𝒏. || Miya brothers.
AcakEsos ojos que brillan con cada exposición de luz. Libera sentimientos imprescindibles y difíciles de poder explicar y escribir en una simple palabra u oración. La luna, su protectora, la seguía brillando sobre su cabeza, un ángel caído del cielo. U...