Icy diary - renga

Papel y lápiz

Le gustaba..
Su mejor amigo..
Y era un chico como él.

La cabeza del de ojos azules estaba hecha un lío, incluso había rechazado salir con el pelirrojo como lo hacían diario y tuvo que insistir que no necesitaba que viniera a verlo, lo que fue difícil ya que Reki se preocupaba por él; desde que conoció al chico se habían vuelto inseparables, incluso conocía a su familia. Jamás había sido tan cercano a alguien además de sus padres, claro que no pensó que esa cercanía significaría que en algún punto terminaría por.. ¿enamorarse? de su amigo.

Aún ni siquiera estaba seguro, fue algo demasiado imprevisible la forma en la que sus sospechas empezaron a surgir, pero tener sospechas de que te gusta tu mejor amigo es ya la mayor pista.

Durante clase mientras observaba a Reki hacer garabatos en su cuaderno esperando al profesor; dos chicas al frente de ellos tenían una revista juvenil y accidentalmente escuchó su conversación. “¿Cómo saber si te gusta esa persona? Número uno: piensas en esa persona todo el día..” pensaba en Reki todo el día, aunque era más extraño que hubiera pensando de inmediato en el pelirrojo cuando escuchó eso y no en una chica de su clase.  “Número dos: No le tratas igual que a otros amigos.. número tres: Cuando estás con esa persona, el tiempo pasa volando.. ”

Ahí fue cuando empezó a preocuparse, no tenía mucha información sobre relaciones románticas, su vida siempre fue snowboarding y sus padres. Apenas tuvo amigos en la escuela y en el club de snowboard en Canadá —aunque más que amigos los llamaría compañeros—. Si bien no tenía experiencia con ese tipo de amor no era un tema nuevo, sus padres, antes de la muerte de su papá, fueron melosos y demostraban cuánto se querían.. ¿eso quería él con Reki? Eso no lo había pensado aún.

Salió de su habitación, tanto pensar le había dado hambre.

—Mamá, ¿quieres pizza?

—¡Claro, cielo! Pídela con piña. —la fémina tenía un día de descanso por lo que se sentó en el sofá para estar al día con su programa favorito.

Después de pedir la pizza el de cabello azul se distrajo con la televisión, mirándola desde la cocina pues algo le había llamado la atención.

                   « Entonces solo haz un diario, escribe lo que sientes,
                       cuando lo escribes puedes procesarlo con claridad
                        y te ayuda a aclarar tu mente, no sé, lo leí en internet »

¿Debería? Era un consejo de una serie de adolescentes de los dos mil que a su mamá le encantaba. Bueno, no tenía nada que perder, prefería eso a quedarse sin hacer nada.— Llegará en media hora. —avisó, regresando a su cuarto.

Fue hacia su escritorio buscando alguna libreta útil que no tuviera muchas páginas ocupadas o que no haya usado aún. Con solo diez minutos buscando encontró una de aros con tapa azul, parecía ser una libreta que sería un diario, ¿eso era bueno? ¿Tenía que parecer un diario?

La abrió en la primera hoja y destapó su lapicero.

¿Qué es lo que exactamente debería escribir? ¿Con qué podía empezar?

— ¿Por qué es tan difícil?.. quiero salir a patinar.. —suspiró, recargando su cabeza en la libreta. Esto sería algo tardado.