Día malo

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—¡Reki! —lo llamó apenas entró a la clase, el pelirrojo estaba sentado ahí como siempre viendo la ventana.

—Reki, estuviste ahí.. ¿por qué te fuiste? Te estuve buscando, yo..!

— Fue un error. Solo fuí para comprobar algo, sigue sin ser de mi incumbencia nada que tenga que ver contigo o el skate. —contestó con desinterés en su voz.

La mirada de Langa demostraba más dolor de lo que el pelirrojo esperó. Había desilusión y desesperación. El canadiense no sabía que hacer, su pecho dolía, ¿ya lo odiaba? ¿había llegado demasiado tarde?

No se le ocurría qué escribir en su diario, la noche anterior se dio cuenta de algo fundamental: cuando patinaba siempre sintió esa presión en el pecho, esa fuerza que lo jalaban a dar y desear más y más

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No se le ocurría qué escribir en su diario, la noche anterior se dio cuenta de algo fundamental: cuando patinaba siempre sintió esa presión en el pecho, esa fuerza que lo jalaban a dar y desear más y más. Jamás supo de que se trataba pero de inmediato sacó la conclusión de que se trataba del skate, ¿de la fuerte adrenalina quizá?

Sin embargo aquella noche.. al competir.. no había sentido nada. No tenía motivaciones, incluso se cuestionó el por qué seguía haciéndolo, ¿qué sentido tenía? ¿por qué estaba haciendo eso? Ya no se estaba divirtiendo. Todo hasta que escuchó el grito de Reki, cuando lo vio volvió esa sensación. ¿Y si no era patinar? ¿Y si lo que lo causaba era Reki?

De pronto sintió como le arrebatan la libreta, entrando en pánico. Ahí estaban todos sus pensamientos y secretos, no podía dejar que nadie lo leyera.

—Señor Hasegawa, estamos en clase de álgebra. —era una maestra, a la que con su apariencia se lo podían calcular casi sesenta años.
La profesora verificó el contenido del diario para ver si de trataba de la clase, pero no lo leyó con profundidad, de inmediato podía asumir que no era de su clase.

—Te lo confiscare hasta el final del día, acabando las clases puedes venir a recogerlo a la sala de maestros.

Langa estaba casi temblando, ¿si la maestra lo leía estaría en problemas? Al menos no lo leyó en clase, eso hubiera sido horrible. Suspiró, volviendo a mirar decaído el libro. Esto captó la atención del pelirrojo, quién, aunque estaba teniendo una crisis de identidad seguía preocupándose por el de cabello celeste.  ¿Que habría en esa libreta que lo preocupara tanto?

Al final de clases Langa recogió sus cosas con rapidez, normalmente esperaría a Reki, aún cuando ya no iban a casa juntos se aseguraba de que el de ojos ámbar saliera con bien de la escuela; con esa simple acción llamó la atención de Reki pues des...

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Al final de clases Langa recogió sus cosas con rapidez, normalmente esperaría a Reki, aún cuando ya no iban a casa juntos se aseguraba de que el de ojos ámbar saliera con bien de la escuela; con esa simple acción llamó la atención de Reki pues desde la clase de álgebra le estuvo prestando más atención al chico.

Se sentía culpable por seguirlo, ya no eran amigos, él mismo lo alejó.. y aún así era el primero en buscarlo. No haría contacto, solo se aseguraría de que estuviera bien, después de todo desde ayer Langa no se veía bien, en la competencia se había visto muy vacío, desanimado. Era su culpa, no sabía porqué aparentaba que no.

El de ojos azules entró a la sala de maestros, en donde la maestra lo esperaba.

—Mira Langa, si necesitas ayuda puedes pedirla, ¿okay? —le sonrió un poco la maestra, que había leído la última hoja del diario solamente. Aunque por supuesto Langa no sospechó eso, estaba demasiado concentrado en qué le devolviera el diario.

—¿Uh?.. oh sí.. gracias maestra. —lo tomó y salió de ahí con la libreta en las manos, acarició la portada. Ya no podía preocuparse por ese diario.. ya no sabía que escribir.. su patineta se había roto, aún no sabía como acercarse a Reki, que seguramente lo odiaba, no entendía sus sentimientos sobre el skate y aunque ya lo había pensando muchas veces y hasta lo afirmó volvía a dudar de sus sentimientos por Reki, mejor dicho, volvía a dudar si era correcto sentir eso.

—No tiene sentido.. —tiró el diario a la basura, estaba frustrado, enojado, no pensaba con claridad solo quería rendirse y olvidar todo eso.

El pelirrojo vio esto y se acercó en secreto a la basura después de verlo alejarse.

Miró algo curioso el bote de basura, sacando la libreta. Por fuera parecía una normal, estaba algo doblada y arrugada, manchada de comida pero siendo propiedad de Langa no era extraño. Dudó un poco en abrirla, eso sería invadir la privacidad de Langa.. ¿pero y si ahí estaba la razón por la cuál el más alto había estado actuando así durante la competencia? ¿qué tal si en realidad no era por él?

Guardó el diario en su mochila y salió corriendo en la dirección contraria, se sentía un imbécil, al final siempre se preocupaba por Langa pero no podía estar a su lado.

Icy diary - rengaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora