Capítulo 8

283 25 8
                                    

La respiración se volvió pausada mientras el corazón latía desbocado. La garganta de HimChan se secó mientras los dedos de Yongguk empujaban la piel con las yemas de sus dedos. Apartó la mirada y poco a poco sintió el calor del mayor alejarse para mirarlo a su costado mientras se apoyaba contra el respaldo de la cama.

HimChan no lo miró.

Yongguk continuó con la vista fija en él solo un par de segundos y luego cerró los ojos antes de relamerse los labios, agrietados por las mordidas. Evidencia del recién culminado acto pasional.

Segundos pasaron raudos pero no así los minutos que de forma irónica y burlona demoraron en la cuenta. Hasta que por fin, el menor en ademán recién adquirido colocó la palma de su diestra sobre su vientre y suspiró aletargado por la preocupación y las ganas contenidas de salir corriendo a toda velocidad de aquella casa, en la que para comenzar no tenía razón alguna de estar. Sinceramente nunca la tuvo y ahora sus actos habían derivado en aquel fruto nuevo que maduraba a su ritmo en su vientre joven.

En ese momento su mente volvía a jugarle malas pasadas y se estaba maldiciendo de todas las maneras posible. Si tan sólo hubiera controlado sus hormonas -Seamos realistas y digamos "desde el inicio"- no estaría en tan complicado dilema. Odiaba el noventa porciento de sus decisiones y por supuesto, odiaba a Yongguk -quien no estaba precisamente menos nervioso. Muy por el contrario sentía la sangre hervir con un ligero sazón a ira sin dirigir- El tiempo siguió su paso entre ellos y ya sin poder evitarlo el primero en hablar fue el mayor... Sentía que podían temblarle los labios.

–¿Estás... Estás esperando un bebé? –preguntó en voz baja y HimChan sintió las mejillas húmedas y la fuerte presión en la garganta. Le parecía increíble la contraposición de emociones intensas en menos de media hora. Era abrumadora y lo arrastraba hacia abajo, a lo más fangoso de su corazón desbocado.

–Sí –Respondió por fin y más lento de lo que debería volvió a respirar tras haber liberado el aire viciado de sus pulmones, y estos dolieron, quizá al expandirse de más en una nueva inhalasion forzada y rápida.

El silencio consecuente se sintió denso y espeso... Aceitoso por el sudor erótico de la pasión desbordada previa que aun se secaba sobre la piel joven. Se sentía como la mantequilla, casí podía cortarse con un cuchillo... Incluso se sentía óleoso y salado sobre sus lenguas al saber ambos una verdad innegable y absoluta.

Claro que sí... Yongguk sabía... Lo sabía muy bien. Sabía que, HimChan sólo estaba con él y lo supo desde la primera vez, pudo sentirlo... Pudo sentir como aquello en el cuerpo del menor se abría y se desgarraba, sintió la presión intensa entorno a él y desde ese instante lo supo. Podía ser muchas cosas pero Yongguk no era estúpido, podía sentir la diferencia entre la virtud extinta y la virtud que recién era tomada. Así y eso era la realidad, además aunque se negara a aceptarlo, de aquel hombre se decían siempre cosas indecorosas, se hablaba de su fascinación sobre el alcohol y los cigarrillos, pero absolutamente nadie hablaba de buena fuente y de manera evidente sobre la falta de virtud de HimChan. Nadie era tan osado como para hacerlo, nadie podía poner en riesgo la reputación por manchar la de otro... En aquella isla, al menos era lo único que podían conservar. A Yongguk se le revolvió el estomago, tenía ganas inmensas de volver el estómago. Un fuego corrió desde lo profundo de su pecho y quemó su garganta como si se tratase de alcohol corriente, lo ahogaba y lo mantenía al borde de las lágrimas amargas. Él sabía.

–Creo que tengo dos meses... No lo sé –añadió HimChan mientras las lágrimas caían lentas por sus mejillas, se relamió los labios y tras suspirar se encogió de hombros– Es un desastre.

–Lo es –Por fin respondió Yongguk y luego le sujetó tembloroso la mano... Se estaba poniendo la soga al cuello y lo sabía... Pero estaba jodidamente enamorado de ese chico bonito, aunque también sabía que era un absoluto jodido hijo de puta sin sentimientos.– ¿ya lo sabe él? –preguntó

Silenció... Silenció prolongado e incómodo, de nuevo el sentimiento pastoso que le paraliza a uno la lengua. HimChan se limpió con el dorso de la mano el rostro húmedo y armandose el del valor que nunca creyó tener y el estómago totalmente contraído lo soltó como el balde de agua fría que seguro sería –Es tuyo– Dijo... Que Yongguk se jodiera, que se jodiera como estaba él de jodido y ¿cómo no?, que se jodiera con su amor...  Porque jodidamente lo amaba demasado.

Silencio pero no sorpresa... Luego una risa estrepitosamente alta y luego las lágrimas de Yongguk. Yongguk miró a HimChan y luego cubrió su rosto con las manos. De pronto ambos lloraban como un par de niños pequeños. Cada uno a su lado de la cama.

Que te jodan HimChan... Estamos jodidos –susurró el mayor... Se sentía el más estúpido de los infelices... Y tan sólo estaba siguiendo una corazonada quizá guiada por lo duro que lo ponía un chico bonito... Realmente estaba absolutamente hundido.



----------------------------------------------------------------------

Absolutamente lo siento por el retraso. He estado de lleno con los deberes universitarios y todo se complica.

Por otros lado les platico. He pensado mucho esto y me gustaría comenzar un proyecto en conjunto porque creo que es una oportunidad de conocer a otras autoras y conocer otros estilos... Dado a eso me gustaría que, si hay alguien interesado de verdad a trabajar conmigo me contacte para concertar algo. Tengo varías ideas pero me gustaría escuchar algunas más.

También y para quien lea hasta este punto y sea primero en comentar obsequiaré un oneshot. Añadido a esto, hay dos personas por aquí que siempre están comentando y pendientes -ustedes saben quienes son- me gustaría que se comunicarán y me hicieran saber sobre alguna pareja para su oneshot de obsequio, tanto por su lealtad como por motivo (todo esto) al día del amor y la amistad.

Whit You (Banghim)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora