Capítulo 9

323 29 15
                                    

Es increíble, verdaderamente es increíble cuando las cosas cambian de momento sin haberlo pensado nunca.

Increíble que después de las lágrimas espesas de la preocupación llegue una calma extraña, que se disuelve a cada paso y que, sabes no durará mucho.

Aún mientras lloraba angustiado y Yongguk temblaba un poco asustado. Habían hecho el amor. Yongguk casi se lo hacia con ira reprimida y sosteniendose a la cordura, por su parte le mordió la piel que alcanzó. Como una burla. El sabor del momento parecía el del caramelo seco, un caramelo que se había hecho rancio y que sin embargo tomabas valor para comerte. Al final a HimChan le temblaban las piernas, al final estaba seguro de que cualquier sabría que su piel a lo que olía era a sexo.

Cansado, el chico menor de había quedado a dormir en aquella cama, había dormido hecho trizas, hecho polvo a pesar de que mil veces Yongguk lo había rearmado con maestría. Yongguk le había dado mimos que él no deseaba y que Yongguk sinceramente se había sentido obligado a dar.

Por su parte Bang se durmió tranquilo, como quien acepta la condena y no se encapricha en imposibles. Lo hecho,  hecho estaba.

Ojos rasgados, bonitos, casí gatunos se abrieron a las 9:15 am y lo que vieron, ni más ni menos pareció un rumor extraño del futuro. Yongguk estaba respirando tranquilo y a su lado con los ojos cerrados, labios gruesos estaban relajados pero juntos en una línea majestuosa que se le hizo bonita -culpaba a las estúpidas hormonas- el corazón le latió desbocado y Yongguk abrió los ojos. Lo miró y le dedicó una sonrisa -no se la merecía sólo porque iba a tener un bebé con su sangre, creía firme en eso-

–Hola –saludó Yongguk un la voz un poco más grave a esa hora de la mañana

–Hola –Le devolvió HimChan, como si fuera un sueño, Yongguk se levantó de la cama. Con su desnudez majestuosa y perfecta, la piel morena ilumida por lo que parecía un brillo de fino rocío de primavera, talvez por la actividad de la noche previa. Le observó todo el rato mientras se ponía los pantalones sueltos antes de regresar a la cama

–¿Que haremos?– preguntó y luego se volvió con la mirada al techo. Si no miraba demasiado a HimChan todo resultara ser un sueño extraño... No costaba intentarlo

–Voy a tenerlo... Es mío y puedes verlo sí gustas alguna vez, compré el boleto para cruzar a ciudad, buscaré un empleo y ya te enviaré la dirección– Las palabras de HimChan salían atropelladas, dudosas, temblorosas y ahí, en esos momentos eran en los que la edad más se le notaba. Cuando hablaba de aquella forma sin sostener la mirada, como si formara una red de diálogo interno en el que la participación del prójimo solo era un factor externo su importancia. Casi desagradable.

Aplazalo -Fue lo que Yongguk dijo con el estomago hecho un nudo tenso– Nos vamos juntos. No estás solo en esto, no es justo que cargues con esto sólo... Además mis abuelos viven en la ciudad y podemos estar en su casa un tiempo en lo que arreglo las cosas y consigo algo para el bebé.

Y por una vez HimChan se sintió protegido y que lo cuidaban. Resultaba que por una vez había encontrado a alguien que realmente lo quería a su lado.  A pesar de no admitirlo se sentía feliz, tan feliz que son poder evitarlo se echó a llorar como nunca lo había hecho. Sin ocultar los sollozos y el movimiento irregular de su pecho y mientras las lágrimas bajaban por las mejillas pálidas y sobre los labios rojos asintió. Asintio porque no lo estaban dejando solo, no lo hacían de lado como a un chico roto... Estaba tan contento porque aquel bebé... Al que por primera vez le sonreía alguien, alguien que parecía querer cuidarlo. Por primera vez aquel pequeño que crecía parecía tener lugar y por vez primera en su corazón a ese niño nada le reprochaba. Incluso le perdonaba -aunque no tuviera culpa- alguien que no lo amaba se embarcara en una aventura larga.

Alguien se arriesgaba por él, alguien prometía trabajar por él... Yongguk quería dejarlos todo por su hijo... Por él y por su hijo, aunque no lo amara y aunque no tuviera la certeza de ser el padre... Yongguk lo dejaría todo por él, Yongguk le tomaría la mano y él, él la aceptaría porque lo amaba.

Whit You (Banghim)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora