capítulo 2

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Suspiró, y lo hizo porque no sabia como comenzar. El hombre que con él se encontraba en esa habitación se mantenía en silencio, silencio que para ese momento le parecía más profundo que el mar y el oscuro de los ojos ajenos. Se relamió los labios y el mayor lo notó, lo notó porque lo conocía. No eran más que amigos, amigos con algunos privilegios pero no más. Y ambos lo sabían, y por eso, silencio consumia al menor de ambos, silencio e incertidumbre. Incertidumbre porque talvez estaría solo, esperando por alguien que dentro suyo crecía y que bien sabía, en su corazón no deseaba.

Y por fin, el silencio se vio roto, y la espera habia acabado, por voz profunda y masculina que de su ensoñacion sacó al más joven haciendole pegar un pequeño salto sobre su lugar en el sofá, Yongguk rió divertido por aquello y luego negó mientras lo miraba con ojos cálidos.

-¿No es temprano para huir de casa?- preguntó el chico mayor mientras el menor se volvía hacia a el, contemplando facciones masculinas.

-No- se animó a responder con simpleza. Incluso inconscientemente habia dejado de parpadear, se relamió los labios en gesto nervioso y estirando el brazo derecho en ademán súbito pero estudiado golpeo el hombro del contrario buscando ser natural. Yongguk, le miró extrañado pero nada dijo, su amigo era de esa manera y de esa manera en su corazón ocupaba un lugar, le gustaban sus labios rojos y su forma de hacer el amor, la manera en que achicaba los ojos para mirar lo que estaba a lo lejos y sobre todo aquella sonrisa encantadora.

-Yongguk- Ahora el menor rompió el silencio y animandose a coger la mano ajena entrelazó sus dedos de forma tímida, dejandose caer hacia a un lado para recargarse contra el brazo del padre de su hijo que pequeño crecía en su interior. Extrañamente ahora tenia ganas de llorar y la garganta le escocía por ello... El mayor abrazó su cintura y las lágrimas bajaron por sus ojos, mojando sus mejillas de manera caprichosa. A esas alturas ya era imposible que fuera un sueño del que despertaría, aquello era real y para aquel momento en su juventud era el final, el final más horrendo y se odiaba por ello. Odiaba el momento en que había irresponsablemente (ahora si se loparecía), entregarse entre risas a ese hombre que ya, para ese momento deslizaba los dedos por la piel desnuda que un pequeño dobles descuidado habia dejado expuesto.

Conciencia se apaga y primer beso es dado de forma intensa y lenguas se reconocen.

Ojos se cierra y el mundo se vuelve dos.

Labios jadean y cuerpo tiembla.

Las piernas del menor se abren y su corazón también y a su pequeño bebé le pone culpas.

Distancias desaparecen y cuerpos de conectan y al diablo todo HimChan está dstinado a caer mil veces por él, pero su cabeza se niega más por orgullo que por falta de sentimientos y en estúpido arranque de valentía mal encaminada termina haciéndose prometer que aquel hombre que sobre él se mueve y entre estocadas duras lo mueve sobre blanda superficie y que con esfuerzo se encuentra susurrando palabras bonitas y frases lujuriosas al mismo tiempo mientras se desbordan no será infeliz por su causa y que pequeño ser adentro suyo no será lastre para ninguno... Su mente no podía verlo como más. Estaba aterrado y lo quería demasiado, no arruinaría los sueños de ambos, no si podía salvar a alguno.

Whit You (Banghim)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora