Whit You (Banghim)

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Llevaba horas recostado sin moverse demasiado en aquella cama mullida aun que sinceramente se estuviera haciendo incomoda por el uso entre las sabanas en negro y rosa tan sólo observando el techo en completo silencio mientras la música en el reproductor de mp3 sonaba llegando a sus oídos a través de los audífonos rojos bastante desgastados por el tiempo, tan solo meditando o siquiera intentando hacerlo puesto que su cabeza no podía procesar Aquélla información que para ser exactos hace sólo dos horas atrás había descubierto. Volvió a tomar aquella barra plástica que en ese momento su mente casi de forma inconsciente calificaba de "diabólica y burlona" Mirándola fijamente para por millonésima vez verificar aquello. Dos barras rosas.. Positivo, entonces y solo tras dejar a un lado aquella pruba y meterla bajo su almohada al igual que su reproductor y audífonos se levantó de la cama con los ojos enrojecidos alzando la camiseta negra con aquel toro rojo que parecía furioso tan característico de los bulls para mirarse al espejo, colocándose de perfil para verse, inflando sus mejillas casi de forma inconsciente, aun no había rastro alguno de alguien dentro o de que como en ese preciso momento ocurría su vientre estuviese fecundo. Acaricio su vientre aun plano, firme, de piel pálida y sedosa mientras soltaba el aire viciado de preocupación de sus pulmones tratando de sonreirle a su reflejo que mostraba piel juvenil y perfecta, cabello oscuro ojos almendrados e inquisitivos, seductores y preciosos sin dejar de lado aquellos finos labios rojos que el padre de aquella criatura aun demasiado pequeña para ser llamado algo más que "manojo de células" -por más que sonase despectivo- había tomado sin compasión más veces de las que el adolescente cerebro suyo podía recordar.

Y entonces lo que si pudo recordar fue el terror porque el estrepitoso ruido de la puerta al cerrarse con furia lo saco de su ensoñación, esa misma que lo mantenía al borde de las lágrimas y entones tratando de espabilar miro el reloj de pared sobre el espejo ya eran las 5pm y Papá había llegado y con el los gritos característicos en casa, no podía creer en lo estúpida que era aquella mujer que a el lo había tenido en el vientre pues no hacían más que soportar humillaciones y golpistas, maltratos y vejaciones a ella y a su hermana por suerte el había nacido con la capacidad para salir por la ventana y la puerta trasera mientras nadie observaba aunque fuera rematadamente cobarde -o inteligente depende de que forma se le mirara -aquel hombre a fuera lo asustaba demasiado era alto y estaba muy robusto producto del trabajo en una fábrica y las mudanzas, sin mencionar lo borracho que siempre estaba, siempre tan ciego a las súplicas pero sobre todo ciego al daño que le hacía a la familia. A el particularmente le había quemado la espalda con cigarrillos y cuando niño lo había golpeado hasta hacelo vomitar, le había quebrado los dedos de la mano derecha cuando lo empujó contra el ppavimento una navidad cuando tenía apenas catorce años por derramar refresco de uva sobre una orilla de la alfombra marrón que usaban de tapete de la entrada en ese entonces, le había dolido mucho y espero hasta el final de las vacaciones escolares para que se lo atendieran correctamente y como era costumbre en aquel pueblo con costumbres machistas arraigadas nadie hizo demasiadas pregunta y el incidente paso como tantas veces sin pena ni gloria, sentía pena por las mujeres que lo pasaban peor que su madre pues sabia habían algunas que además no tenia lo suficiente para darles alimento a sus hijos, el por lo menos comía un poco a diario y lo agradecía al cielo, pero en ese momento por quien sentia más lastima era por si mismo pues sabia en el corazón que era un cobarde que no era capaz de tomar sus cosas, hacer las maletas y largarse lejos de esa casa en la que había crecido y en la que sólo había recibido una educación mediocre a base de gritos y en la que era mil veces mejor quedarse en la escuela con hambre que regresar a casa a escuchar lo de siempre.

Ese día como otros muchos tomo la chaqueta gris del closet empotrado a la pared, la billetera rosa pálido con unos pocos won metiendola dentro del bolsillo del pantalón y por su puesto el teléfono móvil de la mesilla de noche justo a un lado de su cama deshecha, puso el pestillo a la puerta. al igual que la cadena que le habia instalado por si alguien tuviera la llave y el no se encontrará, se alejo a paso lento para no hacer ruido y cuidadosamente abrió la ventana sintiendo inmediatamente el viento frio de la tarde nublada -para no variar en aquel invierno- deslizó primero la pierna derecha por arriba del bordillo y luego hizo lo mismo con la izquierda dándose la vuela con rapidez para sujetarse entonces del marco de la ventana y bajar los pies hasta una de las macetas de concreto empotradas a la pared del patio trasero desde que tenía memoria, entonces al sentirse firme ahí de pie con cuidado y con los brazos bien pegado a la pared volvió a darse la vuelta para estar de frente a la muralla que lo separaba de la calle flexiono un poco las rodillas y directamente salto hacia el suelo tratando de reducir sonidos, corrió para darse impulso hasta el muro y lo salto sin pensarlo mucho solo permitiéndose sonreír cuando sus pies lo llevaron a pisar el pavimento firme y tras pegar una carrera de un par de minutos llegar al centro de aquel pequeño pueblo pesquero y solo un par de semanas en verano "turístico".

Suspiro ahí de pie en el kiosko de teja roja tomando aire a bocanadas pues el nerviosismo que jamás se había desvanecido cuando escapaba de casa embargaba su corazón, se relamio los labios y resolvió caminar hasta el destino que desde hace cuatro meses atrás había escogido como su escondite secreto, hacia frio y eran quince minutos a pie hasta las afueras de aquel pueblo en el que se encontraba su destinatario, camino en silencio y solo se detuvo cuando estuve frente al lugar al que se había dirigido. era una casa de un piso pintada de azul oscuro con una verja metálica totalmente cerrada en color negro, tenia una puerta gris a un lado que servía de entrada y salida para las personas cuando estaba de servicio pues aquello no era más que un taller mecánico para los camiones de carga que si eran abundantes debido a la fábrica de enlatados que se encontraba al otro extremo de la isla. Se inclino a verificarla y sonrió amplio al notar que como muchas otras veces sólo estaba atorada por el mismo peso del metal Reviso que no hubiera nadie que pudiera ver aquello y pateó fuertemente para abrirla viéndola ceder con un estruendo por lo que de inmediato se colo dentro y el sí puso el seguro a la puerta. Camino entonces por el pasillo lateral de aquel edificio hasta llegar al patio trasero donde se encontraba una pequeña casa de color verde que no era más que las habitaciones restante del taller y que en su tiempo habían servido como lavadero para los camiones y almacén, se toco el vientre con una mueca y entro con paso firme a la casa, encontrandolo ahí con una cerveza en la mano mientras veía la televisión recién bañado y con los músculos aun tensos en compañía de otro chico al que había conocido en el instituto y que ahora trabajaba en la fabrica cómo repartidor, Dae Hyun había sido su mejor amigo en el tiempo en que aún estudiaba y ahora solo le dedicaba miradas de reojo, comentarios sobre su cabello y asentimiento de cabeza, se había acostumbrado a eso tanto como a verlo ahí puesto que debido al trabajo había hecho buenas migas con aquel hombre que en silencio le miraba ahora con una sonrisa poco expresiva y con una señal de cabeza le Indicaba el sitio a su lado. Tomo asiento sin replicar y con rapidez saco del bolsillo una cajetilla de cigarrillos para ponerla en las manos del dueño de "casa" quien con una sonrisa ládina los recibió encendiendo raudo un cigarro ofreciéndole uno a cada uno antes de cerrar la cajita y ponerla sobre la mesa de centro justo a un lado de las latas de cerveza vacías siendo Dae Hyun el único en tomar uno antes de ponerse de pie y caminar en dirección a la salida susurrando una despedida para ambos al pasar frente a ellos.

Al fin estaban solos.

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