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La motocicleta de Yoongi se detuvo frente a él, y Jungkook sintió alivio de que el mayor estuviera sólo en ese instante, porque no sabría cómo reaccionaría si también iba a buscarlo con Hoseok

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La motocicleta de Yoongi se detuvo frente a él, y Jungkook sintió alivio de que el mayor estuviera sólo en ese instante, porque no sabría cómo reaccionaría si también iba a buscarlo con Hoseok.

El alfa frente a él se quitó el casco, su cabello desordenado cayendo sobre sus ojos, y Jungkook sintió deseos de pasar sus dedos por entremedio de su pelo.

Por supuesto, se contuvo.

―¿Necesitas un aventón para tu casa? ―preguntó Yoongi sonriendo, ofreciéndole el casco.

Jungkook lo tomó, poniéndoselo, y subió detrás de Yoongi, abrazándolo por la cintura, el masculino olor alfa envolviéndolo.

Jungkook no sabía a qué olía él, no podía adivinar su aroma, pero esperaba que no fuera algo tan fuerte como el olor de Yoongi, porque él inmediatamente quedó un poco aturdido cuando el aroma de cuero y pino lo llenaron.

―¿Puedo pasar la noche en tu casa, por favor? ―preguntó en voz baja.

Yoongi pareció tensarse unos segundos, sin embargo, luego relajó sus hombros y encendió la moto.

―Tus deseos son órdenes, Kookie.

Cerró sus ojos cuando el apodo envió una ola de calor por su espina dorsal, y se aferró al cuerpo de Yoongi apenas partió, apretando contra su cuerpo la cajita con las cartas.

Minutos después Yoongi se estacionó fuera de un conjunto departamental, por lo que Jungkook se bajó y espero al alfa para que lo guiara a su hogar.

―Vivo solo ―comentó Yoongi en el ascensor―, bueno, con Hoseok ―se removió, nervioso―. Sobre lo del otro día, me disculpo por él...

Jungkook le miró, asintiendo.

―No importa ―contestó, restándole importancia.

Yoongi rascó su mejilla, sin decir otra cosa, y cuando las puertas del ascensor se abrieron salió hacia la derecha, deteniéndose delante de una puerta. Jungkook le siguió, avergonzado, pero sin saber exactamente el porqué.

El más alto abrió, quedándose quieto.

Jungkook sintió que se ahogaba cuando un olor suave, como loción de bebé, llegó a su nariz.

―¿Yoongi? ―se oyó una voz viniendo del interior―. Estoy aburrido, Yoonie, ¿por qué no vienes y me follas?

Sentía de pronto sus mejillas coloradas, en especial cuando los ojos de Yoongi se dilataron.

―Mierda, Hoseok, ve a ponerte algo de ropa ―ordenó Yoongi, entrando.

―¿Por qué? ¿Sigues enojado conmigo? Anda, prometo... ―Hoseok se enderezó cuando Jungkook apareció también, sin mirarlo a los ojos―. Oh ―el omega bajó un poco la camisa blanca y larga que llevaba, ocultando su ropa interior―, bueno, si quieres un trío...

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