EN BUSCA DE LA MUNDANIDAD-Larry Stylinson

Capitulo V

Él lo esperó nervioso en aquel bosque, pero nunca apareció, y así varios días más. El Diablo se sentía morir por dentro, necesitaba saber qué había ocurrido con su amado pero no quería iniciar un conflicto con los ángeles, necesitaba pensar claramente las cosas. Hasta que finalmente el ojiazul, un día regresó a él.

-¿Lou?- Dijo sollozando el desconsolado Diablo -¿Qué ha pasado, pasó algo?

-Harry... me encontraron

-¿Que?

Allí le contó que sus superiores la habían descubierto, pero que creían que mantenía una relación con un humano, como castigo por ello lo encerraron por unos días para que reflexionase.

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-Louis William, el serafín mayor te llama a que hables con el.

El ojiazul se dirige a una habitación con la cabeza baja

-Así que tu eres el ángel que se enamoró del pecado- retumbaron las palabras en el gran salón en el cual estaban- Creo que no me presente, soy-

-Se quien es usted... cualquier ser acá lo sabe, eres el serafín supremo, el mayor de todos, el tan aclamado Zayn

-En todos tus halagos yace la vanidad, el pecado, solo sirvo a que prosperemos en armonía y paz.- Se dirige hacia el ángel- Bueno te llame porque has roto una de nuestras más importantes reglas, mantenernos por el camino de la luz...

-Y lo he hecho estimado serafín, solo que ahora además de solo entregar y velar por el bien de los demás, también yo soy feliz, estoy finalmente viviendo

-¡Para! Para de decir blasfemias. Quería que entraras en razón sobre tu pecaminosidad solo teniendo una conversación, pero me obligaste en tener que sentenciarte, estarás en la Jaula.

La Jaula, es como lo dice el nombre, una jaula, pero esta absorbe la luz celestial que habita en el interior de los ángeles, convirtiéndolos así en prácticamente humanos, consumiendo cada parte inmortal de los alados; este efecto duraba hasta que el sometido se arrepintiera de su cometido.

-Por favor sáquenme de acá- suplico sollozando- Por favor... juro que jamás lo volveré a ver, volveré a mi vida de antes, pero sáquenme de acá, necesito mi luz, esto está absorbiendo mi alma- Y finalmente los barrotes de la Jaula se abrieron...

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Pero en cuanto pudo nuevamente escapó. Harry sabía que los ángeles eran muy rigurosos con quienes rompían las normas y que los próximos castigos sólo serían peores. A él nada le ocurriría, pues en su mundo era un príncipe y se hacía su voluntad. Pero la peor parte la llevaría él y no podría hacer nada para salvarlo pues su límite era entrar en guerra con ellos.

-Angelito, no puedo soportar que te hagan daño, no puedo siquiera pensar que estas mal, que tus hermosas alas estén bajas, que tu hermoso cuerpo no dance con tu dulce alegría.- Aquella situación despertaba toda la furia del Diablo pero Louis con su dulzura lograba aplacarlo diciendo que podía soportarlo.

-Estaré bien, estaré bien mi dulce amado, no te preocupes por mis encierros ni nada; he vivido más de 10.000 años sin ti, no sabía lo que era la vida sin ti, pero ahora lo se, tu eres la vida- Dijo, tomándole las manos para consolar su sollozo.- Jamás pensé que vería un tan precioso Diablito llorar.

-¿Ves lo que provocas en mi? Por eso mismo no puedo dejar que nada te pase, no se de que soy capaz para verte feliz, no se si me pueda controlar...

-Harry, necesito que me ames.

-No te entiendo, ya lo hago, ¿acaso no lo sabías?

-No Harry, necesito que me ames de otra manera, necesito que mi piel sienta la tuya, necesito sentir como nuestras respiraciones se conect- -El Diablo lo interrumpió con un suave y profundo beso

-Jamás pensé que lo dirías Louis, jamás pensé que un ser como tu tuviera esos deseos

-No porque sea un alado, no voy a querer que me amen.

Y así fue como el inesperado suceso pasó... así fue como un ángel del mismo Cielo se conectó con uno de los príncipes del Infierno eternamente, así como como el mal penetró a la luz y todo se convirtió en lujuria misma. Las alas blancas rodeaban todo el esculpido cuerpo que tenía sobre él, las respiraciones se aceleraban y pupilas se dilataban, era arte para el Diablo ver como el lucero bajo el arqueaba su espalda por el placer que le entregaba. Eran extrañamente perfectos.

Tal vez y probablemente, no había sido la escena más erótica que haya vivido el cornudo, pero fue la primera vez que conecto con alguien, que deseaba a alguien con tanta desesperación y libertinaje, pero al mismo tiempo que se preocupaba que sentía el otro, quería que Louis sintiera todo lo que el sentía y mas, quería que se sintiera completo.

Esa noche Louis le pidió que no pensase en nada más que amarlo y Harry respeto cada uno de sus deseos...

Pasaron toda la velada cobijándose, solo ellos, solo Louis y Harry, ellos eran el universo juntos, pero separados no eran nada, eran piezas que debían ser complementadas. Antes de conocerse eran barcos sin rumbo, sin norte, sin un hogar, pero desde ahora tienen uno, tienen una brújula.

Y el tan odiado momento llegó, despedirse.

-No te vayas, quédate aquí conmigo. Si regresas ahora a tu mundo temo no volver a verte...- le suplicó

- Te prometo que pase lo que pase regresaré... por favor espérame aquí mañana... -respondió él mientras acariciaba su mejilla y se marchó.