Capitulo VI

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El día siguiente fue eterno para el Diablo, la incertidumbre oprimía su pecho evitando que pudiese pensar en otra cosa, hasta que la oscuridad nuevamente cayó en la Tierra de los humanos. El tiempo pasaba y él no llegaba, Harry comenzaba a ponerse nervioso, no podía imaginar que le había ocurrido. Hasta que en un momento, de la nada, Louis apareció. Angustiado, se abrazó con fuerza a él, esto llamó su atención 

-¿Louis, que ocurre?, ¿Sucedió algo? - preguntó

- Harry...-

De la oscuridad emergió un segundo ángel, Niall, que venía persiguiéndolo -¡Louis si no regresas ahora mismo perderás tus alas y quedarás condenado al destierro!- exclamó -No puede ser, es un Diablo!, ¡¿Esa es la razón de tus escapes, haz perdido la cabeza?!-

Harry estaba dispuesto a enfrentarse con él pero él lo detuvo -No lo hagas Harry... no te involucres, podrías ocasionar una guerra...-

- ¿Acaso ese Diablo te hechizó?- continuó aquel ángel

- Él no tiene nada que ver, es mi decisión venir aquí y estar a su lado- se defendió

- Una cosa es que espíes a los humanos para observar sus costumbres y otra es que vengas a estas tierras para reunirte con un demonio, ¡es una deshonra!-

- Vete, diles que no me importa que me quiten mis alas, pero no volverán a encerrarme jamás- dijo él con determinación.

- Espero no te arrepientas de tu decisión...- sentenció por último el ángel y se marchó.

- Louis... - susurró Harry

- ¿Puedes quedarte conmigo aquí?...- preguntó el

- Yo haría lo que sea por ti...- sonrió el Diablo.

Se fueron juntos al pueblo y se alojaron en una confortable posada bajo sus falsas identidades. Ya en la intimidad de la habitación -¿Qué planeas hacer Louis?... No puedes perder tus alas por esto...- dijo él

- No quiero pensar en eso ahora. En este momento sólo somos tú y yo Harry...- respondió él mientras se abrazaba de su fornido amado.

Esos sentimientos le daban valor, su único deseo era compartir el mayor tiempo posible con Harry.

Aquel Diablo lo amaba y deseaba tanto que el más mínimo gesto de parte de él era suficiente para desatar toda la pasión que había en su corazón.

EN BUSCA DE LA MUNDANIDAD-Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora