Capitulo 8

3.5K 375 78
                                    

                     ¿Desterrados?

     Toda Konoha estaba reunida cerca de la Torre Hokage, alrededor, en forma de círculo, del Hokage, él Consejo y los 4 "demonios" que están por ser juzgados.

     - Estamos aquí para castigar a uno de los mejores ninjas que tenemos por mentir descaradamente, sobretodo con este tipo de temas ¡Su familia tendrá que sufrir las consecuencias de igual manera por tal acto despreciable! - grita Danzo con odio en su voz, haciendo que los aldeanos chillen en acuerdo - No podemos, en cambio, deshacernos de un ninja tan formidable y del último Uchiha con vida, por lo cuál, decidimos darles una oportunidad de redimirse, ya que hasta ahora no han causado problemas - al escuchar eso los habitantes empezaron a chillar, con disgusto hacia la decisión tomada - ¡Silencio! ¡No se escaparán de un castigo, simplemente tendrán uno más leve! - informa, haciendo que los chillidos paren - Decidimos desterrarlos por dos años de la aldea ¡En ese periodo de tiempo tiene prohibido pisar la aldea! Tendrán que servir la aldea desde fuera bajo la atenta supervision de uno de los legendarios Sannin ¡Él los diciplinará y los hará convertirse en unos soldados aptos, fuertes y fieles para Konoha! ¡Los enseñará a no volver a decir o hacer cosas de tal magnitud! - grita, señalando a las 4 personas cabizbajas que estaban justo en él medio, acompañados de un sonriente peliblanco -

      La multitud vitorea en acuerdo a la decisión tomada "¡Que esos demonios sean amaestrados y convertidos en soldados útiles!" "¡Por lo menos tendrán un propósito en la vida aparte de ser unos buenos para nada!" "¡Harán que nos protejan en vez de cargar en nuestra contra, en contra de lo que indica su naturaleza demoníaca! ¡Estaremos a salvo!" Eso y más se escuchaba entre la multitud.

    Un vendedor de ramen, que estaba entre la multitud, solo un poco apartado, junto a su hija, escucha con rabia y desprecio lo dicho por él resto ¿Cómo podían creer que esos angelitos que venían siempre, junto a su honorable padre, a las tantas de la noche (cuando ya todo él mundo dormía) a comer y hacerles él día mucho más animado y entretenido después de un arduo entrenamiento, son "demonios"? ¿Que idiotez están diciendo? Si se tomarían por lo menos 2 minutos para conocerlos se darían cuenta lo inofensivos que son. No conocen familia más unida y con tanto amor para dar.

    Por ahí cerca, escondidos, un grupo de niños de la misma edad que los que están ahí en medio, junto al adulto que los supervisaba, estaban viendo todo con incredulidad "¿En que problema te metiste esta vez, maldito estupido?" Se preguntaba irónicamente un cabeza de piña perezoso, ya que sabía él por que de todo eso.

     Cuándo se enteró de lo ocurrido todo empezó a cuadrarle, ya que para él lo dicho por él Hatake era lo más lógico del mundo. Su padre le había contado que el rubio era un jinchiuriki después de lo ocurrido, ya que sabía que su hijo no se creía que "él mejor ninja de Konoha, así, de la nada, enloqueció y se inventó que su antiguo sensei era él padre del 'niño demonio' para clamar atención" Porque, claro, un ex Anbu es un ninja  que seguramente lo que busca es llamar la atención, cómo no.

    - Esto es absurdo - murmura entre dientes él Nara. Sus compañeros y sensei asienten en acuerdo.

     Él sensei al ser cuestionado y puesto contra las cuerdas por "él hombre más energético del mundo", delante de toda su clase, no pudo negar lo expuesto por él joven, confirmado quién es el portador del Kyuubi. Claro, él más joven había dicho que lo dedujo, ya que no quería causarle problemas a su padre. Gracias a eso sus compañeros se dieron cuenta de que tenía razón, por lo cuál eso tenía que ser una mala broma ¿Acaso ahora juzgaban y trataban a su amigo, bueno, amigos en general, y su padre, cómo meros objetos? ¿Soldados programados para obedecer? ¿Que les hará ese hombre? No querían que sus amigos pasen por eso.

    - ¿Cómo pueden ser tan imbéciles? - dice Kiba con rabia acumulada -

    - Nosotros fuimos igual de imbéciles cuando nos enteramos - afirma Chõji arrepentido -

    - Es verdad, cuando nos lo comentó Shika por primera vez nos asustamos, lo juzgamos y creímos que un Kunai y una funda son lo mismo - dice la Yamanaka sin mirar a sus compañeros, ya que su mirada estaba posada en su amiga pelirosa. Todavía se lamenta el no estar ahí para apoyarla cuando más la necesitó. Cuando todavía iba a la Academia intentó en varías ocasiones acercarse, pero esta desaparecía de un momento a otro. Quizás no intentó lo suficiente - Si Iruka-sensei y este perezoso no nos hubieran dicho que un prisionero es una cosa y la cárcel otra, seguramente hubiéramos sido igual o incluso peor -

     - Yo he sufrido mucho por él incidente de hace 10 años, perdí a mis padres - empieza a contar el profesor - Con el tiempo, y conociendo más a Naruto, me dí cuenta de que es imposible que sean lo mismo. Cuando fui a visitarles en estos dos años me dí cuenta que todos mis prejuicios eran estúpidos, ya que lo único que vi fue una familia unida, y unos shinobis que seguramente serán la élite de esta aldea - dice, mirando con preocupación a la multitud - Estoy en desacuerdo con lo que está pasando - dice mientras voltea a ver a sus estudiantes - pero Jiraiya-sama es una buena persona, no hay nada que temer - les da una sonrisa que intenta mostrar una tranquilidad que no siente -

     - ¡NO TEMAN, NIÑOS! - les grita de repente un hombre, que sale de una esquina y usa un traje verde mulado a su cuerpo, asustandolos - Hablamos de mi querido y eterno rival ¡nunca dejaría que sus pequeños sean convertidos en maquinas sin sentimientos - dice dándoles una sonrisa brillante -

       Ese hombre es Maito Guy, el mejor amigo del Hatake. Está completamente seguro de lo que dice, ya que conoció a esos niños, hasta los entrenó. Vio él vínculo que une a esos cuatro, por lo cual no importa lo que intenten, no lograrán deshumanizarlos. Además ¿quien en su sano juicio pensaría que él Sannin peliblanco sería capaz de algo así? Lo más  seguro es que han logrado comerle la cabeza al malhumorado y cascarrabias anciano-idiota ¡No hay nada que temer!

       - ¡Imbécil! ¡No asustes a los niños! - le grita Iruka, terminando por darle un "merecido" sopapo detrás de la cabeza -

       Él hombre en verde solo se rie y mira con diversión a la mamá gallina ahí presente, feliz por ver a su amigo ahora más relajado.
     

     

     

SOMOS UNA FAMILIA (EQUIPO 7) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora