[3] KISS AND MAKE UP, wizarding world

15 | HalloVeen

XV. HALLOVEEN

Allison no dejaba de percibir miradas de todo con quien se cruzaba. No le había dado importancia al principio —no es como si no le gustara que la mirasen—, pero empezó a mosquearse, ya que no entendía por qué. Así que, cuando se cruzó con un grupo de alumnos de Hufflepuff que comenzaron a cuchichear en cuanto la vieron, fue directa a preguntarles.

Y no le gustó nada lo que escuchó.

Aprovechó que era la hora de la cena para ir al Gran Comedor, donde suponía que el causante de todo se encontraría. Ahí estaba, riéndose con sus amigos en la mesa de los tejones, como si le divirtiera mucho lo que había andado diciendo por todas partes.

Se puso a andar hacia él y se paró frente a los cuatro chicos que formaban el grupo. Todos se callaron al instante, pero Zacharias Smith tuvo el descaro de sonreírle con burla.

—¿Te has enterado de las noticias, Potter? —preguntó aguantando una risa.

—Voy a destrozarte esa cara tan fea que tienes —dijo Allison entre dientes, conteniéndose demasiado.

Uno de los chicos soltó una carcajada y escondió su sonrisa detrás de la servilleta, aunque de poco le sirvió. No era nada disimulado. 

—¿Tú de qué te ríes, payaso? Cada día entiendo menos a los hombres. ¿Qué pasa, que como no me quise acostar contigo, ahora le vas diciendo a la gente que soy una buscona? 

Smith no torció su gesto ni un poco y miró de reojo a sus amigos. Solo que era el que se había reído antes parecía seguir divirtiéndose. Los otros dos, Ernie Macmillan y Justin Finch-Fletchey, tenían cara de querer largarse de ahí cuanto antes. 

—Yo solo he contado lo que pasó. 

—¿Lo que pasó? No pasó nada —recalcó la última palabra—. Te intentaste acostar conmigo, te dije que no y te marchaste insultándome. Y le has ido diciendo a todo el mundo que nos dimos el lote y que te dejé plantado con las ganas por la puta cara.

El cabreo estaba subiendo muy rápido, no sabía cuánto iba a aguantar hasta soltarle un puñetazo.

Por esta razón debería dejar de salir con chicos y estar solo con chicas.

—Deja de ponerte en ridículo, anda —dijo Smith—. Le hiciste lo mismo a Ernie —Le puso una mano sobre el hombro, y él lo miró con espanto, queriendo que cerrase el pico—. Saliste con él para después romper porque te dio la gana. 

Se acercó a él con la varita levantada, con la clara intención de hechizarle.

—Vamos, no soy tonto. Primero le rompes el corazón a Ernie, después le pusiste los cuernos a ese Weasley, el mes pasado te tiraste a Hooper y luego no le volviste a hablar, y ahora me dejas a mí así. ¿Quién será el siguiente?