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De regreso a la sala común, mientras caminaba iba viendo cada detalle del castillo, se veía muy lindo las piedras que conformaban las paredes del castillo hacían lucir este como de época medieval

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De regreso a la sala común, mientras caminaba iba viendo cada detalle del castillo, se veía muy lindo las piedras que conformaban las paredes del castillo hacían lucir este como de época medieval. La sala común estaba en el séptimo piso del castillo, a veces me parecía largo el camino.

- ¿Por qué no tomamos un atajo? –Se quejó Jack.

- Pues yo no conozco muy bien el castillo y dudo que tú si –Le contesté

- Vamos, una buena aventura no le hace daño a nadie –Hizo un intento de cara triste

- Quita esa cara, si lo que piensas es darme lastima lo único que me estas causando son ganas de darte una cachetada

- Eres una persona muy agresiva y eso está mal, mírate, no puedes ser tan pequeña y esconder tanta maldad –Se burló

- A veces me pregunto porque acepté ser tu amiga –Puse los ojos en blanco

- Porque soy un encanto –Recorrió con sus manos todo su ser-. Entonces, ¿vamos por otro camino?

- Eres una mala influencia para mí –Termine accediendo a lo que el castaño sugirió.

Caminamos casi por todo el castillo, creo que los dos no éramos lo suficientemente inteligentes para captar que ninguno sabia ningún atajo. Pasamos por un corredor lleno de armaduras, podría jurar que una se movió. Por más vueltas que dábamos llegábamos al mismo lugar.

- Creo que nos perdimos –Dijo el castaño ya preocupado

- Si no me lo dices no me doy cuenta

- Ja ja, que gracio –Se interrumpió -. ¿Escuchas eso?

- Oh no, rápido, ¡corre! –Era filch, el conserje, debía ser de noche para que el anduviera por todo el castillo buscando algún alumno fuera de la cama.

- ¡Por aquí! –Gritó Jack

Los dos nos metimos a una sala tan rápido como pudimos, mire a mi alrededor, para ser una sala era espaciosa, estaba llena de columnas y arcos de cemento para el diseño de esta. Al fondo se podía visualizar dos destellos, conforme me acerque pude darme cuenta de que eran lámparas. En medio de estas se encontraba un espejo, el espejo era dorado, tenía varias decoraciones en el marco, en los extremos tenía unas puntas igual doradas y en la parte de arriba estaba escrito algo. Me puse frente al espejo, lo que menos me esperaba era verme a mí con mis padres, con muchos amigos y uno que otro regalo a mi lado.

- Oye Jack, ¡ven a ver! ¡Es genial, veo a mis padres! –. Le hablé emocionada. Jack se acercó a mi rápidamente. Observo el espejo.

- Vaya... -. Parecía estar embobado con el espejo -. No veo a tus padres, pero sin duda esto es algo mejor

- ¿Qué? ¿Estás seguro? –Asintió -. Ven párate aquí

El espejo de Oesed, eso era. El espejo te muestra tus más profundos y más desesperados deseos del corazón. Por eso me veía a mi siendo una persona feliz, en esa imagen tenía la vida perfecta, todo lo que pude haber deseado. Todos los días regresaba para ver esa imagen, grabándomela en mi mente una y otra vez.

- Deberías dejar de ir, es como la droga te hace feliz, pero hace daño -. Mire confundida a Jack- Es como... inhalar polvos flu –Estalle a carcajadas.

- Ni la persona más idiota inhalaría polvos flu

A mi izquierda pasaban los estudiantes, supuse que directo a su clase.

- Ten cuidado no te juntes con ella, seguramente te lance un maleficio –Una chica de pelo rizado le susurro a su acompañante. Esos comentarios eran frecuentes.

- Ignóralas, ya quisieran ser como tú –Me apoyo mi amigo castaño. – Entonces no regresaras al espejo, ¿cierto?

- No prometo nada...

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Y regresaba, todas las noches, se convirtió en una adicción, algo que probablemente me destruiría si lo dejaba ir. Después de unos días, quizás semanas, ese ya no era mi lugar secreto, pues poco después alguien lo encontró.

Llegó navidad, una de mis épocas favoritas, aunque no voy a mentir que me encantaba por los regalos.

- ¡Feliz navidad, pequeño demonio! –Jack me abrazó fuertemente.

- No me dejas respirar... - Me soltó y mi respiración volvió a la normalidad -. ¡Feliz navidad! ¿Qué llevas puesto?

- Oh, esto –Sonrió malévolamente -. Son pijamas, ¡te traje una!

Mire el pequeño paquete y luego a él. Traía puesto un pijama de reno. El pijama era lindo, ciertamente ridículo, pero lindo. Desenvolví el paquete y era un bonito pijama de muñeco de jengibre.

- ¡Ni lo sueñes! –Chillé

Después de una larga discusión, termine con un pijama de muñeco encima. Lo divertido fue que me dejó subirme de caballo en su espalda y recorrer todo el castillo. Todos nos veían increíblemente raro, pero no le di importancia.

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Y ahí me encontraba una vez más, frente el espejo, contemplándolo. Un ruido sonó fuera del salón, la puerta se abrió de repente y se cerró. Me escondí rápidamente. Se escuchaba la respiración de una persona, pero no veía a nadie. Al final, de la nada apareció un azabache –Una capa de invisibilidad- Se miró frente el espejo. Desde ahí no fue más mi lugar.

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⏰ Última actualización: May 05, 2021 ⏰

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