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« Shuhua »
—Creo que me identificaron en el último golpe. — dice entre masticar. —¿Alguna vez te identificaron por un golpe?
—No que yo sepa, no. — Yuqi niega con la cabeza.
—Correcto. Creo que estoy en problemas.
Las dos estaban sentadas en la cocina del matrimonio Seo-Yeh desayunando. Después de ser informada de las consecuencias de su misión fallida, Shuhua tuvo mucho que discutir con su mejor amiga. Sabían que Soojin no estaba en casa, así que sería seguro hablar de eso (poco sabía ella)
—¿Le miras bien?— Yuqi pregunta.
—Pequeña cosa. 10 dólares,15 dólares.
—Tal vez es filipino. — La china se encoge de hombros.
—Tal vez, pero estoy segura de que era una chica. — dice, haciendo que la mayor se ahogue con su café.
—¿Estás diciendo que otra chica te pateó el trasero?— levanta las cejas con incredulidad.
—Sí, quizás. — Shuhua asiente, apuñalando su tenedor en su desayuno.
—¿De verdad? Bueno, entonces esto debería ser fácil para ti. Quiero decir, ¿Cuántos asesinos sabes que son chicas?— Yuqi dice haciendo que Shuhua se encoja de hombros. —Hm. Veo que Soojin lavó los platos. — Ella asiente detrás de la menor.
Shuhua mira por encima de su hombro. —¿Cómo sabes que no fui yo?
—Porque una vez, cuando todos los cuchillos estaban sucios, te vi cortar un panecillo con tu llave. — dice ganándose un giro de los ojos de la taiwanesa. —De todos modos, ¿obtuviste algún otro detalle además de su clase de-
—Ordenador portátil.
—¿Lo siento, qué? Estás en toda ésta zona y me cuesta mucho hablar contigo.
—Ordenador portátil. — Shuhua deja caer una computadora portátil quemada sobre el mostrador.
—Está bien, portátil. — Yuqi asiente. —Se ve muy bien. ¿Obtuviste algo de eso?
—Tengo una dirección. 435 Highland Drive, Seúl. — Dice Shuhua.
—¿Lo sabes?
—Suena familiar. Vamos a verlo.
—Tomaré mi abrigo.
[...]
Llegan a la dirección en quince minutos. Shuhua usa una máscara y una gorra antes de dirigirse al edificio. Al acercarse a la recepción, se baja la máscara lo suficiente como para hablar.
—¿Disculpe, señorita?
—¿Sí, cómo puedo ayudarle?— La recepcionista sonríe.
—¿Es posible para mí saber quién posee el 3500. — Shuhua pregunta.
