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–¿Puedo conducir?– le miro impaciente, inmediatamente se gira a mirarme.

–¿Sabes conducir?– lo dice como si nunca hubiera visto a una niña de trece años conducir, se que no es común pero en este tipo de vida se ve de todo ¿no?

–Más o menos– balanceó mis pies ya que no llego al suelo, los miro y eso me molesta un poco.

¿El coche de Leo esta adaptado para mí?

–¿Pasa algo?– hablo como si me acabara de dar cuenta de que me está mirando –¿Tengo algo en la cara?– me toco la cara entera y él se ríe –¿Por qué te ríes?– hablo como si fuera tan despistada como tonta.

–No es nada– mira al frente y arranca –Ese tal Coronel ¿dónde está ahora?– me mira unas dos veces mientras conduce.

–Murió– respondo directamente –Por eso tuvimos que entrar en una banda– me miro las manos, juego con mis dedos como si no pudiese estar quieta.

–¿Tuvimos?– parece impaciente por saber más de "Zoe"

–Si, en realidad el Coronel nos "protegía"– hago comillas con los dedos.

–¿Por qué lo dices así? Y ponte el cinturón– instintivamente me doy la vuelta y me lo pongo.

–Porque en realidad solo evitaba que nos secuestraran, nunca nos dio de comer o nos cuido, cuando se emborrachaba podíamos aprender algo de números o algo parecido, era un borracho muy amable– intento que mi voz suene lo más nostálgica posible.

–¿Y los demás?– aunque es pesado supongo que esta bien que este tan interesado en preguntar, eso me deja claro que se cree mi historia.

–Éramos cuatro, el primer año intentamos quedarnos juntos pero secuestraron a una de las chicas, por eso pensamos que meternos en una banda sería lo mejor pero nos fuimos separando, ahora no sé si están muertos o escondidos por ahí fuera– me recuesto en el asiento.

–No pareces muy triste– porque no lo estoy.

–Nunca nos llevábamos muy bien, cuando murió el Coronel solo queríamos sobrevivir a la calle, cada uno se fue por donde pensó que le iría mejor– con la cabeza en el respaldar del asiento me giro un poco para mirarle, él me mira de reojo.

–¿Qué harás si apruebas?– aprieta las manos y se remueve incómodo.

–¿Eso quiere decir que estoy dentro?– me incorporo y le miro ilusionada.

–No, he dicho si apruebas– recalca el "si" y yo su suelto un largo "ah".

–Solo quiero vivir– miro al frente.

–¿No hay nada que quieras?– niego con la cabeza –¿Nada? ¿No quieres ir a algún lado? ¿De verdad?–

¿Es tan raro no desear más cosas? No estoy acostumbrada a desear cosas, lo tengo todo, no se como actúa una persona que no tiene nada. No se que desear.

–Es que no lo he pensado– me encojo de hombros mirándole –Pero si tuviera que elegir algo...– no se me ocurre nada que decir.

Vamos Emma di algo.

–¿Ver a los delfines?– solo veo un cartel del zoo al pasar.

Ahora que lo pienso nunca he ido al zoo.

–¿Delfines?– suena confundido.

–Si ¿por que no? Nunca he ido al zoo, no he hecho muchas cosas– suelo estar muy ocupada.

–¿Solo eso? ¿Solo ir a ver los delfines?– no entiendo que le parezca raro yo no le juzgo por su animal favorito.

–Solo eso–

Herederos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora