Itachi siempre lo supo. SasuSakuNaru.

No puede estar mal

Itachi siempre lo supo.

Pero entre saberlo y aceptarlo, hay una diferencia.

Una parte de él lo entendía completamente, no se imaginada a esos tres separados. Donde sea que iría uno, los otros dos lo seguirían; estaban en cada desfile de Sakura, aun en los más pequeños alentándola, iban a los castings de Naruto, incluso cuando Sasuke rendía en la facultad, al salir, los otros dos lo estarían esperando, para celebrar que el Uchiha había aprobado o animarlo de lo contrario.

Hoy era uno de esos días. Sasuke hacia terminado de rendir su ultimo final de su primer año. Estaba enfundado en un elegante traje negro y camisa blanca, que llamaba la atención de casi todos los jóvenes -incluso de profesores- del campus; pero él ni siquiera volteo a mirarlos, su vista se enfocó en los dos chicos que lo esperaban fuera del aula.

A sus 18 años, Naruto logro la altura de 1.89 cm lo cual, sumado a su cabello rubio, lo hacían fácil de encontrar en una multitud. Traía jeans gastados y una remera naranja, el típico vestuario relajado pero llamativo que le gustaba utilizar. Y a su lado Sakura, vistiendo un corto vestido floreado y sandalias, estaba tan bella y sencilla como siempre.

Al ver salir a Sasuke, ambos le regalaron una de sus grandes y características sonrisas, e Itachi vio, aun a la distancia, como su hermano respondía con una pequeña, pero que solo les dedicaba a ellos.

Itachi siempre supo que ellos tres eran uno. Solo Sakura y Naruto nunca funcionaria, eran demasiado soñadores, la seriedad y orden de Sasuke los ayudaba a no volar demasiado cerca del sol. Tampoco lo haría si fueran el morocho y la pelirosa, ambos eran tranquilos y rutinarios, necesitaban del rubio, para que los moviera de su rutina y los sacara de su zona de confort. Y definitivamente, solo el Uzumaki y el Uchiha serian un desastre peleando todo el día, la Haruno era quien los unía, como un bálsamo que movía los engranajes evitando que produjeran chispas.

No debía ser muy inteligente para notarlo, la forma en la que se complementaban era única y hermosa, en perfecta armonía. Por eso para el Uchiha mayor, era tan difícil comprender a la otra parte de él, rechazaba la idea de verlos a los tres como una pareja.

- Los estas viendo demasiado fijo- Kisame apareció por detrás. - ¿Qué es lo que tanto te preocupa? -

- ¿Y si esto no está bien? - por fin rebelo la duda que tenía guardada desde hacía años.

Kisame soltó una risa y le indico que los mirara. Sasuke se acercaba caminado a Sakura y Naruto, los tres sonreían, y cuando llego, ella se abrazó a él, gritando y saltando por el logro del morocho, mientras este con un brazo la sostenía, y con el otro chocaba el puño del rubio.

- Solo tienes que observarlos Itachi, la forma en la que se miran. Si tienen esa cantidad de amor entre ellos, no puede estar mal. -

Esas palabras calaron profundo en él. Y los observo, finalmente coincidiendo con Kisame. Los ojos de los tres brillaban de amor, se veían entre ellos de forma única, tenían una conexión que no podían ocultar a los demás.

Itachi hizo memoria, y se dio cuenta que siempre había sido así, no solo sus ojos demostraban el amor, las sonrisas, la forma en la que ambos chicos tomaban posición a cada lado de la chica independientemente de la situación, como se buscaban con la mirada cuando estaban en grupo con mas personas, incluso como sabían lo que pensaban sin necesitad de palabras.

Si tienen esa cantidad de amor entre ellos, no puede estar mal.

Y aunque tuvo dudas, Itachi no podía negar, que por lo menos una parte del el siempre lo supo. Y gracias a Kisame, aquella parte que tenia dudas y miedo, había desaparecido. Ese día no solo lo supo, sino que también lo acepto, y se alegro por los tres.