~Sugar Daddy~ -Jaeyong- {Taeyong x Jaehyun} NCT

68: Niñeros Por Dos Días Pt 1

-- Espera. ¿Dos niños? ¿Todavía no nos hemos casado y ya quieres dos niños?

-- ¿Qué? ¡No! -- se puso notablemente colorado en seguida. Lee rió -- Es que debo cuidar a mis hermanos por dos días-

-- ¿Tienes hermanos? -- preguntó sorprendido. -- ¿En plural? ¿Cuántos son?

-- Dos. Pero el caso es que mi madre se tiene que ir por dos días y no puede dejar a mis hermanos solos en casa- -- y volvió a ser interrumpido

-- Espera, ¿cuántos años has dicho que tienen? -- entrecerro sus ojos y señaló al chico de enfrente algo desconfiado

-- Oocho (? -- hizo énfasis en la primera o con una sonrisa nerviosa al mismo tiempo que se encogía por miedo de que esa cifra tan baja hiciese negar al alto -- Casi nueve -- añadió al final cuando vio los entrecerrados ojos ajenos. En realidad no era muy cierto, faltaba medio año para el noveno cumpleaños de los mellizos.

-- Y quieres meterlos en mi casa... -- siguió mirándolo desconfiado

-- Lo se lo se, sé que es arriesgado. Pero no puedo dejarlos en casa e irme contigo o dejárselos a algún conocido e irme contigo

-- Me- -- iba a hablar, pero nada más suspirar para pronunciar la primera palabra, Jaehyun ya le había interrumpido hablando con extrema rapidez

-- Prometo prometo que no los perderé de vista en ningún momento. Cocinaré para ellos y los meteré a dormir, si quieres que duerman en una habitación y yo con ellos. Si rompen algo lo pagaré o lo limpiare. Me encargaré de que no te molesten con el trabajo y los mantendré siempre distraídos con cuentos o juegos. No permitiré que manchen nada blanco de lo que haya en tu casa. No les permitiré entrar en ninguna habitación de las cuales ni yo he entrado ni tampoco les dejaré tocar nada tuyo. Incluso los acompañaré al baño si hace falta.

Taeyong alzó sus cejas sorprendido. Apenas pudo entender algo de lo que dijo. Abrió sus palmas y las alzó a la altura de su pecho en señal de que parase porque no entendía nada.

Sin embargo su menor tenía la cabeza gacha y sus palmas juntadas como si estuviese rezando y él fuese Dios. Se veía desesperado

-- Espero que seas consciente de que no entendí nada -- habló cuando Jae terminó de hablar, separando las manos del mencionado indicando que no era necesario que le suplicase de esa manera -- Sin embargo, no creo que necesites decirme toda esa lista otra vez. Me gustan los niños, y sabiendo lo solitaria que es esta casa cuando tú no estás, unos niños no vendrían mal. -- le sonrió hermosamente al bajo

-- ¿E-en serio me dejas? -- le miró con brillo en los ojos por el alivio

-- Claro. Nunca tuve hijos y dudo tenerlos pero sin duda tus hermanos le darán ambiente familiar a mi casa -- se imaginó como se verían dos niños pequeños corriendo por las escaleras mientras jugaban al pilla-pilla -- Será divertido ser niñeros por dos días -- hizo gesto de pensar, porque en realidad lo sería -- Al fin podré saber cómo se siente ser padre -- sonrió ampliamente, claramente feliz.

Su Sugar Baby le miró contento. Ni se esperó esa respuesta positiva ni ese lado paternal de su Sugar Daddy. Sinceramente se veía adorablemente feliz. Entendía su felicidad, pues era igual que para una madre. Recuerda lo feliz que estuvo la suya cuando él nació. Su madre le explicó que cuando era más joven, era niñera, y trabajaba para familias adineradas las cuales tenían mucho trabajo y no tenían tiempo de alimentar a sus hijos.

También mencionó que al cuidar a esos niños por tantos años, se acostumbro a ellos, y se sentía como una madre de verdad. Entonces, se dio cuenta de lo hermoso que era ser madre: tu querías a los niños y ellos te querían a ti.
Así, cuando cumplió los veinte años, supo y estuvo segura de que quería formar una familia.