52: Placer Para Perdonar

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Con toda calma, Jaehyun suspiró y trató de no volver a llorar o no gritar. Se giró lentamente encarando al alto sin soltarse del agarre de sus manos.

Se miraron unos segundos en silencio. A pesar de que los dos eran un lío de emociones ahora mismo, no decían nada.
No tendrían nada que decir estando ambos tan cerca del otro.

Jeong apoyó sus dos manos en los hombros del contrario, de alguna manera queriendo separarse un poco. Pero su cuerpo no respondía, no se separaba, no se movía.
Tenía toda la libertad de apartarse con brusquedad y separarse del pelirrojo, pero aún así no lo hacía.

Sus ojos conectaron en medio de todo ese silencio. Los ojos del bajo seguían rojos de tanto haber llorado, en cambio los ajenos estaban entristecidos, pero no rojos como los suyos.
Pero a través de esa mirada podía entender como estaba desesperado por tenerlo a su lado y pedirle perdón.

Por primera vez sus ojos indicaban sentir algo que jamás habían presenciado juntos.

Taeyong volvió a susurrar.

-- Perdóname -- susurró sobre sus labios, a pocos centímetros de ellos.

El menor tragó saliva queriendo llorar otra vez. No quería perdonarlo, estaba demasiado ofendido y enfadado, pero su corazón saltaba de tal manera que lo hacía confundir. Su cerebro no se ponía de acuerdo con su corazón.

Negó con la cabeza no entendiendo que pasaba con él mismo. Quería pensar que todo estaba bien y que podía confiar en el alto, pero ciertamente ya no podía hacerlo. Su cerebro le decía ser listo y cuidadoso, mientras que el corazón le decía que le de otra oportunidad ya que lo quería a su lado.

Tenía desórdenes mentales ahora.

¿Por qué era una persona tan fácil? Podía perdonar fácilmente y odiaba eso.

-- Por favor -- volvió a pedir desesperado por ser perdonado. Sus ojos se cerraron en forma de súplica y juntó sus frentes.

Se había acercado dos centímetros más al rostro del pelirrosa inconscientemente.

Dios, ¿por qué no se apartaba de Taeyong?

Era como si su aparato locomotor hubiese dejado de funcionar por completo.

Bajó su mirada no sabiendo qué hacer, pero al haberla subido se encontró con los ojos ajenos clavados en los suyos de nuevo.
El pelirrojo no tenía pensado apartarse hasta que el pelirrosa le perdonara.

Jae miró los labios ajenos igual que Taeyong hizo con los suyos. Sus frentes ahora se despegaron y en cambio Lee permitió el acercamiento de sus narices así rozándose entre ellas.

Al de hebras claras ya no le pareció importarle que estaba semidesnudo, seguramente hasta se había olvidado de eso, pero ahora no importaba nada que no fueran sus labios uniéndose apasionadamente.

Taeyong había hundido sus manos en las suaves y medio mojadas hebras del bajo después de haber mirado por un milisegundo los labios impropios. Después, siempre y cuando con el permiso del de hebras rosas, unió sus labios desesperado por un contacto de los mismos.

Si el menor no podía responderle, al menos que correspondiera al beso que tanto anhelaba.

Para su suerte, el beso si fue correspondido. Vaya que si no hubiera pasado se hubiera humillado a sí mismo.
Con ese contacto labial entendió que el chico sí quería perdonarle, o que tenía una segunda oportunidad.

Por otro lado, Jaehyun seguía sin entenderse a sí mismo. No entendía por qué ya no le importaba nada, no entendía por qué se dejaba besar, no entendía por qué las lágrimas se empezaban a secar en sus mejillas, no entendía por qué había agarrado a su Sugar Daddy por la nuca también.
Era un mar de emociones ahora.

~Sugar Daddy~ -Jaeyong- {Taeyong x Jaehyun} NCT Donde viven las historias. Descúbrelo ahora