Capítulo 4: Familia.

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Poché llegó a su casa. Dejó la cuatrimoto de vuelta en su garage junto con la llave y luego salió para dirigirse a la entrada principal de la casa.

—¡Buenos días!— Juan Carlos saludó en cuanto vio entrar a Poché, claro que la peliteñida no perdió la oportunidad de azotar la puerta detrás de ella.

—¿Qué carajo tienen de buenos?— Contestó sin detener su paso para ir escaleras arriba hasta su habitación, Juan Carlos desde el primer piso volvió a escuchar como su hija daba otro portazo.

—Esa niña va a dejarnos sin puertas— Dijo el hombre hacia su hija menor que salía de la cocina con un plato de cereal en las manos.

—¿Ahora que le histe a la rara?— Dijo Valentina.

—¿Yo? ¡Nada!—

—¿Entonces?—

—Pues no sé, pero al parecer alguien amaneció de muy mal humor— respondió el hombre.

—A lo mejor anda en sus días— Dijo Paula quien al igual que la más pequeña, salía de la cocina con un plato de cereal en sus manos.

Juan Carlos y Valentina de inmediato fijaron su vista en ella.

—¿Pau hace cuanto estas aquí?— preguntó el hombre viendo de pies a cabeza a la rubia.

Llevaba el cabello revuelto, y una pijama de conejitos puesta, parecía que acababa de despertar.

—Dormí aquí— respondió la chica llevandose una cucharada de cereal a la boca.

Y los Garzón abrieron sus ojos como platos y alzaron sus cejas.

—Pero si ni siquiera te veniste con nosotros anoche— dijo Valentina.

—Eso pasa cuando tienes una casa muy grande y muchas habitaciones en ella, nunca nadie las revisa— dijo Pau como si nada. —Y yo que usted, JuanCa, mejor cambiaba al personal de seguridad, algún día puede meterse alguien— terminó de decir y regresó a la cocina.

Valentina y Juan Carlos solo se voltearon a ver y levantaron los hombros restandole importancia a la situación.

De todos modos no era la primera vez que Pau se aparecía así por la casa y aparte ya la consideraban parte importante de la familia.

—¿Tú ya estas lista, pulga?— Valentina asintió.

—Iré a mi habitación a hacer algunas compras— respondió Vale empezando a subir las escaleras aún con su plato de cereal en mano.

—¿Compras de que?—

—¡Solo compras, papi!—

Juan Carlos negó con la cabeza y luego murmuró un "Mujeres" y camino hasta su oficina que se encontraba en el primer piso.

***

Por otro lado, Poché ya había terminado de bañarse y hasta se había cambiado. Vestía un short en color lila, un top verde pastel y los mismos tenis blancos que había utilizado esa mañana.

—¿Ya estas lista, Pochas?— Preguntó Paula entrando a la habitación de su mejor amiga.

—¿Ya llegaron?—

—No pero oí que según ya venían— Dijo la rubia. —¿En dónde estabas? Vine a buscarte en la mañana y no había nadie—

—Fui a hacer ejercicio. ¿A que hora llegaste?— Frunció el ceño al ver a su mejor amiga en pijama.

¿Bailamos? - CACHÉ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora