Capítulo 3: Un día no tan bueno.

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La familia Garzón llegó a casa y después de que los tres se dieran las buenas noches cada uno fue hasta su habitación para descanzar.

Poché se tardó más tiempo en meterse a la cama ya que se metió a dar un corto baño para dormir mejor, sin embargo, no le funcionó.

Pasaban de las cuatro de la madrugada y ella seguía sin poder conciliar el sueño.

¿Razón?

Daniela.

Daniela.

Daniela.

La castaña se había apoderado de la mente de Poché y no la dejaba dormir.

La más bajita no podía dejar de pensarla, ni de recordar el momento exacto en que la vio entrar por la puerta del aquel salón de eventos, en dónde se veía fabulosa.

Poché conocía a un montón de chicas y había salido con unas cuantas, todas a su parecer hermosas, pero Daniela, ella era simplemente sensacional.

Su cabello castaño por encima de su cintura la hacían lucir elegante. Sus facciones parecían haber sido talladas especialmente por los Ángeles. La sonrisa que adornaba su perfecto rostro era tan reluciente que parecía que la había sacado de algún tipo de comercial dental y por último pero no menos importante, estaba su escultural cuerpo, aquel que se veía estaba muy bien trabajado y la hacía ver muy, pero muy sexy.

-

Poché de nuevo volvió a tomar la mano de Daniela y le dio una vuelta aprovechando para quedar más cerca a la castaña.

-Entonces.. ¿Te gusta bailar mucho?- Preguntó Daniela a Poché luego de unos segundos.

-Así es, es mi cosa favorita en el mundo. Diría que vivo para eso- Contestó Poché con una sonrisa.

Daniela no pudo evitar sonreír tampoco al ver la emoción con la que María José le contaba eso.

-¿Y a ti?-

-No en realidad- Contesto Daniela. -Pero se hacerlo muy bien-

-No entiendo como es que no te gusta y tomaste clases de eso-

-Mi mejor amigo me obligó a tomar clases junto con él- Negó mientras recordaba el momento. -Entramos solamente por que le pareció guapo el maestro de baile. Mi amigo juraba y perjuraba que el profesor era el amor de su vida-

-¿Y si lo era?- Daniela carcajeo y negó con la cabeza.

-Ni un poco. El profesor ni siquiera era gay y aparte de todo ya estaba casado y tenía un hijo de tres años-

-Eso debió ser doloroso para tu mejor amigo- Dijo Poché un tanto apenada.

-A decir verdad, no fue ni un poco. Al siguiente día de que nos enteramos eso, el ya estaba saliendo con otro chico que entrenaba box-

-Dejame adivinar.. ¿También tomaron clases de eso?- Poché alzó una ceja.

-¡Exactamente!- Dijo Daniela con un tono chistoso que hizo reír a la más bajita -De todos modos tomamos las clases de baile por que antes de saber que el profesor era hetero, a mi tonto amigo se le ocurrió la brillante idea de pagar el paquete de tres meses de clases-

-Igual me alegra saber que si sabes bailar, digamos que.. me facilitaste el trabajo- La castaña rio.

-¿Y tú aprendiste a bailar sólita?-

-No.- Contesto Poché. -Mi mamá era una excelente bailarina y también era la directora de una academia de baile muy famosa en la ciudad. Cuando tenía seis años entré a tomar clases ahí y luego se convirtió en una de mis pasiones-

¿Bailamos? - CACHÉ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora