5. Planeando La Fiesta

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—¿Srta. T/N? —Lucius preguntó al llegar a la cima de las escaleras—, ¿qué demonios está haciendo?

Cogiéndome a tu hijo deseando que fueses tú.

—Oh, yo estaba, uh... leyendo —me rasqué la cabeza e internamente me reprendí por haber salido con una mentira tan estúpidamente descarada cómo esa.

¿Leyendo? —Lucius arqueó una ceja.

Él tenía una mirada de incredulidad mezclada arrogancia plasmada en su rostro.

—Sí. No podía dormir así que hice que Draco leyera para mí —mis palabras no arreglaron nada, ya que la arrogancia en su rostro incrementó hasta que una gran y sarcástica sonrisa tomó lugar en su expresión.

—Ajá... —chasqueó su lengua y ladeó la cabeza, sus ojos vagando por todo mi cuerpo—, ¿eso es de Draco? —sonrió de lado, refiriéndose al suéter verde que tenía puesto.

Sus intimidantes ojos azules vieron a través de mí. Apenas me había dado cuenta de que lo único que tenía puesto era el suéter de Draco, el cual era apenas lo suficientemente largo para cubrir mi trasero. Mis mejillas se sonrojaron y mis ojos se agrandaron mientras Lucius permanecía de pie frente a mí, estudiándome. Me quedé sin palabras y lo único que pude hacer fue meramente asentir con mi cabeza un sí, evitando contacto visual a toda costa.

—Hmm, ya veo —habló con una voz ronca y sabelotodo—. Es tarde, pequeña, ve a la cama —sus palabras fueron menos que sugerentes y su rostro engreído se convirtió en piedra.

—Sí, Sr. Malfoy, lo siento —hablé suavemente y me di vuelta para caminar hacia mi habitación.

Sentí sus ojos sobre mí hasta el momento en que entré en mi habitación y cerré la puerta. Oh Dios, me pregunto que habrá pensado. Qué terrible impresión le habré dado. Él probablemente está pensando en una manera de decirle a Draco que ya no tengo permitido quedarme aquí. Suspiré y caminé con dificultad hasta el baño, caminando hasta el lavamanos y dándome cuenta de lo horrible que me veía. Mi cabello estaba despeinado y pobremente cubría las marcas extremadamente prominentes que Draco dejó en mi cuello. Mis mejillas estaban manchadas de lágrimas con rímel y mis rodillas estaban temblando, manteniéndome de pie a duras penas.

Lucius definitivamente se dio cuenta de lo que estábamos haciendo su hijo y yo.

Mi mano recorrió mi cabello mientras caminaba hacia mí cama, cayendo dormida casi tan pronto mi cabeza tocó la almohada debajo de mí. El sueño finalmente vino fácilmente hacia mi cuerpo, y me encontré despertando ante un rayo de sol disparándose entre la ventana para posarse en mi rostro.

Me tomó un segundo recordar donde estaba, luego todo regresó a mi cabeza. El padre de mi mejor amigo, el jodido Lucius Malfoy, prácticamente me atrapó teniendo sexo caliente con su hijo. El miedo llenó mi cuerpo cuando recordé que tendría que enfrentar a Lucius ésta mañana. ¿Qué tal si le contó a Narcissa y ahora me odia? En un aturdimiento ansioso, me levanté de mi cama y me dirigí al baño después de tomar de mi maleta todos mis productos de aseo. Toallas suaves colgaban de un perchero frente a la ducha y al lado de ésta un mostrador en el que coloqué todas mis cosas antes de desnudarme y abrir el agua. El agua se puso caliente inmediatamente y entré, fascinada con lo agradable que era. El agua caía de la cabeza de la ducha y de chorros que estaban instalados en la pared. Había asientos hechos de azulejos integrados que combinaban con el piso y las paredes de la ducha, y las luces tenían múltiples configuraciones para diferentes colores e intensidades de iluminación.

Perdiéndome en mis pensamientos, enjaboné mi cabello con champú, antes de enjuagarlo y cubrirlo con acondicionador. El acondicionador impregnó mi cabello mientras lavaba mi cuerpo y rostro, finalmente cepillando mis dientes y luego enjuagando el acondicionador. El agua caliente caía como una cascada por mi cuerpo mientras me quedé un momento de pie bajo la ducha antes de decidir que ya era momento de salir. Cerré el agua antes de tomar una toalla y secar mi cuerpo, luego envolví me cabello en la toalla caminando hacia el espejo. Los chupetones que Draco dejó en mi piel se veían mucho peor de cómo se veían la noche de ayer y noté que incluso tenía marcas de manos manchando mi trasero y muslos.

𝑫𝒂𝒅𝒅𝒚 𝑰𝒔𝒔𝒖𝒆𝒔 (ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora