Carta 2

17 1 0
                                    

2016

Querido no tan extraño:

¿Qué está pasando?

Es la pregunta que aparece en mi cabeza una y otra vez cada vez que nuestras miradas se encuentran manteniendose sostenidas por unos segundos, cuando nos buscamos para poder abrazarnos, cuando siento tu respiración en la parte tracera de mi cuello, cuando tu corazón desbordado choca con el mío ¿Será que estas gustandome? además todos a nuestro alrededor nos dan leves empujones para que lo nuestro pueda surgir, pero somos amigos... ¿cierto?. Necesito saber que es lo que pasa por tu mente, que es lo que dice tu corazón cuando estoy cerca, saber que es lo que sientes sobre nosotros.

No importa lo que llegue a sentir respecto a ti, porque en la realidad somos polos opuestos... o al menos así lo percibo, tienes la libertad tatuada en tu ser, haces lo que te nace hacer... en cambio yo soy todo lo contrario, estoy constantemente en mi zona de confort, si me nace hacer algo comienzo a hacerlo temerosamente hasta que llega el momento que me detengo por completo porque el miedo que me invade logra paralizarme.

Jamás se me pasó por la cabeza que hablariamos todo el día, sea que nos vieramos o no. Te convertiste en una parte de mi, si no te sentía cerca ya sea atraves de las palabras o en persona, sentia que algo me faltaba para estar completa, ¿También sentias eso?.

Recuerdo la primera vez que decidimos salir a tomar algo sin etiquetas. Llegaste a mi casa mientras que sentia que el corazón se saldría de mi cuerpo, sentía como mi voz temblaba cargada de la emoción cada vez que te decia algo.

Al llegar al lugar pedimos para ambos, recuerdo que me miraste preocupado porque sabias que lo que compramos le jugaria una mala pasada a tu estomago, lo bebiste hasta la mitad dantote por vencido. Comenzamos a entablar una conversación superficial, pero había algo profundo en tus ojos que no supe decifrar, ¿Será que esta fue nuestra primera cita siendo novios pero sin haberlo planteado oficialmente? ¿Querías besarme al final?.

En medio de la conversación empezaste a palpar los bolsillos de tu chaqueta de mezclilla hasta que diste con tu celular, lo sacaste y nos apuntaste con la camara. Mi cara se tornó roja al segundo, pero intenté ocultarlo comentando que yo tomaría la foto. Tuvimos que sacar dos porque la primera estaba borrosa debido al nerviosismo que sentía. Me pregunto ahora, ¿Seguiras teniendola en la galeria de tus fotos?.

De vuelta a casa se instaló en mi pecho la necesidad de besarte, sin embargo, esperé a que sintieras lo mismo mientras que en mi cabeza podia escuchar el "Somos como el día y la noche, no funcionará, no puedo enamorarme de ti".

Afuera de mi casa estabas a unos centimetros de mi cara y yo de la tuya, pero nada pasó. Diste un beso a mi mejilla y comenzaste a caminar en dirección opuesta hasta tu casa.

Al estar sola, no podia borrar la estupida sonrisa que se dibujó en mi rostro. Recordaba lo que acababa de pasar y lo bien que me hacias a pesar de que fueramos distintos, en ese momento supe que no seria facil, me di cuenta de todo lo que tendriamos que pasar si el amor llegaba a acentarse en nuestros corazones. Cerré los ojos con fuerza y rogue para que no nos idealizaramos mutuamente, porque la caida seria espantosa. Así es, suelo adelantarme a los sucesos porque es un efecto de la ansiedad que vive conmigo diariamente.

Han pasado años de aquella vez, tantos, que no estoy segura del orden en el que relato nuestra historia, lo importante es que quiero que sepas todo lo que sentí y todo lo que nunca te dije por el miedo a no ser correspondida de la misma manera.

Con amor, April.


Love LetterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora