Capítulo 8

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ACEPTACIÓN

Durante el camino al departamento, todo parecía desaparecer, un silencio doloroso se instalaba en el interior del coche y las lagrimas no dejaban de recorrer mis mejillas.

Al llegar al edificio, estacione mi auto y me mantuve en el un minuto más, sabia que aun estaban todos ahí, intuía lo que podría suceder, veía en mi cabeza muchas imágenes de los posibles escenarios, luego de unos largos, pero para mí, fueron tan solo cortos minutos, respire profundo y tomando valor Sali del auto y me dirigí al departamento; tome el ascensor que el recorrido siempre parecía eterno ahora fue en un abrir y cerrar de ojos, salí de este enseguida que marco el número 23 y abrió las puertas.

Camine por el pasillo hasta la puerta de mi departamento, me pare justo enfrente de ella, soltando un suspiro al mismo tiempo que giraba la perilla para abrir la puerta e ingresar y afrontar lo que fuese.

Por supuesto, lo primero que vi al abrir la puerta y dejar ver el interior con las luces prendidas, todos acomodados en los muebles de la sala, fue la cara de mi padre, que esta sentado justo en el sofá que da directo a la entrada principal.

-Camila, respóndeme, ¿tú eres la que esta de novia con esa jovencita? - fue lo primero que soltó mi padre apenas me vio de pie en el marco de la puerta y me produjo un enorme malestar.

- ¡Es enserio, papa! -, le digo a mi papa mientras camina hacia la sala, con mi mezcla de enojo y sorpresa por las palabras, -es lo único que a ti te importa en este momento, acaso no escuchaste nada de lo que conté, no comprendiste todo lo que dije en verdad, - le dije muy enojada provocando un nudo en la garganta, pero después de todo no tenia ganas de tener una pelea y menos con mi padre, mejor me encaminé a mi cuarto.

Rápidamente entre a mi cuarto cerré la puerta y me avente a mi cama, estaba boca abajo, y mi cara la tenia girada hacia la derecha sobre mi almohada, justo hacia el ventanal que dejaba ver un cielo hermoso con unos destellos de estrellas y la gran luna alumbrándose así la oscura habitación; mis lagrimas comenzaron a escurrirse cuando cerré mis ojos y comenzaron aparecer las imágenes de todo lo que habíamos hecho el día de hoy, enseguida estire mi mano y cogí el celular del bolsillo de mi pantalón, lo desbloqueo y me dirijo a la galería, comienzo a deslizarme a través de ella y mis lagrimas comienzan a salir en forma de cascada, al ver cada una de las fotos que nos realizados desde el primer día y recordar tan bellos momentos, no podía comprender por que ha sucedido esto, en que se ha convertido algo que solo debía ser de una sola noche, un momento, porque se había apoderado de mii mente y alma, no podía dejar de pensar en ella desde ese día y ahora menos.

Toc toc, alcance a escuchar, apague mi celular, y limpie mis lagrimas con mis manos y luego seque el restante con la manga de mi blusa, -pase-, fue lo que grite cuando termine y enseguida se escucho como la puerta se abría.

-Hija..., mira..., lo que... ¡umm!, necesito saber si podemos hablar un momento-, soltó mi padre de una manera distinta a como habíamos hablado antes mientras camina y se sentaba en un sillón que estaba en la esquina de mi habitación viendo hacia mi que estaba sentada en la cama con mis piernas doblas en forma de mariposa.

- ¡Por supuesto, papa!, dime, te escucho-, respondí lo más tranquila posible y respeto, - ¡oh!, mira...- parecía que mi padre se había quedado sin palabras, no parecía hilar una oración, -ok, papa, mira ¿te parece si comienzo hablando yo?, tenemos muchas cosas que decir-, solté sin más, - ¡sí!, esta bien creo que eso ayudara-, dijo mientras se levantaba y se colocaba en una de las esquinas de la cama, logrando quedar frente a frente.

- ¡Perdón!, en verdad, lo siento mucho, se que te he dicho muchas mentiras y es algo que no me enseñaste, discúlpame por haberte fallado....- no termine por que me interrumpió, - ¡no!, hija, no digas eso, déjame hablar ahora a mí por favor, aquí el único que debe decir esas palabras, soy yo..., quien debe pedir disculpas y al que deben perdonar soy yo, la verdad es que ... no pude comportarme peor que un tonto contigo, pensaba que mis sueños también debían ser los mismos que los tuyos, que eran ... los mismos para la familia, pero la verdad me he dado cuenta que no es así, todo lo que ha sucedido estos días y principalmente hoy..., me ha permitido darme cuenta que no somos iguales, que somos distintos y con eso tenemos sueños diferentes, nuestra vida es diferente, pero no por eso dejaremos de ser familia y de apoyarnos cada vez que lo necesitemos, se que no me dejaras solo, siempre estarás conmigo, pero eso no quiere decir que no puedas prepárate y licenciarte y logres hacer todas las cosas que dijiste-, mi padre me decía mientras su ojos se llenaban de lagrimas y una que otra se le escapaba y rodaba a través de sus mejillas

LOCO POR VOS - CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora