Capítulo 13

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Habían pasado varias semanas ya. Lilian y Tom a pesar de no haber un trabajo como excusa para verse seguían encontrándose. Y la respuesta al porqué era simple.

— Siento que es como yo. Ya sabes, femboys, tomboys. No tengo pruebas pero mi intuición me lo dice. Estoy muy seguro de que es así. Se lo preguntaré. ¿Es lo mejor no? De esa manera estaré completamente segura.

El oso de peluche al que le hablaba se quedó obviamente inmóvil y sin decir nada pero aún así Lili continuó.

— Deseame suerte, hoy saldremos. Hoy se lo preguntaré.

Dicho esto tomó como siempre ropa del cuarto de su hermano y se despidió de la chica de servicio que casi siempre veía en su casa.

Estaba muy abrigada. El otoño al que no estaba acostumbrada la hacía tiritar.

Llegó a su lugar de encuentro y bajó de su bicicleta. Tom estaba ya ahí. Recostado sobre las hojas apreciando las puntas de los árboles extenderse hasta el cielo.

— ¡Lili! — se sentó cuando la escucho llegar — ¿Que te parece subir al monte? ¡Desde ahí podremos ver los árboles de colores.

— ¿Será una larga caminata verdad?

— ¡Si!

Lili suspiro — Esta bien. Andando.

— Espera, aún falta Eloi.

— ¿Eloi?

— ¿Lilian?

Cómo si se tratara de una invocación Eloi llegó justo cuando lo mencionaron. Un día más con el plan a la basura.

— ¿Tom?

— Eloi, olvide decírtelo. Lili vendrá con nosotros a ver los árboles de colores.

— Tom, puedo hablar contigo un momento.

Eloi se alejo con Tom lo mejor que pudo detrás de un árbol. Tom dudaba que Lili no los pudiera escuchar pero siguió a su amigo de todas formas.

— ¿Qué hace Lilian aquí Tom?

— Ya te lo dije vendrá con nosotros.

— Pero este es un viaje de hermanos. No traemos chicas Tomi. ¡Yo no traje a Cat!

— Hubiera estado bien que la traigas.

— ¡No! Que parte de viaje de hermanos no es clara.

— Relajate Eloi. Será divertido con Lili aquí.

— Esto no se quedará así Tom, me vengaré cuando menos te lo esperes.

— Si si señor drama, ahora vamos antes de que oscurezca.

Dicho eso estas tres personas comenzaron a caminar según como Tom los guiaba, este se sentía feliz tendiendo compañía en su actividad favorita. Eloi por su parte se sentía fastidiado por la aparición inesperada de Lili, y  esta solo procuraba no estamparse la cara contra el suelo.

— Supongo por su charla que ya habían subido antes el monte.

— Si, de hech-

— Era nuestra tradición — interrumpió Eloi mirando con mala cara a Lili —

Un incómodo silencio se implantó después de eso.

— ¿Y porque es tradición?

— Es una cosa de chicos. No entenderías.

Esta bien. Eso sí había molestado a Lili.

— Eloi deja de ser tan infantil — regaño Tom — disfruta del camino.

« Cuando llega el otoño » Donde viven las historias. Descúbrelo ahora