Capítulo 3

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Debussy sonaba esa tarde en el piano.

Las notas corrían de sus dedos, mirando la partitura y luego el piano, luego del piano a la partitura mecanicamente. No sentía nada.

- Terminamos por hoy, bien hecho Lilian

Lili se quedó en silencio, incapaz de responder, a veces simplemente no quería hablar. Mas escuchar la voz de su madre en su cabeza regañandola lo arreglaba.

- Gracias señorita Amber. Nos veremos el jueves.

Se quedo un momento más sentada frente al piano, suspiro pesadamente y se levantó dirigiéndose a las escaleras para subir a su habitación.

En el camino a esta vio la puerta de su hermano, el se había ido hace algunas semanas a la universidad así que ella podría sacar sin problema algunas cosas.

Su ánimo se subió un poco mientras se escabullia dentro, observando todo impecable y ordenado, gracias al personal de la casa claro, su hermano era tan desordenado como ella.

Abrió el armario y busco ropa para salir. Solo quería algo holgado, algo que no gritara ¡Soy una mujer!.Le gustaba su cuerpo, simplemente no se sentía segura mostrando sus curvas o sus pechos que aunque pequeños eran suficiente para hacerla sentir incomoda.

Fue a su cuarto y se arreglo, poniendo algo de lápiz cafe oscuro en sus cejas para hacerlas más grandes, dándole un toque más androgino a su rostro.

Ya arreglada bajo nuevamente y salió de su casa, encaminandose al hotel, fue en su bicicleta ya que este estaba alejado. De por sí su casa estaba alejada de las demás. Sumándole a eso el extenso terreno verde que rodeaba al hotel hacia de la distancia no muy pequeña.

Se adentro en la construcción estilo barroco, donde el típico ambiente de hotel la recibía, algunos de los empleados que la conocían la saludaban respetuosamente, era la hija de sus jefes, era algo así como una obligación.

- ¿Lilian? - preguntó una señora interrumpiendo su paso a la cocina - ¡Lili! Querida ¿Qué haces aquí?

- Señorita Dwan que alegría encontrarla - saludo con un abrazo a la señorita casada y con una hija - mi padre ahora se encarga de esta sede.

- Vaya ¿Y eso por qué? ¿Ocurrió algo?

- Mi padre queria ver por el mismo que todo marchará bien, es todo.

Claro que no era todo, si por el señor Atwood hubiera sido nunca hubieran estado ahí, él odiaba la naturaleza. Pero era algo necesario. No puedes dejar que la reputación de alguno de los hoteles sea manchada por el accionar de tu familia, pero eso nadie lo sabía.

La señora sonrió insatisfecha - en todo caso, espero verte pronto -

- Igualmente

Suspiro profundamente cuando la señora se fue, para luego seguir con su camino, pasó por el comedor donde saludo a algunas personas que la reconocían solo sonriendo y caminando aun más rápido.

Llegó a la cocina donde vio al señor Angelo con un bol lleno de alguna cosa roja gritando y dando órdenes a los temblorosos ayudantes de cocina.

- Señor Angelo - llamó Lili como saludo -

- Lili, ¿Qué haces aqui?

- ¿No está feliz de verme señor Angelo? - bufoneo acercándose para meter el dedo en el bol misterioso -

- Deja - ordeno golpeando la mano de Lili con el cucharón de madera que sostenía - Me refiero a que deberías estar saliendo con tus amigos o algo asi

« Cuando llega el otoño » Donde viven las historias. Descúbrelo ahora