¿Existe realmente un final feliz?¿La paz llega luego de la tormenta y permanece eterna hasta el fin de los días?
La respuesta a estas preguntas puede variar dependiendo a quién se le pregunte. Para Tom, esta era un no, los días de otoño posteriormente se acaban y en su lugar, un frío invierno obliga a cambiar de abrigo para no perecer.
Para su buena fortuna no estaba solo, Lili quién diligentemente había estado acompañándolo todas estas semanas era un gran apoyo. No le resolvía los problemas, no era un ser perfecto que tenía las palabras correctas en los momentos correctos. Su accionar consistía en algo tan simple pero significativo como acompañarlo, y estar a su lado.
De la misma forma que él estaba para ella, aunque esta se reservara muchos detalles sobre su vida.
Lo que no guardó para ella fue la invitación para el festejo que se organizaría en el hotel en honor al cumpleaños de su abuelo y también donde su madre asumiría el mando públicamente.
La fiesta sería en el hotel principal en Ottawa. Ahora la misión de ambos adolescentes era obtener el permiso de los padres de Tom para permitirle acompañarla.
Ambos estaban nerviosos en la puerta de su casa.
— Debemos entrar ahora.
— Sí.
— Entonces vamos — Lili tomó el pomo de la puerta pero Tom inmediatamente puso su mano sobre la suya para detenerla —
— Espera, tal vez deberíamos ensayar que decir.
Lili hizo caso omiso y movió su mano para abrir.
Tomó la mano de Tom y lo guió hasta la sala como si esta fuera su propia casa, su confianza se había visto tan distorsionada.
— Señora Gladwel, señor Gladwel, buenas tardes.
La pareja y los dos niños se encontraban en los sofás viendo una película con algunas cosas desordenadas. Los mayores se acomodaron en posiciones menos vergonzosas que con una pierna encima del respaldar y la otra sobre su cónyuge.
Los niños siguieron en lo suyo, en el desorden que habían provocado en el suelo.
— Que sorpresa que estén aquí. — Dijo su madre avergonzada —
— Lamento importunarlos, olvidé que debía preguntar primero si estaban disponibles a esta hora.
— Ya están aquí, pueden decir ahora lo que tienen que decir.
La señora preparó té y el señor Gladwel ayudó a los niños a ordenar, Lili y Tom también participaron en ello.
— El tema es que mi familia hará una reunión por ser el cumpleaños de mi abuelo, normalmente me encuentro muy aburrida en esos eventos por lo que le pedí a Tom acompañarme.
— No veo problema en ello — Respondió Alice —
— Será en Ottawa.
La señora lo meditó y cuando estaba a punto de aceptar.
— Tendremos planes esas fechas y no habrá tiempo para que Tom viaje.
Lili sonrió y movió la cabeza con confusión. Aún no le había dicho la fecha.
— ¿Cuando ocurrirá lo que tienen planeado?
El padre lo pensó un segundo dándose cuenta de su error. —Aún no estamos seguros.
— Entonces debe ser algo que pueda ser aplasable. El viaje a Ottawa dura dos horas en tren, podemos ir y volver en un día.
— Esta algo lejos, no creo que sea posible.
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« Cuando llega el otoño »
Novela Juvenil¿Y si la chica no quiere ser linda y delicada? ¿Y si el chico ama usar faldas? ¿Pero si son los 90 y viven en una ciudad pequeña y conservadora? Lilian, vive controlada por su madre dueña de una cadena hotelera con muchos secretos familiares. Tom q...