The love queen

5- No es el indicado

Después de un cuestionario de, Mariela por fin me dejo ir a la cama, dormí bien, lo cual fue raro ya que después de que mi madre murió tengo pesadillas casi todas las noches.

Divise a Annie en una esquina, se veía muy tierna así que no la levanté, por otro lado, Mariela dormía como puerco en granja así que tampoco quise despertarla.

Era sábado, el viernes no hubo clases por la instalación de los alumnos, decidí ir a la cafetería de el campus y no de nuestro edificio, ya tenía hambre y supongo que me encontraría con Chris.

Me di un baño algo largo, cepille mis dientes y me vestí.

Salí de nuestra habitación dejándole una nota a Mariela diciéndole que estaría en la cafetería y que tardaría aproximadamente unas dos horas.

Presione el botón de el ascensor para bajar, las puertas se abrieron anunciando que podía entrar, ya adentro tome mi celular y empece a mandar unos mensajes pendientes a Celeste. Salí del ascensor directo a la cafetería, iba caminando por el pasillo largó y algo rústico de el living, fuera de el edificio, decidí caminar hasta la cafetería, ya que mi auto ahora era manejado por celeste.

Cuando entré tome la misma mesa de el día anterior y saque mi iPhone, me puse los audífonos y puse algunas canciones relajantes mientras esperaba a el mesero.

- Buenos días- Dijo un mesero.

- Buenos días- Dije mostrando una sonrisa.

- ¿Qué va a desayunar hoy?

- Tráeme una malteada de fresa, es todo.

- Malteada de fresa- susurro mientras lo escribía en su pequeña libreta- Ahora vuelvo.

Me preguntaba donde estaba Chris, sinceramente lo quería ver.

Entonces escuche la campana de la puerta, cada vez que alguien entraba se escuchaba, y ahí estaba el, ahi estaba Chris.
Dio un vistazo a toda la cafetería y cuando nuestras miradas se encontraron los dos sonreímos, su firme cuerpo se acercaba a mi mesa mientras yo estaba embobada viéndolo. Estaba segura de que no me gustaba, el era guapo tenía que admitirlo pero no creo que sea el indicado.

- Hola- saludo.

- Hola- salude.

Rápidamente llegó el mesero algo apurado, me dio la malteada y miro brusco a Chris.

- ¿Deseas algo?- pregunto algo descortés el chico.

- No gracias, estoy bien.

Y salió de ahí.

- ¿Bueno, que has echo?

- Nada, supongo, solo dormir.

Esto era algo incómodo había que admitirlo, no estaba lista para... lo que sea que estemos haciendo.