HERO "EL SUJETO #11" TEMPORADA 2

CAPÍTULO 3 "NUEVA BERLÍN"

JUEVES 5 DE ABRIL DE 2277.
Pov Jazz.

     Hoy es el día, el inicio de nuestra nueva misión. Durante el desayuno, Rick, lleno de entusiasmo desde que nos informaron sobre esta tarea, compartía con nosotros lo que había descubierto sobre la ciudad, casi como si fuera nuestro guía turístico. En medio de sus relatos, una noticia particularmente intrigante captó nuestra atención, la cual compartió con Will y conmigo.

Rick anunció: —Miren, esta noticia ha estado circulando en internet esta semana, desconcertando a la gente de Nueva Berlín. —Extrajo su teléfono y nos mostró el artículo, comenzando a leer—. "El pasado lunes 2 de este mes, una joyería de renombre fue robada de una manera peculiar y extraña. El informe policial indicaba que la puerta de acero que resguardaba las joyas fue calcinada y derretida a altas temperaturas, creando un gran agujero por el cual los ladrones lograron pasar. Sin embargo, las fotografías de la puerta no mostraban evidencia de esto; más bien, parecía como si alguien hubiera moldeado el acero con sus propias manos, con facilidad. 'Es como si hubieran manipulado el acero como plastilina', comentó el dueño de la tienda."

Rick nos mostró las fotos de la puerta, donde claramente se observaban marcas de dedos en el sólido acero. Mientras Will y yo analizábamos las imágenes, Rick, con un tono burlón, comentó: —Jajá, seguro fue algún alienígena o un monstruo con una súper arma que necesitaba algunos diamantes para pasearse por la ciudad. —Ambos nos reímos ante la idea, y Rick prosiguió—. Imaginen que estando allá nos topamos con esa cosa y tenemos que luchar contra ella, ¿estaría de locos, no?

—Claro, solo espero que "eso" sea alérgico al fuego, jajá. —respondí mientras Will negaba con la cabeza y untaba mermelada en un pan tostado.

Después de la charla, Rick y yo asistimos a nuestras clases particulares, seguidas de un entrenamiento físico al cual se unió Will. Terminadas estas actividades, nos dirigimos a comer y a asearnos, ya que la hora de partida a Nueva Berlín se aproximaba. Listos, nos dirigimos al hangar 1 de la mansión.

Al llegar, todos estaban ocupados preparando las cosas para el vuelo. Cada uno tenía su maleta con la ropa necesaria para los días en la ciudad. Rick, además, llevaba una pequeña mochila con su laptop y una cámara para documentar su viaje, ya que era su primera vez en Nueva Berlín. El general notó esto y le recordó que no utilizara la cámara durante las operaciones. Con todo listo, el general nos reunió para unas palabras y entregarnos certificados que confirmaban nuestro estatus como agentes intercoloniales oficiales de la O.C.U. También recibimos pasaportes y visados especiales para el equipo ALPHA, lo que nos permitiría entrar y salir de las colonias sin trámites complicados en aduanas de todo el mundo, excepto Rusia. Tras esto, abordamos la nave y comenzamos nuestro vuelo.

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     Después de un par de horas de vuelo, Ryo, nuestro piloto, nos informó: —Pasajeros, en estos momentos estamos sobrevolando las orillas de la ciudad de Nueva Berlín. Si voltean hacia su izquierda podrán ver la ciudad.

     Nos asomamos y ahí pudimos observar esta maravillosa ciudad.

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     Tras nuestro aterrizaje, tres camionetas negras de la O.C.U. nos aguardaban en el aeropuerto intercolonial de Nueva Berlín. Nos dividimos en dos de ellas, mientras el general Gerardo se apartaba en la tercera, encaminándose primero al complejo de la O.C.U. de la ciudad. Nosotros nos dirigimos al hotel que sería nuestro hogar durante nuestra estancia en la ciudad y emprendimos la marcha.

Durante el trayecto, contemplábamos la magnificencia de la ciudad, envuelta por la noche, que ofrecía una fusión entre lo ultra moderno y lo antiguo. A medida que nos acercábamos al centro, observamos hermosas construcciones antiguas entrelazadas con elegantes rascacielos que se perdían en el cielo nocturno.