HERO "EL SUJETO #11" TEMPORADA 2

CAPÍTULO 18 "LEJOS DE CASA"

DOMINGO 8 DE ABRIL DE 2277. 3:00 A.M. BARRIO BAJO DE NUEVA BERLÍN.

Pov Narrador.

     Ryan avanza torpemente por la calle, herido y desorientado. A paso lento, se adentra en un barrio que, aunque le resulta familiar, es muy distinto a lo que recuerda. Se encuentra frente a la casa de su "hermano" Cort, donde La Llave lo acogió con los brazos abiertos en el pasado, pero también donde, recientemente, el enigmático hombre de negro lo capturó y destruyó todo.

La residencia, ahora reducida a escombros, está rodeada por cintas amarillas de "precaución". Sin embargo, a Ryan poco le importa; entra en la morada calcinada, donde los agujeros de bala adornan las paredes, y apenas queda rastro de los recuerdos que alguna vez embellecieron ese hogar. Arrodillado en el suelo, lamenta la pérdida de sus hermanos y se sume en la tristeza. Después de soltar sus lágrimas, se levanta y abandona la casa para continuar su travesía.

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     Avanza varias calles hasta llegar a un edificio residencial, donde se acerca al comunicador y llama repetidas veces al apartamento número 43, mientras en su mente piensa desesperadamente: —Por favor, contesta, contesta.

Finalmente, una voz molesta responde desde el intercomunicador: —¿Quién eres y por qué carajos molestas a estas horas? Será mejor que me des una buena explicación.

Ryan, ansioso, replica con una frase especial entre su pandilla: —La llave nos abre las puertas a una mejor vida y les bloquea las puertas a nuestros enemigos.

El habitante del apartamento 43 comprende este lema y calmadamente pregunta: —¿Cuál es tu nombre clave, hermano?

A lo cual Ryan responde: —Di ro re-re.

El sujeto del apartamento se sorprende al escuchar este nombre y entusiasmado le responde: —¿Ryan, en verdad eres tú? ¡Espérame ahí, ya bajo! —Después de unos minutos, el hombre baja y se alegra mucho de ver a Ryan con vida. —Wow, hermano, qué alegría volver a verte.

—A mí también me da gusto verte, David. Perdón por molestarte, necesito refugio.

—No te disculpes, hermano, para eso estamos. Vamos, pasa, antes de que nos vean.

Ambos entran y toman el ascensor. Una vez en el apartamento de David, él le dice: —Siéntete como en casa, hermano. Vamos, toma asiento, te ves muy malherido. Todos en la pandilla hablan de lo que hiciste en el aeropuerto. He visto los videos que circulan por ahí; fue espectacular, hermano. —Ryan lo mira con fastidio, a lo cual David, apenado, dice— Perdón, hermano, todo esto debe ser muy difícil para ti.

Ryan suspira y mueve la cabeza en señal de afirmación. David nota el collar que Ryan lleva puesto y le pregunta por él. Ryan explica que con ese collar lo controlan y, aunque logró escapar, no puede quitárselo, ya que al hacerlo quedaría infectado con una toxina mortal.

Pero David observa algo extraño en el collar y le dice: —Parece que el collar tiene una fisura en la parte posterior; puede haberse dañado en tu batalla. Si me permites, puedo revisarlo. Tal vez podamos aprovechar esta pequeña falla para intentar quitártelo. No te preocupes, sé lo que hago. Es parte de mi trabajo.

David intenta acercarse para tocar el collar, pero Ryan al notar esto instintivamente se aleja, tomando una postura de defensa activando sus poderes al absorber la madera del suelo. David lo observa, está temblando y su respiración es ajitada.

Él comprende lo que pasa, e intenta calmar a su hermano: —Ryan, soy yo, tu hermano David, tranquilo no voy a hacerte daño. Eres libre, ya no estás con ellos.