Capitulo 03

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La habitación se encontraba a oscuras, solo se podían ver algunas cosas sutilmente con la luz de la luna, la cual entraba por la ventana dándole un aspecto algo sombrío al lugar.

Todo estaba en silencio a excepción de los pequeños ruidos que provocaba la base de madera que pertenecía a la cama por culpa de los movimientos que hacían los dos cuerpos encima de esta.

La luz de la luna alumbraba solo una esquina de la cama, en donde se podía apreciar una sábana blanca toda arrugada en donde se encontraban un pelirrojo y un castaño debajo de esta, que se movía a los compas de los movimientos rítmicos que hacían las dos personas.

-kouki... ah-

-¿estás bien? ¿Quieres que pare?-

El pelirrojo entre abrió sus ojos y aprecio los bonitos chocolates de su pareja, amaba cuando en el acto sexual su novio se preocupaba por él, ni siquiera con las antiguas personas con las que había salido hacían eso, y bueno, no es como que en ese entonces él se preocupara por eso. Solo querían satisfacerse.

-no, por favor sigue... más rápido-

La sabana se movía al mismo ritmo que las caderas del castaño, el cual se encontraba encima de su novio penetrándolo rápidamente, el final estaba cerca ya les faltaba poco. Realmente le castaño no quería hacer este tipo de cosas en la casa de sus padres, pero desgraciadamente calentura-chan le había ganado y no pudo resistirse en ir a la habitación de invitados en donde se encontraba su pelirrojo plácidamente dormido en su cama, se metió debajo de las sabanas y abraso el menudo cuerpo de su doncel empezando a manosear y besar todo lo que tenía a su paso, provocando que Seijuro se despertara y mirara sorprendido al castaño, al principio se enfadó e iba a sacar a patadas al varón de su habitación... pero kouki le había mirado con esos ojos de cachorro a los que no se podía negar y termino acatando.

Y ahí se encontraba, debajo de su novio siendo penetrado salvajemente.

-¡ah! ¡Kouki! Mmm ¡sigue!-

-ah... no grites tan fuerte sei, no quiero que nos escuchen-

-¡solo apúrate! ¡Ah! ¡Ah!-

El castaño le abrió más las piernas a su novio y empezó un ritmo seguido, dando justo en el punto dulce de su pareja, el cual trataba de no gritar del placer tapándose la boca con las manos o besando salvajemente a su castaño.

La faena siguió hasta que el pelirrojo termino entre los estómagos de ambos y kouki como no tenía preservativo, salió antes de terminar dentro, tirando toda su esencia en el estómago del doncel.

-ah... ah... eres un pervertido- dijo Akashi recuperando el aliento y acariciándole los cabellos de la nuca a su pareja.

-así me amas- le contesto el castaño soltando una pequeña risita.

-kouki quítate de encima, tengo que darme un baño-

-mmm ¡tengo una mejor idea! No te muevas-

El castaño se levantó con cuidado de arriba de su novio para no lastimarlo, salió de la habitación y regreso unos minutos después con una bata puesta amarrada de la cintura y traía otra en la mano que era para su novio.

Kouki sentó con cuidado a su pelirrojo en la cama y le coloco la bata amarrándosela en su estrecha cintura, lo levanto con delicadeza cargando estilo princesa y salieron del cuarto hasta bajar las escaleras, cuando estuvieron afuera de la casa el varón bajo a su novio con delicadeza, lo tomo de la mano y lo llevo por un camino de pasto, árboles y flores muy lindas.

La pareja siguió caminado hasta que el pelirrojo pudo distinguir la orilla de un hermoso lago el cual brillaba con el reflejo de la luna, muy bello a los ojos de cualquiera.

-esto es... hermoso-

-sí, encontré el lugar cuando tenía como nueve años y desde entonces solía venir aquí, era algo así como mi lugar secreto-

-¿no sabe nadie de este lugar?-

-bueno... nosotros dos y eh... una persona que fue parte de mi pasado, pero eso ya no importa- le sonrió dulcemente al pelirrojo mientras lo guiaba hacia la orilla del lago.

Seijuro tenia la intuición de que se trata de la tal Ann-chan que anteriormente habían mencionado cuando estaba presentándose con la familia Furihata.

-entiendo...- Akashi sintió una opresión en su pecho, le alegraba y le entristecía a la vez el hecho de que kouki le mostrara ese lugar, se sentía feliz de que su novio le haya mostrado uno de los lugares más apreciados para él, pero le entristecía el hecho de no haber sido la primera persona a la que se lo enseño, sonaba egoísta y lo sabía, pero desde que el castaño se ganó su corazón cuando en sus tiempos de preparatoria empezó a enamorarlo, no podía apartarse de él, no podía dejar que alguien más lo tuviera. El pelirrojo quería ser el mundo de kouki así como el castaño era el suyo, quería que kouki solo lo mirara a él, que le sonriera, que le besara, que lo mimara, que llorara por él, lo quería todo.

Seijuuro estaba dispuesto a pelear por lo que le pertenecía y si eso implicaba deshacerse de esa mujer él lo haría sin dar vuelta atrás.

-ven conmigo-

El pelirrojo salió de sus pensamientos cuando sintió como el castaño se quitaba la bata junto con la de él y lo empujaba hacia el lago, sintió el agua fría al inicio para luego empezar a acostumbrarse y relajarse.

-¿se siente bien?- kouki abrazo a su novio mientras flotaban en el agua cristalizada.

-se siente magnifico- dijo mientras se recargaba en el pecho del castaño.

-seijuro quiero que sepas que yo nunca he hecho esto con Ann-chan, si la traje aquí una vez pero eso fue todo, nunca hicimos nada de esto ¿de acuerdo?-

El varón miraba serio a su novio, kouki no era tonto sabía que seijuuro se había puesto triste al momento que escucho el nombre de Ann. El castaño era muy consiente que el pelirrojo era celoso y posesivo, eso a él no le importaba, es más, hasta le fascinaba; le encantaba ver esa carita seria con su ceñito fruncido y esos labios en una línea recta diciéndole "tú eres mío", si, amaba la cara de celos de su novio, y era por eso que no quería que pensara que hubo una persona mucho más importante que él en el pasado, lo cual desgraciadamente era cierto pero que gracias al tiempo logro superar y ahora la única persona que amaba con toda su vida era a ese pequeño pelirrojo con síntomas de emperador absoluto.

-lo entiendo...-

Kouki suavizo su mirada y le regalo una hermosa sonrisa, apretando un poco más el abrazo sintiendo sus cuerpos desnudos bajo el agua.

-te amo mucho sei-

-Yo igual te amo kouki-

Se la pasaron unas cuantas horas más nadando hasta que decidieron ir a dormir, cada uno a su respectivo cuarto, aunque el castaño no se resistió y quince minutos después ya se estaba metiendo en la habitación de su pelirrojo para dormir bien abrazados y calientitos.

Conociendo a la familia FurihataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora