Uno.

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Al ver a mi hermoso novio detrás de la puerta hizo que algo dentro de mi, despertara.
¿Cómo es que su simple presencia me calienta por completo?
Me invitó a pasar y sin más me adentre a la sala encontrándome con su primo viendo una película. Tomé a Jimin de la cintura, notando como su primo giraba hacia nosotros para observarnos.

— ¿Hola? Tierra llamando al Kookmin, aquí estoy... ¿Podrían irse a la recamara de Jimin y no hacer mucho ruido? Enserio quiero ver la película y su tensión sexual se huele a miles de kilómetros de aquí.

— Hola Baek... Emm. Sí. Amm. Minnie, ¿Quieres ver la película?

— Kookie mi amor, ¿Quieres ir a la recámara?

Solo puedo darle una respuesta con un asentamiento de cabeza, Baek voltea nuevamente a la pantalla soltando una carcajada.

— Ni siquiera lo disimulas Minnie... —Vuelve a decir Baek aún riendo. 

Jimin solo me toma de la mano y salimos en camino al segundo piso.

— Descarado... —le susurro al oído una vez que estamos fuera de su habitación. Dejo que el entre primero y yo voy detrás mientras cierro la puerta con seguro.

— Te encanta que sea descarado.

— Sí... Pero no frente a los demás.

— Ummm, yo se que si —susurra en mi oído mientras se acerca a mi, coloca sus manos en mis hombros y sin más me quita la chaqueta de pronto el calor dentro de la habitación se ha vuelto insoportable.

Aprovecho para acariciar su cintura y si más mis labios se acercan a su rostro para besar sus mejillas, su frente y finalmente sus labios.

— Te amo Jimminie, aunque seas descarado. Te amo más allá de lo que soy.

— Te amo más Kookie.

Sus manos descienden hasta el inicio de mi camisa, sus manos pasan a mi torso y un jadeo sale de sus labios, aquel sonido parece perderse en mi boca por el beso necesitado y excitante que comenzamos hace no mucho.
Mis manos bajan a su redondo culo y no dudo un segundo en dar un apretón y restregarlo contra mi erección.

— Así. De. Loco. Me. Vuelves. —Susurre entre cada beso. Sin más me separé un poco de él, para poder admirarlo y pasar mis manos por el borde de su enorme suéter.
Lo levanté poco a poco y suspiré.

Mierda. Su figura, su piel, su simple presencia desataba un huracán en mi interior.
Mordí mi labio por instinto mientras él, tomó el borde de mi camisa para levantarla y sacarla de mi cuerpo por completo. Ambos nos comíamos con la mirada, su erección fue creciendo al igual que la mía y sin más tomé el control. Acostandolo en la cama, pase mi lengua por su oreja, lamiendo y mordisqueando ligeramente, baje hasta su cuello y sus clavículas que me traen completamente loco. Chupe y bese repetidas ocasiones mientras que las yemas de mis dedos subieron hasta sus pezones. Con una mano sostuve su culo apretándolo y acercándolo a mi erección provocando una deliciosa fricción entre nuestros penes complemente erectos. Y con la otra acaricie su cintura, su estómago y sus pezones hasta que los reemplace por mi lengua.

— Mmm... M-mierda. Kookie. Por f-favor... Métela.

— Shh. Mi amor tenemos todo el tiempo del mundo. No quiero cogerte, quiero hacerte el amor.

— Mmm.

Sin más, deje besos húmedos desde sus pezones hasta llegar al borde del pantalón. Dirigí mis manos a la hebilla del cinturón, la quite y baje el cierre del mismo. Una mirada coqueta salió en dirección a mi hermoso novio quien solo me observaba con una súplica silenciosa. Me relami los labios y sin más lo quite junto con sus bóxers.

Observé su pene, lleno de pre-semen. Complemente duro y ansioso por recibir atención. Maldita sea, mi polla palpito con solo verlo así, la imagen más caliente de todas. Mi Jimin con los labios entreabiertos ligeramente hinchados, su pelo pegado a su frente por el sudor, sus ojos cerrados, su pecho subiendo y bajando rápidamente por la excitación y su hombría palpitando por mi atención.
Me arrodille entre sus piernas, pase mi lengua por el glande mientras que una de mis manos se dirigió a uno de sus testículos y la otra subió a su boca para que comenzara a lamerlos.
Mis labios pasaron del glande al frenillo, ganando un gemido ahogado.

— ¡Ahg! ¡Si! ¡Kookie más! ¡Ahí, de nuevo por favor!... —Entendí su petición, y es que conocía perfectamente cuáles eran los puntos más débiles de mi novio, sin embargo conocía más de ello por el estudio que le di a la anatomía humana durante tanto tiempo, se cuáles son las partes más sensibles de la anatomía humana y aprovecho ese conocimiento para llevar a mi chico a las nubes, nuevamente mis labios pasaron al frenillo, solo que esta vez succione con algo de fuerza—, ¡Ahg! Mierda... ¡Si! ¡Que rico Kookie!

Pase mis manos a su escroto y sin más masajee de forma suave mientras que mi boca continuo con un lento vaiven dándole el placer que mi novio merece.

Su pene palpito dentro de mi boca y sabía que estaba cerca así que aceleré las embestidas logrando que llegara a su primer orgasmo, basto con verlo correrse para correrme también yo, dentro de mis pantalones.

— En cuatro bebé, muéstrame tu hermosa entrada.

Con algo de dificultad volteó hasta quedar en cuatro frente a mi, su entrada estaba dilatada y aún no lo preparaba con nada, completamente rosa y palpitando esperando por mi.
Me incline, quite mis pantalones y mis calzoncillos a toda prisa. Nuevamente me coloque entre sus piernas...

— Huele delicioso aquí... —Susurre mientras mi aliento chocó con su entrada— ¿Sabrá igual?

— ¿Q-qué? ¡Ahg! Mmm... Jeon, mierda. Mi amor... Ugh!

— Sabe mejor...

Nuevamente pase mi lengua alrededor de su entrada y al paso de unos pocos segundos comence a penetrarlo con mi lengua y dos dedos.

— ¿Listo cariño?

— Por favor Kookie. Metemela, hazme tuyo ya.

Alinee mi pene en su entrada y de una estocada estuve dentro de él. Estaba tan estrecho, su interior se apretó deliciosamente alrededor de mi polla.

— C-carajo. Minnie, siempre tan estrecho y listo para recibirme. Ahg, tan rico.

Comencé a moverme lentamente, acaricie su cintura mientras que poco a poco aumente la velocidad de mis embestidas. Hasta lograr llegar a su próstata.

— ¡Ahhh! ¡Kookie! ¡Ahí, de nuevo! ¡Más duro por favor! ¡Kookie!

Continue con las estocadas a su próstata, hasta que alcanzó su orgasmo y yo llegue al mío nuevamente.

Nos recostamos mientras él acariciaba mi pecho.

— ¿Kookie?

— Hmm.

— Te amo.

— También te amo Minnie.

— ¿Kookie?

— ¿Que ocurre cariño?

— ¿Alguna vez me dejaras ser el activo?

Mi cuerpo se tenso completamente, diablos, no me imagino con un pene dentro de mi, pero por él, quizá por el lo intente.

— No lo sé amor. ¿Quieres darme a mi?

— Te traigo ganas desde la primera vez que te ví, Kookie.

— Tal vez... Por ahora debes conformarte con que yo te coja a ti.

— Creí que me habias hecho el amor...

— Y ahora te voy a coger cariño.

Amor de mi vida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora