Capítulo 1: Bienvenida a Bryansk

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Me aferré fuertemente a los brazos de la silla, rogando porque se terminara, rogando que el bendito avión aterrizara. Sentia el vacío en el estómago, la tensión en las piernas y mandíbula, y para completar,sentía la mirada extrañada y divertida del pasajero de al lado.

Diosito haz que termine .

Sentí un temblor del suelo, un fuerte sacudón y la completa paz.

-Pasajeros les habla su capitán- la voz del megáfono se oía cansada- hemos aterrizado por fin en el aeropuerto de Moscú.

Gracias Diosito, enserio me escuchas .

Las personas comenzaron a pararse y a tomar sus maletas, una azafata algo envejecida, con su cabello recogido en un moño bajo, se acercó a mí con una sonrisa de condescendencia.

- Estás bien... ehm ...-

-Anne- respondí algo incómoda

- Oh , claro, Anne. Lo siento- ¿Estás bien?

-Ehm... si, sólo me ponen nerviosa los aterrizajes,bueno, ya sabe el movimiento del avión y eso.

Hizo un gesto de asentimiento y siguió caminando para ayudar a los demás pasajeros. Tomé mi bolso del compartimento de arriba y me dirigí a la salida.

Gracias al cielo tierra firme. No puedo creer que viniste a Moscú por el trabajo de tu papá. Se te va a congelar el trasero en una ciudad tan jodidamente fría.

Pasé por la sala de abordaje para recoger mi maleta y luego fuí a la entrada, para ver si alguien tenía un cartel con mi nombre o algo por el estilo. Pasé la mirada y me topé con un chico muy hermoso, alto, rubio y con unos hermosos ojos azules junto a una chica muy bella, parecida al chico , pero de cabello castaño. Ambos me miraban y sonreían mientras se acercaban a mí.

-Hola Anne, por si no te acuerdas de mí me llamo Masha, soy tu hermanastra y el es mi hermano, Sergey- puse los ojos como platos y me avalancé sobre ellos para abrazarlos.

Claro que me acordaba de ellos, sólo que habían pasado tantos años.
No puedo creer que esten aquí enserio. Ellos eran mis mejores amigos.

Sergey y Masha eran los hijos de la esposa de papá y los mejores amigos de mi infancia.

-Estoy muy feliz de verlos chicos- dije alegre.

-Igual nosotros-respondió Sergey - Y estás grande y preciosa -me sonrojé.

Wow no ha dejado de ser tierno.

-Bueno par de tortolitos, nos vamos-dijo Masha.

La fulminé con la mirada y Sergey hizo lo mismo.

-Bien vamos -dijo Sergey incomodo- oye y ¿por qué llegaste tan tarde?- me preguntó mientras caminábamos al parqueadero subterráneo- Quiero decir, se supone que vendrías ayer.

- Ohh si, me quedé dormida y perdí el vuelo- me encogí de hombros.

Perfecto, te pasas de inteligente Anne Steven, ahora creen que eres una peresoza.

Bueno querida mini mí, lo soy.

Sergey se rió . - ¿Enserio? ¿dormida? -Bueno, sí, amo dormir- respondí. Negó divertido con su cabeza.

Seguimos caminando hasta llegar a un pequeño Volkswagen.

Sé lo que están pensando y sí. Era un herbie.

Pero era un herbie lindo, es decir, no sucio y con todas esas latas oxidadas y viejas, no. Éste herbie era negro, pulido y con algunas partes niqueladas. Se notaba el gusto de los chicos.

Mi amor, mi guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora