Capitulo 3: Un encuentro mortal

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Holaa este cap va dedicado a:
@skyg20
@isaflorez06
@juli1408

@KarlaNicolleLunaGonz
@mafercita_silva
@magy1301
Sin ellas no existiría esta historia, así que quería agradecerles.

Y a: @ silviadefelipe por ser la primera en comentar. GRACIAS POR TU APOYO.

El siguiente comentario le voy a dedicar el 4. Capítulo.
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Las tres primeras semanas de mi estadía en Bryansk fueron totalmente normales; bueno, con Alex acosándome, Sergey y Masha asesinándolo con la mirada. Si se preguntan qué pasó con Alex y el trabajo de matemáticas,  bueno, lo hizo él sólo y le puso mi nombre. Qué lástima,  yo quería hacer el trabajo. ¡Amo matemáticas!

Entiéndanla, el invierno la tiene mal.

Oh, sí olvidé decirlo, ya es invierno y me dieron vacaciones.

¡¡¡Iuujuuuu!!! ¡¡Vacaciones!!!

Sí lo sé, emocionante. Además de que esté haciendo un frío que me congela la sangre,estoy feliz de que me hayan dado vacaciones. Pero bueno, les voy a contar lo que me pasó al mes de llegar a Rusia.

Iba llendo hacia el bosque con un cuchillo en la cinturilla de los pantalones, porque Seg y Mash me habían dicho que el bosque en invierno es muy peligroso, así que cuando les dije que quería pasear por ahí me dijeron que debía tener algún arma conmigo. No sabía disparar, así que me dieron un largo cuchillo serrado.

Lo sé,  es escalofriante. Como sea, ese par de chicos están descerebrados.

Seguí adentrándome en el bosque, calculaba que había recorrido más o menos unos seis kilómetros desde que salí de Bryansk. Seguí por el bosque, helado y totalmente blanco, cuyo único color era mi chaqueta azul celeste y mis pantalones negros, además del pelaje marrón de unas pequeñas ardillas que asomaban sus hociquitos para ver a la extraña humana pasar. No había nada que yo disfrutara más que estar sola, en medio de la naturaleza.

En Buenos Aires, yo había crecido en plena ciudad, abarrotada de ruidos y contaminación; y cuando íbamos a nuestra casa de campo, mamá me enseñaba a amar la paz y la tranquilidad; el agua, las aves y las plantas. Es lo único que recuerdo de ella.  Además de que murió de cáncer.

Un sonido de patas y jadeos de animal me sacaron de mis pensamientos. Yo sabía claramente lo que era, el jadeo inconstante como el de un perro, las patas fuertes y el sonido de las garras contra la nieve: un lobo.

De todos los benditos animales que hay, de todas las cosas tiernas, felpuditas y apapachables con las que me pude encontrar, tenía que ser un jodido lobo. Perfecto.

Me quedé estática en mi lugar e intenté hacer el menor ruido posible, mientras avanzaba lentamente hacia...mierda. Me perdí. No sé hacia dónde ir para volver al pueblo.

Relájate, respira y no hagas ruido; lo primordial es ir en dirección opuesta al lobo y su posible manada.

Oh, claro. Hice lo que mini mí dijo y me moví lentamente al lado opuesto de donde se escuchaban los jadeos y respiraciones del lobo. Escuché un ruido detrás mío y cuando me volteé, supe inmediatamente que estaba muerta, a menos que pudiera defenderme con el cuchillo y el muerto fuera él. Saqué el cuchillo lentamente de la cinturilla del pantalón, me preparé para atacar al lobo y... ¡zaz! Sentí como otro lobo que no había notado, se avalanzaba sobre mí y clavaba sus colmillos en mi hombro. El dolor me invadió al sentir sus afilados dientes desgarrar mi piel.

Mi amor, mi guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora