El Inicio

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- ¿Iras?

Sus ojos se clavaron como puntiagudos alfileres en los suyo, hubiera preferido mil veces que eso no sucediera. Por qué entonces no habría notado que el resto también lo estaba mirando.

- ¡Claro que va a ir! Ah faltado todo el semestre, ¡nos los debe!

- Claro que no, Alexander – defiende Nora

- ¡Tiene que ir! -grita con más fuerza

- ¡Solo cierra la boca! – ahora la chica quiere matarlo

- Adrik, ¡responde!

Insistió la mirada liquida de Jenica, enormes ojos azules sobre piel de papel se asomaban sobre cortinas de seda de un deslavado color oro, era preciosa, ella lo sabia y sabia perfectamente que nadie podría decirle que no, después de mirarle de esa forma. Alex no podría, Adrik tampoco, pero ambos tendrían razones diferentes para ceder esta vez.

- Les preguntare a mis padres

- ¡Yeih!- celebro la rubia

Sus padres eran activos creyentes que las relaciones sociales, eran el principal motor del mundo, si de ellos dependiera, expondrían a Adrik a una multitud de extraños, cada fin de semana y en efecto, de ellos dependía y entonces así sucedía.

"Señor Jacobson, ¿le he presentado ya a mi hijo? Tengo entendido que tiene una hija de su edad, estoy seguro de que se llevarían excelente" "¿Necesitas lecciones?, Adrien habla con fluidez, cuatro idiomas" "¿Que tu hijo necesita ayuda con esgrima? ¡Oh! Mi hijo menor es un verdadero erudito con el florete, ¿qué tal si le da algunas lecciones privadas al tuyo?" ... aunque quizá eso ultimo incluso podría ser una idea atractiva para él.

No importaba, habían firmado el permiso hace semanas, solo no lo había entregado.

- ¿Nos acompaña siempre joven Adrik?

Una anciana y temblorosa mano recibió su permiso y le sonrió dulcemente, no tenía ánimos de sonreír, pero ignorar la gentileza de a la señorita Grenchen, seria el gesto mas frívolo y ortivo que jamás se permitiría expresar.

- No puedo permitirme desperdiciar mi juventud encerrado en mi casa ¿o sí?

La anciana se rio sinceramente, el joven poseía un embriagador encanto, incorrecto de corresponder, pero era completamente consiente de este. Dio unas palmadas en su hombro y lo mando de regreso a su asiento, le dio la espalda al grupo y empezó a escribir en el pizarrón, cierta actividad que mantuvo insensible al grupo.

- ¡Perfecto hombre! No tienes ni idea de lo bien que nos la vamos a pasar, iremos a ese lugar que Jake me mostro, donde ni siquiera se fijan en la foto que tienes en tu identificación, además Simón... ya sabes.

- ¿...Ya sabes?

Adrik se burla sin mucho ánimo, Alex reboza de energía, la última vez que asistió en la salida de fin de curso, tenia 13 años, Alex le llevo con su hermano Jake y el resto de los chicos grandes, Su primer cigarrillo y creyó que nunca en la vida iba a volver a probar algo tan horrible.

Los siguientes años después de este, su hermana había ingresado a la academia de ballet, así que faltaba la ultima semana de clases para poder acompañar a su madre y observar los exámenes finales de la academia de arte. Ese año el plan era el mismo, pero todo había cambiado demasiado ese último año. Incluso había sido peor que el anterior.

- ...Si amigo, tú sabes... - insiste el pelirrojo

- ¿No vamos a viajar en avión?

- No cuestionare sus métodos, lo único que quiero es un poco de hierba, ....o quizá éxtasis

- No creo que quieras meterte en la boca lo que sea que haya traficado Simón y su banda.

- ......¡AAAAAH! ¡No quería saberlo!

No importaba, Adrik era consciente de la gran cantidad de eventos que había sido arrastrado sin su menor interés, ir a un viaje escolar y fingir divertirse con sus amigos del colegio, era algo que de lejos podía manejar. Podría incluso beber o drogarse, todo con tal de aparentar ser como todos, y olvidarse de todo lo que había sucedido en casa ese año... si ojalá eso pase en esos primeros días de agosto.

Días de Lluvia (actualizando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora