Diez Meses Tuya ┇Bardock x Gine

【01】↝ Capítulo I

─ DEJARSE IR ─

El amor a primera vista.

No existe.

. . .「👶」 . . .

Gine

Mientras desahogaba mis pesares, conforme mas palabras salían de mi boca el alivio que sentí en mi pecho fue indescriptible. Mi compañera de trabajo, solo escuchó atentamente arrojando una que otra mirada de nerviosismo.

Los problemas parecían asustarle mas que a mi.

O tal vez es que ya había pasado por esa etapa.

El pánico agobiando todos tus sentidos, la mente envuelta en un gigantesco nudo, el raciocinio tan nublado que simplemente no encuentras respuestas a los problemas. O tal vez, realmente mis problemas no tenían una solución.

Quien sabe.

Ya desistí a preocuparme por cosas que no tienen remedio. Si tenía que pagar con mi vida misma, los errores de alguien mas lo haría, porque ya no me quedaba vida.

No había nada que me importara de verdad.

Respiraba solo por respirar, estaba simplemente por estar y mi sonrisa ya no brillaba para nadie más.

-Ten, lo necesitas.

Me habló con una calidez reconfortante mientras comprimía mi mano. Dentro de mi palma depositó un fajo de billetes correspondiente a la paga del mes.

No me rehusé , aun sabiendo que estábamos en el día número uno del mes y que a finales del mismo yo ya no podría prestarle mis servicios; porque ya no estaba en mis planes pertenecer a este mundo.

A este fajo de billetes voy a tomarlo como un impulso de coraje que estoy necesitando. Se que sin una gota de alcohol en mi sistema no seré capaz de hacerlo.

-Por un demonio -oí a Ivana quejarse, mientras yo hacia un recuento del dinero- ¿Que tanto tiempo puede tomarle beber una taza de café?.

Sabía a quien se estaba refiriendo.

A la persona, dueña de la mirada que tuve clavada en mi nuca por media hora. Y no se si fueron ideas mías -por cierto absurdas- o realmente el peli-palmera que se encuentra no muy lejos de nosotras, estuvo pendiente a toda la conversación.

No lo culpo.

Mi vida últimamente es una de esas historias catastróficas que le cuentas de consuelo a alguien mas, para darle a entender que su propia vida no es tan mierda.

Aun así.

¿No es un CEO?.

¿No tiene obligaciones o tareas que cumplir?.

Quizás solo me estoy sobre estimado, o el está lo suficientemente aburrido para escuchar mi patética vida.

-Gracias por todo Ivana -le agradezco con un abrazo que de seguro a ella le resulta demasiado largo.

De todas formas, quiero expresarle mi afecto a una de las pocas personas que estuvo ahí para mi.

Aun con extrañesa y duda me corresponde. Me da una de esas miradas angustiadas como cuando sabes que tu hermano menor está por cometer una tontería.

Lo persive.

Lo ve, oculta en mi apatía le agradezco por no preguntar nada y dejarme simplemente ir.

Al salir de la tienda, doy un ligero vistazo en dirección al empresario que tomó asiento momentos anteriores. Aquél que quiso que lo atendieramos por la fuerza, él que con una mala reseña podría causar la clausura del café King.

Es el hombre mas atractivo que eh visto en mi vida.

Parece de esas personas que encaran de frente toda situación.

Parece la clase de persona que no se retracta de su palabra.

El hombre al que sin objeciones cualquier mujer le abriría las piernas.

Cuando nuestros ojos se encuentran de nuevo, es como si me arrebataran todo el aire del pecho. Su mirada calculadora y penetrante no se separa de mi en ningún momento.

Incluso cuando dejo de ver en dirección al ventanal, algo me dice que continua observándome. Por mi parte, antes de cruzar la calle llevo ambas manos a mis mejillas encontrándome con un rubor excesivo que las decora. Esa calidez inesperada.

Atesoro su rostro en una imagen mental que causa gran revolución de hormonas en mi interior.

Mi corazón anhela volver a verlo, aunque sea de reojo; sin embargo, sigo caminando.

-Una vista perfecta antes de morir.