Un excéntrico millonario, en busca de una muchacha desesperada que le de un heredero.
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๛ Artista original de las imágenes dentro de esta historia @Bardockswife. Los edits son de mi autoria.
๛Historia con caps cortos y narra...
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─ IMPROBABLE ─
"Puedes esperar diversas cosas. Sucederá lo que el tipo rico quiera que suceda"
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. . .「👶」 . . .
Gine.
—No teníamos que llegar a estos extremos.
De seguro me veo fatal.
¿Que tan mal hay que estar para que incluso un tipo como estos se apiade de ti?.
Cuando el apunta su arma en mi dirección, acepto con resignación el cruel destino que debía tomar.
Un último trago del ron que compré en la tienda de la esquina recorre mi garganta. El liquido me quema y desborda un poco por mis mejillas, mezclándose con lágrimas.
Mentiría si dijera que no estoy asustada.
Absolutamente todo el mundo le tiene miedo a la muerte; pero no hay alternativa en mi caso. Parece ser la mejor opción.
—¿Que tan bastardo hay que ser para heredarle las miserias de tu vida a un hijo? —se cuestiona a si mismo- tsk, una chica joven y guapa no debería pasar por esto.
—Oh vamos —me quejé sin fuerza alguna, aferrando el arma contra mi cien- ¡Solo dispara!, ¡Carajo! ¡Has de haber matado un sin fin de jóvenes como yo!.
El tipo frente a mi aun titubea en presionar el gatillo.
Cuando salí del café, compré algo de licor para prepararme. Un sujeto calvo, musculoso se adelantó a mis planes y vino a intimidarme en el callejón donde estaba bebiendo.
Lo normal.
A lo que estaba acostumbrada todos los días.
El típico discurso de: si no pagas el dinero que nos debes, vas a dormir con los peces.
Yo ya no podía proseguir con la farsa. Suplicar en llanto, por un poco mas de tiempo para cubrir una deuda, que se que ni en diez vidas con doble turno podría pagar no es una opción.
¡Pues bien!.
¡Has lo que te venga en gana, señor criminal!.
Demonios, creo que estoy demasiado ebria como para tomarle importancia a mi vida.
—Podrías prestar servicios hasta cubrir la deuda de tu padre —me ofrece— prostitución, trafico de drogas, crimen organizado, hurto. ¿Quien creería que una carita así se atrevería a tanto?.
Hay personas... que cuando están al borde del precipicio: hacen lo que sea para no caer.
Yo no soy esa clase de persona.
No soy la clase de persona que arruinaría la vida de alguien mas para salvar la mía.
No voy a manchar mi nombre, aunque la moralidad valga un comino en un mundo como este. Va en contra de mis principios como persona y ex estudiante de derecho.
—Primero muerta —negué.
Le oí suspirar, caminando de un lado a otro arrojando maldiciones repetitivas. Se acerca, creo que al fin toma la determinación necesaria para darle fin a mi vida.
Cierro los ojos, me aferro contra la pared en la cual estoy sentada. La respiración se me acelera, el pecho me sube y baja sintiendo como los nervios anudan mi vientre.
Y el disparo nunca llega.
Aun permanezco consciente, teniendo en cuenta que en cualquier momento puede suceder eso que con mucho miedo y ansiedad espero: el caer desplomada; o por borrachera, o a causa de un balazo.
Los minutos pasan, la imprudencia me gana por lo que abro mis ojos. El cobrador que hace un momento estaba a mi lado, se encuentra conversando con otro hombre que apenas logro distinguir por la falta de luz.
Desconcertada, mi boca se abre con sorpresa cuando veo la punta dorada de sus zapatos acercarse en mi dirección.
Me sujeta en sus brazos y en cuanto veo su rostro de cerca lo reconozco.
—Vendrás conmigo.
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