Llevaba levantada desde las 2.33 de la madrugada y ahora ya eran casi las 6 de la tarde.
—Aghh.. ésto está sucio.
Mis ganas de limpiar una parte del azulejo polviento me llevaron a tropezar con un resbaloso aceite que estaba cubriendo todo el piso de madera. Aunque caí sentada y tuviera encima una sudadera, el polvo me cayó encima de todo el uniforme.
—Mierda..
Lo indescriptible. No quería mirar.
No podría soportar ver nada más.
Tenía que controlar mis pensamientos. Estaba llena de polvo. Mi sudadera estaba llena de polvo, ¿De que manera podría decirlo?
Solo observé desde lejos como dennis hacia movimientos bruscos con los objetos de limpieza. Se veía como si estuviera desesperado de limpiar todo el desastre.—Lo siento mucho, me resbale, el polvo cayo y me arruinó la sudadera. Pero ahora lo limpio.
—No. Yo la harás después de tu comida. Tienes media hora —dijo fríamente frotándose las manos aunque no se hubiera manchando o ensuciado de nada.
En el centro de la zona de cocina había un tajo de carnicero de madera de arce, justo de una altura adecuada para alguien que no superaba el metro sesenta y tres de estatura. La zona del desayuno daba a un gran ventanal que se abría a los frondosos árboles del jardín de la parte de atrás y al comedero de los pájaros. Salpicando los monocromáticos tonos dorados de las ventanas. Entré y me dirigí a sacar una botella de agua que había metido dentro del pequeño refrigerador para empleados. Me senté en una silla dispuesta a comer pero dennis había entrado junto a otro compañero. Tomé otro sorbo de la botella de agua y esperé a que el absoluto silencio que reinaba en la sala me desenredara los retorcidos nervios y disipara mis inquietudes. Solo sentía su mirada.
—Nos vemos en un rato crumb. Buen provecho cooke —dijo el otro hombre dirigiéndose a la puerta.
—Gracias —conteste inquieta al hombre que salía, luego me dirigí a dennis que sacaba una Coca-Cola del frigorífico—. ¿Vas a comer también?
—Sí. Estaba a punto de tomar mi lunch, pero luego escuché el ruido que estabas haciendo y recordé que no te había dado un horario de comida.
Que gentileza, pensé.
El silencio y la seguridad valían cualquier precio y constituían una absoluta necesidad para
mí. Me había parado para lavarme las manos y no solo de la suciedad si no porque me estaban sudando y cuando eso pasaba se me hacían pliegues. Asqueroso.—¿Por qué estás espiando?
—No estoy espiando —dijo.
—Te he visto. He visto tu reflejo en el espejo del microondas. Estabas observándome desde la puerta.
—Lo siento.. yo..solo tenía que decirte sobre tu uniforme. Debes mantenerlo limpio. Es reglamento del trabajo
¡Lo sabía! Había estado observando mi ropa desde que me vió y podía ver su estrés y frustración de quedarse callado.
—Uhm, sí lo sé. Perdón, juro no volver a estar llena de polvo. Supongo que hay muchas cosas en este sitio que debo evitar.
—Solo espera —dijo mientras soltaba un suspiro pesado agarrándose el puente de la nariz —. Te traeré otro ropón.
Observé como se alejaba y entraba al pequeño lugar que daba al pasillo de limpiadores. Escuché que abría cajón tras otro, tras otro tratando de encontrar algo. Volvió después de unos minutos.
—Ten, puedes ir a cambiarte.
—Lo hare después de comer —indique convencida.
—Tienes que.. perdón, debes hacerlo ahora. Puedes seguir manchando la blusa con las migajas y.. —decía pasándose la mano por la cabeza.
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R O T O S ™
FanfictionElla solo busca un propósito para seguir adelante. Y al parecer lo encontrará...