Rapunzel del siglo XXI
El tipo me olía el cuello. Era tan desagradable.
Me giré a ver a Kira, a ella un tipo la tomaba de los hombros mientras tapaba su boca. El tipo que me sostenía a mí tomó mi quijada y la volteó bruscamente.
—Nada de andar buscando refuerzos —dijo lentamente, su aliento chocaba contra mi oído.
Lamió mi oreja. Asqueroso, lo sé.
Sin perder más tiempo golpee a… No tengo idea de cómo se llama, así que su nombre será Mandil. Disculpen mi poca originalidad en momentos de crisis.
Golpee a Mandil en la entrepierna, recibiendo un alarido de dolor por su parte.
El otro tipo, que por nombre le pondremos Tetero (Pido disculpas de nuevo por mi poca originalidad). Arrastró a Kira por el cabello intentando golpearme a mí, sin soltarla a ella.
Sin embargo Mandil se estaba levantando del suelo y yo intentaba golpear a Tetero sin lastimar a Kira.
Me tomaron el cabello detrás de mí, haciéndome caer brúscamente al suelo.
Estábamos perdidas, nos iban a violar, luego a matar, entregarían nuestros restos a la puerta de la cas… ¡JODER!, el tipo estaba en el suelo. ¿Pero, pero cómo?
Fácil, Diosito se había apiadado de nosotros y nos había enviado un ángel a salvarnos.
Ese ángel, era nada más y nada menos qué “inserte redoble de tambores”, Derek Gibson.
Agradecida con el de arriba.
Derek había golpeado al tipo con un casco de… ¿Eso era un casco de bicicleta?, no sabía que
los cascos funcionaban como armas.
Ese debía ser el Rapunzel del siglo XXI, se vería fantástico con un vestido morado y, ¡y tal vez con un ratón que simulara ser Pazcal!
¡Deja de desvariar y ayuda!
Oh, cierto. Gracias Anastasia.¿Qué? ¿Acaso la vocecilla de tú cabeza no puede tener nombre? Anastasia le queda perfecto, la hermanastra malvada de mi cerebro.
¡Ya centrate!
Tomé el cuello de la camisa de tetero y lo jalé fuertemente hacia donde yo estaba. Derek se encargó de propinarle un puñetazo en su ojo derecho.
¡Barras, barras a Derek! ¡Así se hace hermano!Tetero se desestabilizó un poco, y llevó torpemente su mano a su ojo ¡La mano con la que sostenía el cabello de Kira!
Que pésimos secuestradores, un dos de diez.
Kira aprovechó de darle un pisotón y huir.
Derek tomó su casco y se fue detrás de Kira. Pero yo, yo no me podía ir así.
Tetero sin esperárselo se llevó una contusión. Con mi puño fuertemente golpee su cráneo y huí de allí.
Derek con una sonrisa que emanaba confianza se me acercó
—Que ovarios tienes, te quedaste ahí solo para darle un golpe ¡Toda una chica ruda! —dijo en tono de broma.
—Gracias, no se iba a ir ileso con el susto que nos hizo pasar —recalqué— Estoy al cien porciento seguro de que ileso no quedó, además ¡Parecías Karate Kid! Danna patada Kid.
Estallamos en risas, este chico estaba loco.
—Kira, ¿Estás bien?- preguntó Derek notando que ésta no había dicho nada.
Kira miraba al piso fijamente, lagrimas se acumulaban en sus lindos ojos oscuros como la noche. Eso siempre me había gustado de ella, sus ojos negros felinos y agraciados.
—Él-él- tartamudeó—me tocó.
Derek y yo nos detuvimos abruptamente a mirarla.
— ¿Dónde?—me atreví a preguntar.
—Pri-primero fue mi seno, y luego mi nalga, me manoseó y y-yo solo —la interrumpió un sollozo.
—Esto no se va a quedar así— dijo un Derek encolerizado. —Vayan a sus casas, y no paren hasta
llegar allí —dijo entre dientes.
No nos dejó ni responder, corrió de vuelta a donde había sucedido lo anterior.
Kira y yo caminamos en silencio a nuestras casas, por una vez, hicimos caso sin refutar.
Cuando llegamos a la casa de Kira, que quedaba a unas cuantas casas de las mías. Nos despedimos en voz baja.
Subí directamente a mi habitación, cerrando la puerta instantáneamente.
—No puedo permitir que Kira pase lo mismo que yo, no puedo dejarla sola. No puede ser cierto, ella no le pasó eso, ella no se siente sucia, ni mucho menos una basura. — Intenté autoconvencerme.
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Danna.
Teen FictionEn su penúltimo año, Danna Williams se enfrenta a todos los problemas que arrastraba su pasado. A todo aquello que alguna vez ocultó. Ella era un sol, sus problemas la luna. En algún momento llegaría el punto medio dónde todo se revelaría, el tan es...