Parte 4

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Stan y Tsukasa alzaron los puños en el aire, en posición de defensa. Habían acordado una pelea mixta, pero sólo golpéandose de la cadera hacia arriba, y sin retenerse con el clinch, que era el nombre de la técnica de "abrazar" y retener los movimientos del otro. Sólo se detendrían si uno quedaba inconsciente, o se rendía. Las miradas de ambos le ponían los pelos de punta a cualquiera, ya no había rastro de la sonrisa burlona de Stan, y Tsukasa parecía estar deseando provocar la muerte a su oponente.

Ninguno conocía las habilidades ni el estilo del otro, por lo que comenzaron a moverse, acercándose y midiéndose para ver las reacciones. Stan era consciente de la diferencia de altura y masa muscular que tenía con Tsukasa, por lo que sabía que tendría que esquivar con agilidad sus golpes, más que sólo detenerlos. Se notaba en el castaño una completa confianza en sí mismo, realizando los mínimos movimientos necesarios, sin provocar ni simular un falso ataque para distraerlo. Eso significaba que no se iba a andar con rodeos ni jugarretas, lo cual era más que interesante... un rival que no tenía miedo ni usaba la técnica de distracción para ganar. Por lo cual, Stan optó por la misma estrategia, que casualmente era como solía pelear.

El primer golpe lo lanzó Tsukasa, tan rápido y veloz que se oyó cómo se cortaba el aire como si fuese una espada, pero una de las mejores cualidades de Stan eran sus increíbles reflejos, con lo cual el golpe le pasó cerca de la cara, pero sin rozarlo. El estadounidense silbó con aprobación y sonrió ligeramente, la emoción por una buena pelea empezaba a llenar de adrenalina su cuerpo. El castaño abrió los ojos con sorpresa, muy pocas personas habían esquivado su velocísimo puñetazo, incluso solía ser muchas veces el noqueo definitivo en sus peleas. No pretendía revelar todas sus cartas primero, por lo que se puso en posición de defensa, esperando el ataque de su contrincante.

Stan pensaba demostrarle que no se quedaba atrás en velocidad y potencia, no por nada era un luchador invicto. Lanzó un gancho con su puño derecho, y Tsukasa tuvo que inclinarse mucho hacia atrás para evitarlo, lo cual luego el otro aprovechó para asestarle un golpe con su puño izquierdo a la altura del riñón. O ese era su plan, pero Tsukasa alcanzó a prever sus intenciones por la postura de su cuerpo que no se había dedicado a ese gancho, e hizo un giro completo con su cuerpo para salir del alcance del puñetazo. Como contrataque, cuando Stan todavía estaba continuando el impulso de su golpe, Tsukasa aprovechó el giro para darle una fuerte patada con la pierna que tenía en el aire, que sí alcanzo a golpearlo, haciéndolo trastabillar.

Los espectadores que apoyaban a Tsukasa soltaron un grito de emoción, orgullosos de que el primer golpe lo hubiera dado su amigo. Pero Stan no se alteró, se recuperó rápidamente, y volvió a dar cortos y ágiles pasos para mantenerse en movimiento y aumentar su tiempo de reacción. Desplazándose como una serpiente, obligó al castaño a ponerse a la defensiva, y cuando este dirigió su puño hacia él nuevamente, se agachó a tiempo en un movimiento semi circular, y le clavó un codazo en las costillas del cual Tsukasa no alcanzó a defenderse, aunque sí su segundo ataque fue detenido, un puñetazo que el pelilargo encerró con su propio puño.

Los dos hombres se miraron a los ojos en un breve reconocimiento de la habilidad de ambos, y Tsukasa tiró de él desde la mano que tenía encerrada para acercarlo, y así buscar darle un duro golpe con su mano libre. Y lo hubiera encajado, pero a último momento Stan aprovechó ese agarre no sólo para inclinarse hacia atrás lo suficiente para esquivar el golpe, sino también para mover una pierna de forma de enroscarla tras la rodilla del castaño, y así obligarlo a doblarse y caer para atrás. Sin perder un segundo, el atacante se puso a horcajadas y le agarró la larga cabellera con la mano izquierda, para tirarle del pelo con mucha fuerza, obligándole a levantar la cabeza, al mismo tiempo que le propinaba un tremendo golpe con su puño derecho.

Sueños de marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora