El Aquelarre Del Emperador.

Teach me.

Luz se levantó temprano en la mañana, gracias a Steve que iba pasando por su habitación, quien tocó rápidamente la puerta mientras hablaba.
—¡Hola Luz buenos días! Kiki me dijo que te recordara que tenías que acomodar libros allá abajo
—¡Buenos días chico! —Se levantó, se acomodó el cabello ocultando sus redondas orejas, se colocó la capucha, guardó su varita en uno de los bolsillos de su capa y fue a tomar un rápido desayuno, recordando que tenía que terminar lo que restaba de acomodar ayer. La pereza de hacerlo en la mañana era mucha pero no tanta para pensar que si terminaba antes podría tener tiempo de sobra para escribir un par de cartas a su madre.

Fué a la biblioteca y encontró más libros regados cerca de una mesa.

—¡Genial!, ahora tendré más trabajo que hacer —y caminando más adelante encontró a una niña peliverde dormida entre las páginas de aquellos libros— ... Uy, creo que pasó la noche aquí —susurró pensativa—, enserio le importan sus estudios, bueno, no es algo que deba importarme, aún que realmente debe ser tan pesado ser un estudiante de Hexside.
Luz tomó unas escaleras y continuó acomodando algunos libros deseando saber el hechizo de levitación que usaron en ella hace unos días para así terminar pronto.
Tratando de no hacer ruido y sin mucho cuidado los ordenaba, pues quería terminar rápido, pensando en si despertarla y preguntarle después que libros seguiría usando para acomodarlos ó... no despertarla y que ella misma los acomode para no tener que hablarle como se lo pidió, pero uno de los libros cayó al suelo y luego otro y otro y luego Luz, despertando a Amity de golpe...
—¡¿Eh?! ¡No puede ser! Me quedé dormida —miró a su alrededor y vió a Luz en el piso encima de los libros que se cayeron con uno de ellos cubriendo su rostro—... agh, la humana otra vez —Amity se levantó de su silla y con unos libros en la mano iba hacía donde estaba Luz, pretendiendo regresarlos a su lugar le preguntó— ¿Estás bien?, no me interesa saberlo, solo no quiero que me culpen de hacerle daño o algo, a la frágil humana...
—¿En serio tienes que ser así? ¿Que no me pediste que no te hablara?
—Silencio, lo estás haciendo, tú no puedes hablar, yo sí.
Luz se levantó, volviendo a su trabajo, olvidando su varita en el suelo la cual rodó debajo de la estantería al ponerse de pie.
—Creo que no desayunar te pone de malas, ¿Ya viste los libros que no has puesto en su lugar?
—Los estoy devolviendo, ¿Qué no ves? —mostró un libro con sarcasmo poniéndolo en su sitio.
—¿Acaso nadie se preocupa por ti?, digo, no parece que pasar la noche aquí haya sido tu plan desde el inicio.
Amity realmente odiaba que alguien como Luz se entrometiera en sus asuntos.
—¿Y acaso alguien soltó a propósito tu pequeña mano para que terminaras aquí? Pregunto porque... no parece que ese haya sido tu plan desde el inicio.
—Ok, eso fue un golpe bajo.
—Mis padres no están en casa, no es necesario tener que decirles porque confían en mí. Escucha. Ya me voy, tengo hambre y créeme que no quisiera estar aquí y mucho menos contigo, sería la última cosa que querría en este mundo.
—¡Si pero...-
—¡Joven Blight! Qué sorpresa encontrarla tan temprano aquí —la "conversación" fue interrumpida por la voz de Kiki—, ¡Buenos días! Debo decir que su dedicación a los estudios mágicos realmente es de admirar, ojalá todos los aprendices fuesen así — dijo la última frase mirando de reojo a Luz, y después a Amity— ¡Felicidades!
—Gracias —respondió Amity alzando la vista con aires de superioridad.
—Por cierto, tu mentora me preguntó si podías usar la sala de entrenamientos para practicar y desde ahora ya está disponible para ti, puedes ir cuando gustes
—Está bien, gracias nuevamente — Amity se dirigía a la salida para ir a la sala con su cuaderno en mano.
—Luz, ¿quisieras librarte los deberes de hoy a cambio de otra tarea? —y a Luz se le iluminó el rostro con aquella propuesta.
—¡Si! ¡Claro que sí! ¡Cualquier cosa! —exclamó felizmente—. Solo dime que tengo que hacer y lo haré sin dudarlo-
—Bien. Acompaña a la joven Blight a la sala de entrenamientos, enséñale a usarla, y quédate con ella para lo que necesite.
—¿Qué? —preguntaron Luz y Amity al unísono, hasta Amity se detuvo.
—¡No se preocupe! Realmente estoy bien, no necesitaré ayuda, terminaré pronto, de verdad-
—Insisto joven Blight. Luz, ve con ella, yo terminaré de hacer esto y si ves a Steve dile que venga aquí.