.•*:。✩Capítulo 5

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Me despierto a altas horas de la mañana sintiéndome un poco mareado, mi cuerpo se sentía humeante y un fuerte dolor afectaba mi parte baja. Solo una cosa podría ser: mi celo había llegado.

Joder, menudo momento.

Sin embargo, esa no sería nunca una razón suficiente para aplazar mi plan malévolo por lo que sin posponer ni planes ni propósitos extiendo un poco mi mano hacia la mesita al lado de mi cama alcanzando los supresores, tomo 2 y a duras penas me levanto y camino a paso lento hacia la cocina donde, con ayuda de jugo de manzana, ingiero ambas píldoras de un trago.

Mi celo no frenaría mi avance, definitivamente no, así que una vez los supresores hacen efecto me dirijo hacia el baño donde tomo una breve ducha y ocupo una ropa cómoda para efectuar mi siguiente paso.

Paso número 7 : Darle su merecido a la zorra.

Más divo que básico tomo las llaves de mi departamento luego de revisar mi apariencia y me dirijo hacia el departamento de la Rosa. Camino por el amplio pasillo, una, dos, tres puertas a la derecha y ya me encontraba tocando con firmeza la madera su puerta. El pasillo se encontraba vacío lo que facilitó que el sonido del choque de mis nudillos contra la madera produjeran eco por la estancia y se propagara a través de los conductos de ventilación, sonido que se vio interrumpido por una voz.

─ ¡Jimin por lo que más quieras vete de aquí!

Madre Luna, ¿cómo?

─ No me iré Rosa, no hasta que hablemos.

No sabía qué sucedía, ni por qué me echaba de su casa sin siquiera escuchar lo que venía a decir, menos cómo sabía con antelación que era yo, lo único que sí sabía era que había venido con un propósito y que no me iría de aquí sin antes decirle todo aquello que había entrenado frente al espejo, ya tenía mi propio discurso y nadie iba a impedir que dijese palabra por palabra todo lo que traía en mente. Estaba seguro de mi decisión y nada ni nadie lograría frustrar mis planes de reclamar ese alfa como mío sin Rosa impidiéndolo.

─ Jimin ¡¡Joder!! Vete de aquí antes de que te haga daño. Largo.

Pero ¿Qué demonios?

De pronto mis rodillas se sintieron débiles y mi lobo dejó caer sus orejas en señal de total sumisión. Yo, mientras tanto, no entendía nada, había utiliza voz de mando ¿qué sucedía? ¿cómo podía una omega usar voz de mando? Me había sumergido en un profundo shock indispuesto a reaccionar cuando la puerta se abre y en un gesto brusco una mano hala de mí, encontrándome en un abrir y cerrar de ojos atrapado entre la pared y el cuerpo de Rosa, quien sin dar tregua se frotaba contra mí sin dejar de olfatear desesperada ese punto en mi cuello del que, a pesar de los supresores, mi olor emanaba con intensidad.

Al parecer no era yo el único en celo.

─ ¿Qué haces? ─ mi voz quebrada delata mi estado ansioso, me sentía extraño y no en buena manera.

─ Cielos Jiminnie entraste en celo.

Su voz grave producida por su actual estado hizo que mi piel se pusiera de gallina y mi estómago diera un vuelco tornando inquieto a mi lobo. Un aroma intenso llenaba la estancia, picaba en mi naricita y se impregnaba en mi ropa, chocolate amargo y vino de pasas con una pincelada de vainilla y coco. Me sentía mareado y asfixiado. Su aroma abrumador adjunto a su extrema cercanía y la idea inquietante de que la persona a la que había catalogado como la zorra-roba-alfas resultaba ser irónicamente alfa me traían contrariado y confundido en demasía y por qué no, más que todo inquieto, ansioso y vulnerable, demasiado vulnerable.

─ Por favor déjame. ─ Gimoteo en un vago intento de alcanzar un poco de espacio entre ambos cuerpos a la vez que intentaba frenar sus movimientos contra mí.

10 formas de seducir a mi vecino [Kookmin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora