Marte había sido invadido, por fin, y sus recursos extraídos en grandes naves que evaporan su superficie y derriten los casquetes polares. No con nuestra tecnología, claro. Si ellos lo hubieran hecho nosotros lo habríamos notado en unos años; una atmósfera abundante y agua por doquier. Se habrían delatado a sí mismos.
Era un magnífico desastre. Incluso se hubiera pensado que la energía atómica iba a ser ineficaz, pero ¿quién iba a pensar que los marcianos fueran tan orgullosos? Vaya tontería la de hacer explotar nuestra luna. Ni siquiera poseían naves espaciales y apenas experimentaban con generadores y reactores hidroquímicos.
Habríamos tenido compasión por ellos, claro que sí, si solamente no hubiesen amenazado con destruirnos sin tener si quiera la tecnología para hacerlo.
Les bastaron unas cuantas antenas de cincuenta megavatios para destruirse a sí mismos.
En fin, ha sido algo triste de todos modos. O tal vez no tanto. Descubrimos que ya habían usado la energía, no de fisión nuclear, sino de fusión. Es algo irónico que hayan sido destruidos tan fácilmente cuando acababan de dar el paso definitivo a las naves interplanetarias y la energía renovable, incluso podrían haber llegado a construir bombas.
Todo su avance ha quedado enterrado en Fobos, al que habían transformado en su base; después de todo era el satélite más cercano, aunque obviamente no llegaron allí en naves. Fue algo mucho más sencillo, para ellos tal vez, pero definitivamente imposible para la tecnología terrestre. Manipular el espacio-tiempo para transportar rocas a nuestra órbita fue realmente ingenioso, eso explicaba por qué la Estación Espacial L1 reportaba chatarra peligrosa.
El Departamento de Científicos ha logrado descifrar el funcionamiento de sus máquinas. La fusión del hidrógeno en la estructura de Fobos en teoría habría generado suficiente energía para transportar toda la roca a nuestra órbita. En sí, el arma marciana definitiva, un arma que nunca se usó, por suerte.
Al menos ahora estamos seguros de que Marte está deshabitado.
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Antología Marciana Vol.1
Science-FictionMarte ha sido durante eones un desierto árido y sin vida. Las tormentas de polvo y climas extremos lo han hecho inhabitable, y aún así se ha convertido en el sueño de científicos y escritores de ciencia ficción. Ahora, en el siglo veintiuno, un grup...