Día 3. Durmiendo.

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NOTA DE LA AUTORA: Esto no va a ser lo que parece, ¿eh?...

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...

       Los sueños de Blitzø casi siempre eran malos.

       La aparición de la pesadilla sobre su vida amorosa a causa del 'Suero de la Verdad' de DHORKs no era, de hecho, nada nuevo y ni siquiera había sido la más terrible que el jefe de IMP hubiese tenido en su vida. Oh, no. Antes de que aquellas versiones tan chapurreadas de Moxxie, Fizzarolli, Verósika, Striker y Stolas vinieran a molestarlo diciéndole sus verdades, había habido otras. Otras... que incluso al día de hoy resultaban más pertubadoras. El sueño donde su padre volvía a perseguirlo con el cinturón de cuero en la mano, riéndose casi que psicóticamente mientras lo buscaba para castigarlo. El sueño donde el circo de su infancia volvía a incendiarse violentamente, brasas ardientes cayendo justo encima del cuerpo atrapado y gimiente de su madre... El sueño donde Barbie Wire, su hermana gemela, yacía inmóvil en el fondo de una clínica psiquiátrica, mirándolo con acusadora fijeza mientras las jeringas inyectadas en su cuerpo seguían poniéndola hasta arriba de las drogas...

          El imp se estremeció con fuerza, visiblemente asustado.

          No... la alucinación sufrida por la intervención de los estúpidos caza-demonios no era la gran cosa, al menos... No si uno lo veía de ésa manera. Sin embargo... Bueno. Aún así, ésta última seguía cobrando fuerza frente a todas las demás, y se repetía constantemente a pesar de no ser tan horriblemente gráfica como las anteriores. No. No, en realidad no era tan mala si uno se ponía a pensarlo... pero igualmente estaba empezando a asustarlo bastante más que las que hacían eco de sus traumas infantiles. ¿Y por qué, te preguntarás? Bueno. Sencillamente...

          −¿Acaso tienes miedo de amar, Blitzy~?−.

           ... Exacto. Blitzø alzó el rostro, visiblemente anhelante, mirando con embeleso lo que se hallaba más allá de las escaleras, lo que le esperaba si tan sólo fuera capaz de alcanzar la cima. Era eso, ¿no? Era eso lo que hacía este sueño diferente de los anteriores, se permitió pensar, mientras sus manos trepaban a duras penas los peldaños de metal dorado. Esta pesadilla le asustaba, no porque tuviese experiencias dolorosas que recordar, sino que... Sino que, realmente...

          Las cadenas de oro se cirnieron con violencia en torno a su cuerpo, apretándole el cuello, los brazos y el estómago como puntadas de dolor. Blitz jadeó lastimeramente; sin embargo, no se atrevió a detener su ascenso. Sus ojos volvieron a fijarse en la persona del frente con desesperación, casi, con alivio. Stolas esbozó una sonrisa fría y enigmática por toda respuesta... y, entonces, tiró de ellas con fuerza. El imp se dejó arrastar como si fuera un peso muerto, quedando agachado e inmóvil, a sus pies. Humillado... Blitz volvió a mirar al aristócrata con un extraño y doloroso deseo, como si en realidad no le importara.

            Lo que en realidad le asustaba de este sueño... era que hacía precisamente eso, aludir a cosas que aún no había perdido, que todavía no tenía por qué perder. Stolas era una de ellas. El búho se veía magnífico y terrible en ese trono dorado, sonriéndole con una autoridad inusual en él, quizá incluso con frialdad. Sin embargo... No quitaba que estaba sentado en el mismo altar que Blitzø había destinado a la persona más importante de su vida, y que dos sombras de su misma persona lo abanicaban y servían como a un dios. Es que, en serio, ¿¿qué otra cosa podía ser Stolas en su vida?? Era alto y hermoso como las deidades, peligroso, pero aún así gentil. Llevaba, ¿qué? ¿Siglos? ¿Milenios?, en este mundo despreciable, y sabía muchos y oscuros secretos del Demonio y sus saberes. Pero aún así era... Era tan... Blitz se mordió el labio, repentinamente incapaz de encontrar las palabras para describirlo. El imp suspiró. Todo lo que sabía, en realidad, era que Stolas estaba tan lejos de su alcance como el Jardín del Edén lo estaba para cualquier demonio nacido en el Infierno. Y no sólo económicamente hablando. El príncipe era infinitamente más poderoso, bello, inalterable, afectuoso... PERFECTO~.

Je Ne Regrette Rien 😏 Stolitzø 30 días OTPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora